Librería Proteo

El cierro está en la esquina entre las calles Carretería y Puerta de Buenaventura, en el edificio que acoge la Librería Proteo. Es un inmueble diseñado por el arquitecto Gerónimo Cuervo en 1896 y que, por tanto, suma 125 años. Su construcción regularizó uno de los espacios que había quedado vacío tras la demolición de la medieval Puerta de Buenaventura, justo al lado del lugar donde habían existido un pequeño puente sobre el foso de la muralla y una fuente pública para el abastecimiento de los vecinos. Con el paso del tiempo el inmueble dejó de ser vivienda y empezó a acoger libros, esos compañeros vitales que cuando se agrupan en bibliotecas acaban formando esos paraísos imaginados por Jorge Luis Borges.

Así la casa se convirtió en una librería, pero manteniendo al exterior su aspecto burgués, con esos cierros poligonales para adaptarse a la forma curva de la esquina. Primero Prometeo, desde 1969, y luego Proteo a partir de 1975, han constituido una referencia imprescindible en la vida cultural malagueña. El incendio que sufrió hace unos días supone un duro golpe en la trayectoria de una empresa veterana que, sin duda, va a seguir alumbrando la ciudad con libros desde su atalaya de la encrucijada de la antigua Puerta del Postigo, en la frontera entre la medina y el arrabal.