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Miguel Torres, antes de comenzar la charla de ayer en el hotel Molina Larios
Miguel Torres: «Robo lo que puedo de las novelas de otros»

Miguel Torres: «Robo lo que puedo de las novelas de otros»

El escritor malagueño confiesa que bebe de la «buena literatura» en su encuentro con los lectores en un acto del Centro del 27 y el Aula de Cultura de SUR

Francisco Griñán

Martes, 26 de enero 2016, 00:22

Umbral nos dejó claro que lo que más le gusta a un escritor es hablar de sus libros, aunque tras aquella mítica frase suele esconderse la auténtica motivación de muchos autores: hablar de sí mismos. Ese espíritu es el que late en el ciclo Un café cargado de lecturas que añade un elemento fundamental a la ecuación: lectores que también vienen a hablar de sus libros, aquellos que han leído y han hecho suyos. Ayer se cumplían además tres años del inicio de estos encuentros cafeteros de la mano del Centro de la Generación del 27 y del Aula de Cultura de SUR. Y el invitado no fue otro que el malagueño Miguel Torres López de Uralde, un autor muy singular en el panorama literario. Alejado de cualquier impostura, el narrador mantiene su trabajo como técnico en el Archivo Municipal de Málaga, lo que le garantiza la libertad suficiente para escribir novelas por vocación. Y los ocho premios que se acumulan en su bibliografía sólo salen a relucir cuando le preguntan. Como ayer, cuando los numerosos lectores que acudieron a la charla le cuestionaron por sus referencias y confesó con naturalidad: «No tengo problemas en decir que robo lo que puedo de las novelas de otros. La buena literatura me ayuda a escribir mis libros».

El autor repasó así algunos de sus ilustres atracos y aseguró que la novela picaresca le «impactó» en sus primeras obras, como Pantalones cortos (2002). Aunque más que de autores, «soy de novelas que me fascinan». Así, citó La vida ante sí, de Romain Gary; Las bailarinas muertas y Los héroes de la frontera, de Antonio Soler, o La soledad de las vocales, de José María Pérez Álvarez, que le «ayudó» con su libro Sintecho, una historia que parte de dos sucesos independientes que vivió el propio Miguel Torres: un indigente que se encontró viviendo en un coche y una niña aparentemente perdida con la que se topó en la playa.

En la lista de libros de cabecera, el malagueño también se acordó de Los cachorros, de Mario Vargas Llosa. Y no porque ganara precisamente el premio que lleva el nombre del escritor peruano con la mencionada novela Sintecho, sino porque el libro del narrador latinoamericano le hizo «entender que existía una novela que iba más allá de la historia y me di cuenta de lo que es la gran literatura».

Mucho cine

Pero no sólo de relatos se alimenta el universo de Miguel Torres. «Una de las influencias más importantes que he tenido es el cine que vi en mi infancia y sobre todo esas matinales del Astoria y del Andalucía a las que me llevaba mi padre. Eran películas bastantes malas, pero están ahí», admitió el escritor que se acordó que, aunque no lo sabía ya estaba predestinado a escribir desde pequeño, ya que cada lunes contaba en un corro en el recreo del colegio a sus compañeros la historia de la película que había visto el día anterior.

De la pérdida de su padre surgió además una de las novelas más personales de Miguel Torres, Los que esperan, que narra la vuelta a Málaga de un hijo para acompañar a su progenitor en sus últimos días. «Fue una novela que llegó a hacerme daño», reconoció ayer el autor, que sitúa siempre sus historias en diferentes localizaciones de su propia ciudad. «Es que la geografía de mi ficción es la geografía de mi vida», comentó el escritor, que siempre encuentra el origen de sus historias en sus propias vivencias.

«Todas mis novelas nacen de mi biografía», señaló Torres López de Uralde, que volvió a referirse a las dos escenas que dieron origen a Sintecho. «Cuando las conecté supe que tenía una novela», afirmó el autor, que «rehuye de la novela de género» y que prefiere «buscar el equilibrio entre la propia vida y las fuentes de ficción para llenar mis relatos». «Si el autor no pone las entrañas en la novela, no me interesa», afirmó.

Su experiencia también está en su próxima novela, La belleza, la historia de un poeta con la que el pasado diciembre ganó el Premio de Narrativa Francisco Ayala y que próximamente se publicará en formato exclusivamente digital. «Es toda una novedad, pero el ebook es el futuro. Bueno, ya es el presente», admitió.

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