
Sebastián Arteaga
Domingo, 28 de abril 2019, 12:29
El Contenedor Cultural (UMA) acogió ayer por la tarde la presentación en primicia de 'Un perro andaluz', el primer trabajo en solitario de los músicos malagueños, y al mismo tiempo, una ventana sensorial hacia otras artes y experiencias.
Publicidad
Cine, pintura, música, poesía. Libre asociación de ideas. Imagen doble. Sueños. Veladas. Método paranoico-crítico. Por extraño que parezca, no hablamos de surrealismo bretoniano. No sólo de Dalí y Buñuel, pues eso es únicamente el punto de partida. Más bien de rap, de grafiti, de diseño e ilustración. De alcanzar sueños; de puro hip-hop. Y también de cómo convertir la presentación de un disco en algo completamente original, reuniendo a todo tipo de oyentes sin distinción alguna.
Pese a que 'Un perro andaluz' sale a la calle hoy mismo, anoche Delaossa —o Sopa, para incondicionales— y J. Moods decidieron presentar buena parte del trabajo de forma diferente. «Gracias a estos chicos podemos ver al equipo del Contenedor Cultural trabajar un sábado», comentó bromeando una de las responsables que dio la bienvenida. «También tenemos la oportunidad de conocer qué hay detrás de un disco», afirmaba. Y así, J. Moods y Delaossa fueron narrando el proceso creativo del disco, cocinado y sudado a fuego lento durante seis meses «en los que estuvimos comiéndonos la cabeza»
Fuera había picoteo —no de hormigas. Y dentro, asientos. De este modo la audiencia pudo escuchar y ver cómodamente los videoclips de todos los temas del disco, salvo las colaboraciones con T&K, Métricas Frías y N-Wise, con posteriores comentarios y análisis de los propios autores. En palabras del propio Delaossa: «El disco se divide en tres bloques. El primero habla de cómo empezamos en esto sin un duro pero con mucho esfuerzo. El segundo habla del comienzo del Imperio 'Space Hammurabi' [sonríe], y el tercero… el tercero es el más introspectivo»
'Dicen de mi', 'Ya lo sé', 'Tommy Hill' o 'La función' fueron solo algunos temas con los que la sala no dejaba de aplaudir, silbar y mover el cuello desde la butaca. Tanto a nivel lírico como musical, el trabajo supura versatilidad y variedad sonora: pasamos del bombo-caja y de temas clásicos sobre criarse en el barrio al 'egotrip' más competitivo, pasando por la reflexión emocional: el desencanto y vacío existencial, la pérdida, la duda, etc. Canciones que encajan como un guante de Magritte con las obras de Artesano, Fon, Hide2, Imon Boy, Sceno, presentes en el espacio expositivo del Contenedor. Y por supuesto, mención especial para la obra de Josenrique, el mismísimo padre de Delaossa, para quien pidió ruido, emocionado.
Publicidad
Aplausos, bromas cómplices, aclamaciones y todo tipo de muestras de entusiasmo fueron constantes a lo largo del 'show'. Y es que el ambiente fue muy similar a pasar la tarde-noche con nuestros amigos, solo que con una sala completamente llena. Con Delaossa y J. Moods, pero también con Tecla Lumbreras, con Gharuda, con Easy-S, con Panyvino… con todos los amantes de la cultura popular malagueña.
William Blake dijo que alcanzar un sueño era asesinarlo, y que una vez logrado, es necesario crear otro. Delaossa, J. Moods y Cía. no tendrán nada que temer, ya que quien explora el arte vive en una fábrica de sueños. Y el primero sólo acaba de despegar.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.