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El desaparecido Palacio del Cine de calle Mármoles estrenó la película en exclusiva en Málaga en diciembre de 1975. SUR

Medio siglo de 'Tiburón': la película que no se estrenó en verano

Los mitos rodean el filme de Steven Spielberg que sigue metiendo miedo a los espectadores 50 años después. En España, eso de que asaltó la cartelera estival es otra leyenda: lo hizo entre villancicos y a las puertas de Nochebuena

Paco Griñán

Málaga

Sábado, 2 de agosto 2025, 23:50

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«Necesitará un barco más grande». La frase sigue poniendo los pelos de punta cuando le sale del alma al sheriff Brody (Roy Scheider). Llevamos hora y veinte minutos embarcados en esta historia, pero ahí arranca otra película. Por primera vez vemos al auténtico protagonista de 'Tiburón' y da pavor. Medio siglo después de la advertencia, la cinta de Steven Spielberg sigue tan vigente como el mito que la rodea. Mil veces imitada y prolongada en una saga algo infame que ya solo quería pegarle un bocado al bolsillo de los espectadores. No obstante, la única e inimitable cinta original estrenó la categoría de los 'blockbuster' de verano –ahí están este año 'Superman' y 'Jurassic World: el renacer' siguiendo su estela–, aunque eso no es del todo cierto. En España, no hubo rastro de la aleta de este bicho de ocho metros hasta las navidades. Y en lugar de la canción del verano, el escualo más famoso de la historia llegó al ritmo del fun, fun, fun. Eso sí, el resultado fue el mismo: destrozó la taquilla.

Un joven Steven Spielberg en las fauces de 'Bruce', uno de los tres tiburones mecánicos usados en la película. SUR

El que se llevó el tiburón al agua en Málaga fue el desaparecido Palacio del Cine –antes Capitol, en la esquina de calle Mármoles con Armengual de la Mota–, que consiguió en exclusiva el estreno en la capital. A las puertas de la Nochebuena, el cine se llenó aquel viernes 19 de diciembre para ver al fin la película que se había convertido en un fenómeno en «todo el mundo», como anunciaba la histriónica publicidad en el periódico SUR, donde el nombre de Steven Spielberg pasaba desapercibido ante el eslogan: «¡¡El mayor impacto emocional de la historia del cine!!». Se cuidaban de hablar de película de terror, suavizando el mal rato que se pasaba con ese eufemismo que apelaba a las emociones –primarias– para llegar a más público.

El personaje de la dentadura más demoledora de la historia del cine también conquistó aquella Málaga de buenos deseos navideños prolongando la fiesta taquillera hasta sonar los pitos de Carnaval. Dos meses y un día, hasta el 19 de febrero, de proyección ininterrumpida en el Palacio del Cine, donde los estrenos duraban apenas dos semanas en el mejor de los casos. Da igual que fuera verano, fin de año o cuaresma, 'Tiburón' revolucionó el cine de mediados de los setenta y Málaga se unió a esa recaudación mundial que alcanzó los 475 millones de dólares de la época y consagró a aquel desconocido Spielberg como uno de los jóvenes maestros de Hollywood.

Pintarroja, nuestro tiburón

Entre los espectadores navideños que se pasaron por calle Mármoles estaba José Leandro Ayllón, bibliotecario de la UMA, poeta y uno de los grandes expertos sobre tiburones en Málaga. «La película me impactó», reconoce este experto que añade que su afición por esta especie comenzó más tarde, cuando se topó con un pequeño tiburón en el Peñón del Cuervo y se marcó una meta: registrar los avistamientos de escualos en Málaga, un censo que ha acabado convirtiéndose en el más extenso de su categoría con 217 episodios documentados en nuestras aguas. Y que van más allá de la autóctona e inofensiva pintarroja.

217

avistamientos de tiburones de 40 especies diferentes se han censado en la provincia de Málaga en las últimas décadas, según el registro del experto José Leandro Ayllón

«Me hace gracia escuchar que en Málaga no hay tiburones cuando hay más de 40 especies identificadas», asegura con ironía este autor, que constata que todo lo relacionado con los escualos es terreno abonado para la mitología. Por ello, destaca la figura del recientemente fallecido Paco Pinto, conservador del Aula del Mar y conocido como el 'Jacques Cousteau' malagueño. Una autoridad al hablar de tiburones y al que no le gustaba la película de Steven Spielberg por el efecto rebote que produjo en el imaginario colectivo al imponer este pez como depredador insaciable del hombre.

«El problema viene de la película 'Tiburón', que exageró las imágenes. Nunca siguen a los barcos ni se suben encima a comerse a nadie. Todo eso es falso, pero es la imagen que tiene el público», lamentaba el propio Pinto en una entrevista en SUR en marzo pasado con motivo de la publicación de su enciclopedia 'Claves identificativas de los tiburones a nivel mundial'. Un libro en el que colabora el propio José Leandro Ayllón, que también aboga por desmontar los excesos del filme, aunque sin burlar la maestría del relato. «Muchos biólogos y especialistas la odian, pero a mi me parece una gran película», considera el experto y poeta, que saca su perfil más cinéfilo para hincarle el diente al filme.

Roy Scheider, en la escena en la que el tiburón blanco aparece por primera vez. SUR

«En realidad, son dos películas diferentes en una. Por un lado, el temor a un tiburón que se merienda a la gente ,y por otro, la épica de su busca y captura por tres hombres. La primera parte es capaz de mantener el misterio de forma prodigiosa hasta que en la segunda aparece el escualo que me sigue pareciendo terrorífico», disecciona el metraje Ayllón, a la vez que da con una de las claves de la película con la aparición del monstruo, hasta entonces una presencia fantasmagórica, en la parte final del metraje. Una estructura narrativa basada en el suspense y la sorpresa que ha sido imitada hasta la saciedad con posterioridad por el cine de bichos de toda clase y pelaje.

«Me hace gracia escuchar que en Málaga no hay tiburones cuando hay más de 40 tipos identificados»

José Leandro Ayllón

Experto

A la sensación del espectador de que el agua le llega al cuello con esta película, se une otro elemento muy cinematográfico que, aunque no se ve, se siente: la banda sonora del maestro John Williams. «Los compases de esa música se han grabado a fuego en la mente de todo el mundo», constata el experto y autor de 'Máquinas', en la que reunió sus relatos de ciencia ficción. Un género en el que también se podría etiquetar 'Tiburón', ya que como descubre José Leandro Ayllón, la película está plagada de excesos. «Biológicamente, hay cosas que son fantasía como que el escualo se suba a la barca, aunque lo más increíble es que intente dar caza a los tres –se refiere a los personajes de Robert Shaw, Richard Dreyfuss y Roy Scheider– de forma consciente», explica el escritor que vuelve a tirar de ironía para constatar que «los tiburones tiene más cerebro que otros peces, pero de ahí a que se comporte como un psicópata como en la película es una absoluta ficción».

«Spielberg hizo lo que le dio la gana«

«El error está en considerar que una película es una realidad y, además, en este caso hay mucha exageración ya que el tiburón no es tan inteligente», asegura Ayllón que puntualiza que eso no quiere decir que algunos escualos no sean peligrosos ya que son depredadores. Particularmente, el tiburón blanco, el protagonista del filme de Spielberg, que en realidad fueron tres modelos mecánicos animados denominados 'Bruce'. Unos escualos de 'mentira', pero muy creíbles que, sin pretenderlo, contribuyeron a crear una leyenda negra mundial sobre estos animales. «Hasta el autor de la novela en la que se basa la película, Peter Benchley, acabó dedicando sus beneficios a mejorar la imagen de los tiburones y a investigar sobre ellos», destaca el experto que, no obstante, recomienda la película –se puede ver en Movistar+ y Netflix– frente al libro.

La escena del abordaje del tiburón blanco al barco de los protagonistas es biologícamente imposible, según los expertos. SUR

«Spielberg hizo lo que le dio la gana con la novela y le dio más garra a los personajes y, por supuesto, al protagonista, el tiburón», sentencia José Leandro Ayllón, que vuelve a invocar la figura fundamental del investigador Paco Pinto, «el primer lector inteligente de mi base de datos de avistamientos de tiburones en Málaga, a la que dio un uso científico». De hecho, antes de su fallecimiento, el autor dejó preparado un segundo volumen de 'Claves identificativas de los tiburones a nivel mundial', que incluye artículos, colaboraciones y el censo tiburonero del propio Ayllón. Una obra que no oculta la «fascinación» por unos «bichos que llevan más de 450 millones de años en las aguas. Hasta han visto pasar a los dinosaurios que se extinguieron, mientras que ellos no». Unos animales jurásicos a los que, paradójicamente, Spielberg también resucitó en gran pantalla. Y en la memoria colectiva de todos los espectadores. Aunque sin el miedo a encontrarlos en la cresta de cualquier ola.

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