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Walt Disney, retratado en una de las ilustraciones del libro.
Patrañas sensacionales

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Héctor Sánchez indaga en la historia secreta de la fábrica de sueños a través de sus mitos más extravagantes

MIGUEL LORENCI

Viernes, 6 de enero 2017, 00:24

Hay quien cree que el hombre no llegó jamás a la Luna. Que aquella turbia imagen de Neil Armstrong pisando el suelo del satélite fue un montaje urdido por Richard Nixon con la activa y necesaria complicidad de uno de los mayores genios del cine, Stanley Kubrick. Y también hay quien cree que Walt Disney era almeriense. Estas son algunas de la treintena de sensacionales patrañas, creíbles para muchos, que el periodista Héctor Sánchez ha reunido en 'Kubrick en la luna y otras leyendas urbanas del cine' (Errata Naturae), un desternillante compendio de bulos, anécdotas y chismes descacharrantes en torno a la fábrica de sueños que ilustra David Sánchez. «Un alucinante paseo por la historia secreta y paralela del cine, sus leyendas y mitos más escabrosos y divertidos», dicen sus autores.

Historias sensacionales, ora oscuras, ora luminosas, hilarantes y extravagantes casi todas y contadas sin asomo de sensacionalismo. Como la supuesta criogenización de Walt Disney y el origen español del padre de Mickey Mouse, que habría nacido en Mojácar y llenaba sus películas infantiles de subliminales imágenes sexuales; los cadáveres que se colaron de rondón en el rodaje del 'Mago de Oz', entre ellos el de un enano que aparece ahorcado, -por despecho o por despido- o las trágicas muertes de Bruce Lee o la ¿decapitada? Jayne Mansfield. Bienvenidos a la otra verdad del cine.

Cuenta el séptimo arte con una mitología propia, escabrosa a menudo y muy divertida. Bulos y leyendas mil veces reescritos y tergiversados en los que conviven lo cómico, lo trágico, lo tragicómico, lo terrorífico y lo directamente pornográfico. Como la historia del pene -presunto y extirpado- de Jamie Lee Curtis, hija de Tony Curtis y Janet Leigh, nacida hermafrodita. O la del muy real miembro viril del superdotado Errol Flynn, capaz de tocar el piano sin manos para asombro de la mismísima Marilyn Monroe. No en vano, la actriz contó a Truman Capote que vio a Flynn aporrear el piano con la verga interpretando 'You Are My Sunshine' en una fiesta desmadrada.

Destripa Sánchez las maldiciones de cintas como 'La semilla del diablo', 'La profecía', 'Poltergeist' o 'El exorcista', que batió récords de muertes en el rodaje y entre los miembros del equipo. O el infernal rodaje de 'Blade Runner', que provocaría el descalabro de marcas como Atari, Coca-Cola, Pam-Am, RCA o Bell System, que apostaron por figurar en los luminosos de aquel apocalíptico Los Ángeles de 2019. A varias les salió por la culata. Algunas entraron en crisis y otras desaparecieron.

Tratando de repetir el éxito que se anotó con 'Paul está muerto y otras leyendas urbanas del rock', el libro destila ironía, sarcasmo y humor negro para indagar si es verdad, por ejemplo, que Buster Keaton, genio del cine mudo y 'Pamplinas' para el cinéfilo español, tenía prohibido reírse por contrato. Si Bette Davis y Joan Crawford llegaron en su duelo de arpías al borde del asesinato en el rodaje de 'Qué fue de Baby Jane' mientas su director, Robert Aldrich, trataba de atenuar el odio cósmico entre estrellas. O qué contenía el maletín que Marsellu Wallace atesora en 'Pulp Fiction'.

Qué mejor caldo de cultivo para las leyendas urbanas que el cine, ese Olimpo de mitos de celuloide tan parecido a los mitos antiguos. Como el de James Dean, que vivió deprisa y dejó un bonito cadáver por la maldición de Maila Nurmi, según algunas lenguas viperinas. Era una actriz finlandesa conocida como Vampira que en un programa de la tele maldijo al actor por declarar «no salgo con personajes de historieta» cuando le preguntaron por un presunto romance. A Nurmi le abrasó la melena un fan del protagonista de 'Rebelde sin causa', convencido de que Vampira había embrujado el Porsche Spider 550 que Dean bautizó como 'Pequeño Bastardo' y en el que perdería la vida poco después de rodar un anuncio para una campaña de seguridad vial.

En este alucinante recorrido por la historia secreta y paralela del séptimo arte hay muertos en pleno rodaje, actores renacidos de sus cenizas y sus tumbas, secretas adicciones e inverosímiles habilidades sexuales, mafiosos violentos y conseguidores a la sombra de presidentes, letales sesiones de maquillaje, literalmente, películas que se ganaron a pulso el apelativo de malditas, duelos de astros directores, falsos rodajes y rodajes en falso, tórridas imágenes subliminales escondidas en los más tiernos largometrajes y hasta orgías con enanos.

Asegura Héctor Sánchez (Salamanca, 1985) que se hizo periodista «para poder entrevistar a Woody Allen». Mientras llega ese día, disecciona películas «fotograma a fotograma» y congela imágenes para desvelar los secretos que encierran. Es firma habitual de revistas de música como 'Efe Eme' o 'Ruta 66' y colabora en medios generalistas y espacios como 'Ninth Cómic', 'Zona Negativa' o 'Rock & Gol'.

David Sánchez (Madrid, 1977) ha diseñado varias colecciones de Errata Naturae e ilustra algunos libros del sello. Ha publicado su dibujos en 'Rolling Stone', 'Cinemanía', 'Don', 'Vice' o 'Papel'.

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