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Esteban Granero (Madrid, 1987) fue un niño maravilla del Real Madrid bastantes años antes de convertirse en el representante de la propiedad del recién ascendido ... Marbella, que competirá este próximo curso en Primera RFEF. Debutó en Primera con el Getafe en 2007 y colgó las botas en 2021, en el club en el que ahora ejerce, tras una brillante carrera en la élite. Reconoce, mirando al pasado, echar de menos y también de más algunas cosas del oficio del futbolista. Hoy es el CEO de Olocip y uno de los socios fundadores de Best 11 Group, compañía en la que está encuadrada el Marbella. Y también un tipo feliz. Sereno y calmado, atiende a SUR tras la resaca del ascenso, el segundo en dos años, para hablar del devenir del proyecto y de algunos de sus detalles.
–¿Cómo ha vivido la temporada?
–Ha sido muy emocionante. Era una categoría nueva y no podíamos olvidar que éramos recién ascendidos. Teníamos la ambición de hacer un año muy bueno y de estar arriba. Y eso nos exigía una adaptación muy rápida, con un entrenador y muchos jugadores nuevos. Queríamos estar a la altura con todos esos cambios. Afortunadamente ha ido bien.
–¿A qué se aspira después de conseguir dos ascensos consecutivos? ¿Dónde está el techo del Marbella?
–Para nosotros el Marbella es un proyecto a largo plazo y ambicioso. En el fútbol son los únicos que funcionan, porque los que son a corto plazo dependen de la aleatoriedad propia del fútbol. Eso nunca lo vas a quitar. Si haces un buen trabajo, los frutos llegan. El techo, a largo plazo, te lo pones lo más alto posible. Una aspiración que tenemos es estar en la élite, pero sabemos que no se llega de la noche a la mañana. Ahí apuntamos nosotros.
–¿Cómo surge y cómo evoluciona su relación con el club y la ciudad?
–Nosotros somos un equipo de trabajo que lo componen la gente de Marbella y un equipo que está en Madrid. Tenemos la aspiración de que el club funcione como un reloj, a la perfección, y que represente a la ciudad de Marbella como merece. Por eso somos un equipo de trabajo importante en el que intentamos evitar personalismos. En los últimos años he ejercido un rol muy activo, que viene desde que fui jugador, pero somos un equipo. Si estuviera solo no podría dar ningún paso.
–La última gran noticia fue la llegada de Casemiro como accionista. ¿Cómo se cocinó su 'fichaje'?
–Casemiro está ligado a nuestra empresa desde hace muchos años y también a Marbella. La visita con frecuencia y le tiene un gran cariño. Está conectado con el club y tiene sus propios intereses personales y sus propias motivaciones extradeportivas, más allá de su carrera, y en ese punto está el Marbella. Para nosotros es un orgullo que alguien de su trayectoria y su experiencia quiera formar parte del proyecto y, por otro lado, pensamos que al club y a la ciudad le da un empujón en representatividad, foco mediático e influencia. Es uno más del equipo. Estamos muy contentos de que así sea.
–Se habla de que otros futbolistas de primer nivel están también interesados en formar parte del Marbella. Eso habla bien del atractivo del proyecto.
–Marbella desde siempre ha sido un imán para atraer personas. Siempre hemos intentado abrir los brazos a todos, pero no se puede dejar entrar a todo el mundo. Casemiro ofrecía algo insuperable. Siempre ha habido mucho interés y ahora que hemos conseguido el doble ascenso y tras lo de 'Case', pues más aún. La gente quiere ir a proyectos ganadores y representativos y el Marbella es las dos cosas.
–¿Cómo ha cambiado todo en el club desde aquel fatídico descenso a Tercera RFEF?
–No es que haya cambiado. El fútbol a veces es caprichoso y tiene cierta aleatoriedad si lo miras de temporada en temporada, pero si miras la trayectoria desde que la propiedad está a cargo, en 2018, se ha seguido una misma línea de ambición, construcción, imagen, relaciones institucionales y cuidado del club. En lo fundamental no ha habido cambios. Si lo miras a largo plazo, quienes hacen bien las cosas suelen ir hacia arriba.
–¿Qué se busca para esta próxima temporada en Primera RFEF? ¿Cómo se plantea el verano?
–Ahora mismo el principal objetivo es revisar bien la plantilla, hacer balance y empezar a sentar las bases de la temporada próxima. La ambición será máxima porque es una de nuestras señas de identidad. Hay cosas que tienen que seguir de la misma manera y por otro lado habrá que adaptarse a una nueva categoría que va a ser exigente. Y nosotros tenemos que ser flexibles para ambas cosas. El año pasado dijimos lo mismo. Cambiamos lo que teníamos que cambiar y mantuvimos las que teníamos que mantener. Y este año pasará algo parecido.
–Aún no se sabe en qué campo jugarán el curso que viene. ¿Qué opciones barajan?¿Hay algo en claro?
–Estamos analizando la situación. No es una decisión que tengamos tomada ya porque no nos involucra sólo a nosotros. Queremos que el equipo esté en Marbella y que garantice el nivel futbolístico que queremos proponer. Nuestra prioridad máxima es que nuestros aficionados puedan ver al equipo con garantías y comodidad. Ese tema está todavía abierto porque no es una decisión que haya que tomar a la ligera.
–La afición cruzó casi toda España para estar con el equipo en Logroño. ¿Qué palabras tiene para ellos?
–Tengo que decir que son fundamentales y una de las cosas que nos motivan a crecer y a dar siempre el máximo. No han estado con nosotros solamente el día de Logroño. Ha habido incondicionales que nos han empujado desde Tercera hasta Primera RFEF. De alguna manera sabemos quienes son y siempre van a tener la representatividad que merecen. Y nuestra ambición es enganchar a más gente. Estamos en una categoría nacional y superatractiva, con equipos de gran solera y queremos que crezca el número de aficionados.
–Y por último... ¿Cómo está? ¿Ha cambiado mucho su vida tras colgar las botas?
–Pues estoy muy bien. Muchas gracias. El fútbol es una profesión maravillosa en la que se viven cosas que son insuperables, que sabes cuando te retiras que nos las vas a volver a vivir. Me refiero a la cosas que pasan dentro de un campo de fútbol, que son de una dimensión emocional muy grandes. Pero también es una profesión muy esclava y sacrificada. Cuando me retiré perdí unas cosas y gané otras. Ahora soy feliz y echo de menos algunas cosas, pero otras no.
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