La Junta exige la retirada de 15 de los 29 mosaicos de Invader en Málaga. Fran Acevedo

La paradoja de Invader en Málaga

La ciudad que ha hecho del arte urbano uno de los ejes de su política cultural reclama a los vecinos del Centro, tras la exigencia de la Junta de Andalucía, que retiren las obras del autor francés, cuya acción ha motivado un proceso judicial que comenzará la próxima semana. Artistas, profesores y gestores abordan este polémico caso

Domingo, 3 de junio 2018, 00:35

En un año, la intervención en Málaga del artista francés conocido como Invader ha pasado de ser un nuevo escalón en el ascenso de la ciudad en la escena internacional del arte urbano a un motivo de controversia. Hace ahora doce meses, el autor con piezas en 76 ciudades de todo el mundo instaló 29 mosaicos en la capital, 15 de ellos en el Centro Histórico y de esos últimos, dos en edificios declarados Bien de Interés Cultural. Esa acción realizada sin pedir los permisos previos ha motivado un proceso judicial que comenzará la próxima semana por un posible delito contra el patrimonio histórico.

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De forma paralela, el Ayuntamiento de Málaga, que ha hecho de la creación urbana uno de los ejes de su política cultural en los últimos años, ha reclamado a los vecinos del Centro con obras de Invader en sus fachadas que retiren las piezas. Algunas han acabado reducidas a escombros. ¿El motivo de la exigencia municipal? La reclamación de la Junta de Andalucía, que esgrime que todo el casco antiguo está sometido a protección.

Creadores, gestores culturales y especialistas analizan las aristas de una acción artística que dentro de unos días pasará por el juzgado.

La Junta exige la retirada de 15 de los 29 mosaicos de Invader en Málaga. Fran Acevedo

«Si hubiera sido Banksy, habrían protegido la obra»

Artista y grafitero

«Tengo opiniones enfrentadas al respecto del 'caso Invader'. El resto de su trabajo en la ciudad me parece muy bueno, pero considero poco acertada la elección del Palacio Episcopal. Todos debemos jugar con las mismas reglas del juego, nunca mejor dicho», sostiene D.Darko, cuya obra en la calle le ha abierto las puertas de galerías privadas y del Museo Ruso, donde ahora firma una intervención. «Por otro lado, si el artista en cuestión hubiera sido Banksy, se habría puesto una protección de cristal a la pieza, así somos de absurdos. Parece que las intervenciones de artistas como Obey o Roa no han despertado en la ciudad una conciencia sobre la importancia de este tipo de prácticas en el entorno urbano y cómo enriquecen culturalmente una ciudad», aporta D.Darko.

«Me gustaría que las administraciones no negaran un movimiento que está en la calle»

Encarni Díaz 'Ginger', Artista

Hace poco más de un año vivió cómo el Ayuntamiento les exigía retirar los grafitis que lucían en las fachadas del estudio donde trabajaba, ubicado justo en el Soho, donde el propio gobierno local ha promovido estas creaciones. Al final se han mantenido los de la fachada principal, firmados por autores como Obey y Suso33, pero tuvieron que eliminar los del lateral bajo amenaza de multa económica.

«Me gustaría que las administraciones evolucionaran un poco y no siguieran negando una realidad que está ahí: hay un movimiento artístico que está en la calle y que puede ser positivo para la ciudad», sostiene Encarni Díaz 'Ginger', artista malagueña que ha presentado su obra en Estados Unidos, Italia y Alemania. «No tiene sentido, en el momento en el que (el Ayuntamiento) paga a alguien para hacer una intervención se entra en una contracción muy grande cuando pide retirar otras. ¿Quién pone el filtro, qué alguien sea famoso? Ese no debería ser el filtro», defiende la creadora malagueña.

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«Me parece excesiva la intervención penal»

Pepo Pérez, Dibujante y profesor

Dibujante y profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Málaga, Pepo Pérez sostiene: «Me parece excesiva la intervención penal. Creo que el Derecho Penal está para una última intervención y que una situación como esta se puede solventar por vía administrativa. En la legislación de patrimonio histórico hay medios administrativos suficientes, incluso infracciones administrativas; pero, por la vía penal no lo veo muy claro. Lo investigará el Juzgado de Instrucción competente y le corresponderá al juez. Igual me equivoco, pero no sé si está justificada una sanción penal».

«Veo un conflicto de intereses lógico. El artista urbano, en la mayoría de los casos, trabaja de esa manera: sin permisos y por tanto se expone a que sus piezas sean efímeras, que van ser intervenidas por otras personas, borradas, reescritas... Juega ya con ello. Por el otro lado, las instituciones están haciendo su papel; es decir, digamos que no tienen más remedio que actuar con arreglo a la ley y aplicarla», ofrece el dibujante y docente.

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«Creo que el ataque al patrimonio histórico es relativo, si nos estamos refiriendo a la facha del Palacio Episcopal. Esa fachada, quien conoce un poco Málaga, ya sabe cómo estaba. Es una fachada bastante mal cuidada. Ese comentario estético también es legítimo e igual ha mejorado con el mosaico», argumenta. «Hay una contradicción. Si la administración se dedica a exponer arte urbano, después te pueden pasar estas cosas», cierra con ironía el autor del cómic 'El vecino'.

«Retiraría los mosaicos, pero sin destruirlos»

Rosario Camacho, Catedrática de Historia del Arte de la UMA

«La filosofía de Invader es 'invadir' el territorio y ahí llega la polémica. Los edificios y conjuntos históricos hay que respetarlos. Si a un dueño de un local se le pide que retire una banderola, por ejemplo, hay que tener la misma atención con otros elementos», defiende Camacho, miembro de la Comisión Provincial de Patrimonio. La catedrática añade: «Los mosaicos instalados en edificios que no son BIC los conservaría, porque tienen valor por sí mismos, así que buscaría la fórmula para conservarlos. Retiraría los mosaicos que están en el conjunto histórico, pero de modo que no se destruyeran».

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«La ley es la ley. Si hago un grafiti, sé a qué me expongo»

Efrén Calderón, Artista

Con una mano en el arte urbano y otra en el arte 'de interior', Efrén Calderón habla con conocimiento de causa: «¿Qué pasaría si en lugar de Invader es un chaval que hace una firma o alguien que no es famoso? La ley es la ley. Si hago un grafiti, sé a lo que me expongo porque sé que es ilegal. A veces hay que ser un poco más flexible con las cuestiones relacionadas con el arte, pero la ley es la ley. Si hago una firma sé a lo que me expongo y supongo que Invader también». Él mismo se ha enfrentado a sanciones de entre 100 y 300 euros y apostilla: «Está claro que a Invader después de esta polémica le conocerá el triple de gente en Málaga que antes de todo esto».

«Un artista local sería multado al hacer una intervención de este tipo»

Victoria Abón, Presidenta del Ateneo

«La forma de actuar de Invader, al margen, hace que de entrada sea difícil poder aplicarle directamente una normativa. Por otro lado es evidente que consigue, de manera general, caer simpático con sus actuaciones clandestinas y además su arte está muy valorado a nivel internacional. Es como un Robin Hood del arte urbano y creo que eso le da bastante ventaja. Un artista local sería multado de manera inmediata al hacer una intervención de este tipo», argumenta la presidenta del Ateneo de Málaga.

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«No me parece correcto que sean los particulares quienes se tengan que hacer cargo de retirar los mosaicos, puesto que no son ellos los que los han colocado ni han pedido su colocación. Me parece injusto que porque les ha 'tocado' tengan que correr con los gastos. De hecho creo que ya se habían integrado bastante bien con el entorno, aunque entiendo que con los edificios BIC se debe respetar la ley», ofrece Victoria Abón.

«Nuestro Derecho reconoce que el arte ha de tener otro tratamiento»

José Manuel Cabra de Luna, Abogado, artista y presidente de la Academia de San Telmo

Abogado, artista y presidente de la Academia de San Telmo, Cabra de Luna reflexiona: «Es en nuestro propio Derecho en el que, de alguna forma, se reconoce que el arte ha de tener otro tratamiento y así dispone que en pintura y en escultura, en los escritos, grabados y litografías se considerará accesoria la tabla, el metal, la piedra, el lienzo, el papel o el pergamino y principal el contenido. Y aunque el supuesto no sea el mismo, puesto que hablamos de un edificio en el caso de Invader y de soportes muebles en el otro, en el Derecho se puede acudir a la analogía y ella nos permitirá otra mirada diferente, quizá más comprensiva, más abierta, menos inflexible».

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«Creo que Invader no ha tenido el propósito de dañar determinados edificios con mayor o menor grado de protección arquitectónica, la transgresión del grafitero (aunque éste lo sea de manera sui generis) atiende a otros parámetros, a otros niveles. Esas pequeñas figuras (conocidas y reconocidas internacionalmente) no creo que supongan un atentado contra la integridad de un edificio; más bien constituyen pequeños guiños estéticos que son asumibles por nuestra mirada (siempre, claro, que no se conviertan en una moda que nos invada por doquier)», aporta Cabra de Luna.

«Los mosaicos de Invader me parecen divertidos y estupendos. Yo los dejaría»

Tecla Lumbreras, Vicerrectora de Cultura de la UMA

«Toda esta polémica me parece un culebrón un poco de risa, es algo demencial. Lo que no tiene mucho sentido por parte del Ayuntamiento es que por un lado se contrate a autores extranjeros de arte urbano con una gran inversión y al mismo tiempo se le ponga una multa a creadores locales. Por ejemplo, Lagunillas está lleno de arte urbano y es una maravilla. Los mosaicos de Invader me parecen divertidos y estupendos. Yo los dejaría, pero ¿cómo luego se multan a grafiteros o el propio Ayuntamiento borra los grafitis? En muchos casos los borra el Ayuntamiento, no se lo dice a los vecinos», establece la vicerrectora de Cultura de la UMA.

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«En este caso, todo me está pareciendo un poco disparatado. Abogaría por mantener los mosaicos y por que no se persiga a los grafiteros. No hay que olvidar que la primera denuncia fue del Obispado y si no se hubiera producido esa denuncia, creo que el asunto no habría llegado hasta aquí. Estoy por el arte urbano y por el grafiti y en consecuencia estoy porque se mantengan, pero no porque sean obra de un autor más o menos cotizado en el mercado, sino porque creo que tienen interés», cierra Lumbreras.

«Las piezas destruidas se habrían convertido en patrimonio de la ciudad»

Noelia García Bandera, Artista y profesora

«Pienso en los grandes perjudicados: los dueños de los inmuebles privados declarados BIC. Creo que se tendría que haber tenido más en cuenta a esos propietarios y haberlos amparado para no llegar a la destrucción de las piezas de Invader, que al fin y al cabo se habrían convertido en patrimonio de la ciudad», aporta García Bandera, artista y profesora en la Escuela de Arte San Telmo.

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«La obra podría convivir perfectamente con el entorno y enriquecerlo, siempre y cuando respetara la consideración de BIC que albergan los edificios; o bien se hubiera llegado a un acuerdo con los propietarios de las edificaciones, ya fueran públicas o privadas, sin que saliesen perjudicados. Todos sabemos que la ciudad ha crecido culturalmente de una manera grandiosa, en gran medida gracias al propio Ayuntamiento, y el arte urbano es otra forma de seguir potenciando ese aspecto», concluye García Bandera.

En unos días, el 'caso Invader' pasará de la calle al juzgado.

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