Borrar
Julio Anaya comenzó su carrera recreando clásicos de la Historia del Arte en edificios abandonados que luego fotografiaba, como en esta pieza expuesta en Yusto/Giner. Josele
Julio Anaya, arte codiciado entre los desechos

Julio Anaya, arte codiciado entre los desechos

El joven creador malagueño presenta en Yusto/Giner su primera individual en la provincia con todas las obras, realizadas sobre materiales reciclados, vendidas a coleccionistas de Estados Unidos, Hong Kong, Venezuela, Inglaterra y Oriente Medio

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Viernes, 24 de julio 2020, 23:44

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En una de las lomas que flanquean las playas de Chilches, cruzando la verja troquelada de un edificio abandonado, reina una 'Inmaculada' de Velázquez entre cascotes de obra y ladrillos arrumbados. Un retrato de Santiago El Menor obra de El Greco, un paisaje de montaña de Carlos de Haes y una marina a cargo de Verdugo Landi emergen desde cartones abandonados en la basura, recuperados por Julio Anaya Cabanding para recrear la tradición pictórica a partir de materiales de desecho. Un viaje de ida y vuelta de la calle al estudio, del muro a la Historia del Arte, de los cubos de desperdicios a los laureles del mercado del arte actual.

Porque Julio Anaya (Málaga, 1987) afianza su vuelo ascendente con 'Before 1881' la exposición que ayer inauguraba en la Galería Yusto/Giner de Marbella como su primera individual en la provincia y con todas las piezas vendidas antes del estreno. Coleccionistas de Estados Unidos, Venezuela, Hong Kong, Oriente Medio, Reino Unido y varias ciudades españolas se han hecho con los nueve cartones y la fotografía de gran formato (tres metros de alto por otros tres de ancho) reunidos en la muestra que podrá visitarse hasta el próximo 10 de septiembre.

Justo esa instantánea con la 'Inmaculada' de Velázquez en un edificio abandonado destila los orígenes artísticos de Anaya y el sugerente giro conceptual que va moviendo su trabajo. Porque Anaya comenzó pintado en construcciones a medio terminar y muros desvencijados. Allí recreaba cuadros emblemáticos de la Historia del Arte que luego fotografiaba antes de que fueran pasto de la piqueta o el olvido. Esa instantánea quedaba como único rastro de su arte efímero. Un arte basado en el trampantojo a partir del extraordinario dominio de la técnica del dibujo que despliega Anaya, cuyos lienzos y, sobre todo, sus marcos, trasladan al espectador la ilusión óptica de estar contemplando una pieza en tres dimensiones cuando nunca se separan de la pared. O de los cartones que Anaya toma de la basura para convertirlos en lienzos sobre los que seguir pintando y difuminando, de paso, las fronteras entre arte de salón y el de calle, entre la alta y la baja cultura.

Anaya recuerda que la chispa de 'Before 1881' (Antes de 1881) prendió mientras visitaba otra exposición, 'El sur de Picasso', en el Museo Picasso Málaga. «Me interesó muchísimo la manera en la que se planteaban las influencias de los maestros andaluces en la obra de Picasso y me encantó encontrarme con obras de Velázquez, Zurbarán... Estando entre estas obras intenté imaginar qué imagen podía tener de nuestra cultura alguien que llegase desde fuera de nuestro país en aquella época. No quería quedarme en los estereotipos, así que reduje el espectro temático a tres asuntos concretos: el paisaje, la pintura sacra y el costumbrismo. Y a partir de ahí, fui a buscar las obras a La Aduana, al Museo del Patrimonio, al Museo Carmen Thyssen y al propio Museo Picasso. El título hace referencia a la fecha del nacimiento de Picasso, porque aunque no está presente en la exposición, con él empieza todo», explica el artista.

Un año muy intenso

Con 'Before 1881' Anaya marca además otra muesca en su intenso año expositivo. Esta es su segunda individual en España después de la presentada en Valencia, poco antes del estallido del estado de alarma firmó una intervención en la Colección del Museo Ruso y en otoño le espera uno de sus proyectos más ambiciosos y exigentes: una muestra individual en la sede en Hong Kong de la galería japonesa Nanzuka. «En cuanto se presente esta exposición, me pongo con la obra que se verá en Hong Kong. He decidido cancelar una exposición en Montreal para centrarme en ese proyecto», avanza Julio Anaya, que llevará hasta la ciudad asiática una suerte de prolongación del montaje inaugurado ayer.

«Allí quiero presentar un proyecto titulado 'After 1881' (Después de 1881) para poner en contexto a Picasso con los artistas coetáneos franceses», desliza Anaya sobre la siguiente escala de un trabajo que genera «unas expectativas enormes», como afirma el galerista Juan Pablo Yusto. «Fuimos a conocer a Julio durante su residencia artística en La Térmica y nada más ver su obra le propusimos que trabajase con nosotros. Vi que tenía un potencial enorme y que tenía muy claro lo que quería y ahí están los resultados», brinda Yusto antes de admitir que la lista de espera de coleccionistas interesados en adquirir una pieza de Anaya sigue creciendo hasta frisar el medio centenar de interesados en todo el mundo.

«Tiene una demanda enorme. La mayoría de las peticiones de obra no la hemos podido atender», ofrece Yusto, cuya galería en Marbella está a punto de cumplir siete años, ahora, «por fin», en un momento dulce. La apuesta de Yusto/Giner por jóvenes artistas como Javier Calleja, Ana Barriga o Emmanuel Lafont ha tenido mucho que ver en este nuevo rumbo al que pronto se incorporarán los también malagueños Imon e Isabel Rosado. Un año intenso, pese a la pandemia, en Yusto/Giner y en la carrera de Julio Anaya, al que antes de Hong Kong le espera una residencia artística en Los Alpes suizos. Buena metáfora de lo alto que vuela ya este joven artista malagueño.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios