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Marina Martín es jugadora del Rincón Fertilidad y pertenece al equipo de la UMA de balonmano. Félix Palacios.

Marina Martín: «Cuando termine la carrera me dedicaré a la medicina»

Esta jugadora profesional del Rincón Fertilidad de balonmano estudia cuarto curso del grado en la Universidad de Málaga

CARLOS CONTRERAS

Málaga.

Martes, 11 de diciembre 2018

Marina Martín estudia cuarto de Medicina en la Universidad de Málaga y es jugadora profesional del Rincón Fertilidad. Este club compite en la Primera División femenina de balonmano, lo que hace que compaginar su vida académica con la deportiva sea una tarea muy difícil. «Llevo organizándome desde pequeña. Es algo que tengo ya asimilado como mi vida diaria», explica la canterana malagueña.

Esta joven de 21 años lleva practicando este deporte desde muy pequeña. Con tan solo ocho años empezó a jugar en su colegio, Puertosol. Después se fue al equipo de Los Olivos porque en su antiguo centro educativo no había categoría senior.

Palmarés

  • Universitario: Marina Martín fue quinta en el Campeonato de Europa 2017 y campeona de España en 2015, 2016 y 2017.

  • Profesional: Este es su segundo año en la élite del balonmano femenino. Quinta en la Liga 2017/2018; cuartos de final en la Copa de la Reina 2017/2018 y octavos de final en Europa 2017/2018.

Entró en la UMA a través de una beca como deportista. «Yo tenía una media en Selectividad de 12 y la nota de corte para entrar en Medicina era un 12,4», explica. Con sus compañeros de carrera tiene buena relación, pero algunos no entienden que ella tenga que faltar a ciertas horas o que le cambien prácticas, ni siquiera que haya accedido a la titulación a través de la beca deportiva. «Hay gente a la que no le parece justo», comenta. «Pero a lo mejor esas cuatro décimas las hubiese sacado si antes de la Selectividad no hubiese tenido que competir en el Campeonato de España en juveniles con mi colegio, el Puertosol», argumenta.

«Espero que se le dé un poco más de importancia al deporte femenino»

Marina Martín

El mismo problema existe entre los profesores. Algunos entienden la situación profesional de Martín y otros no tanto. «Suelen ser muy comprensivos y te animan a seguir. Me dicen que es bueno para mi persona. Pero algunos sí que te ponen problemas», señala la joven jugadora de balonmano. «Recuerdo una mala experiencia una vez que tenía un viaje y coincidía con la fecha de un examen; no pude cambiarlo y al final no me fui», apunta.

Un futuro en la sanidad

Marina Martín tiene claro que su carrera deportiva acabará cuando termine sus estudios de Medicina. «Yo a esto no me podría dedicar durante los próximos 10 años. La medicina es lo que me va a dar de comer y ahora mismo lo tengo muy claro. Cuando salga de la universidad me dedicaré a lo que he estudiado durante tantos años», confirma la jugadora. Otro de los motivos que le empujan a pensar así es el MIR: «Implica mucho tiempo de estudio y de estar concentrada y no me puedo permitir viajar a Suiza o al País Vasco todas las semanas».

Solo se plantearía la opción de seguir jugando si le llega una buena oferta que suponga una gran oportunidad para su futuro profesional en su carrera como médica. «Si veo que es una oportunidad para mí dentro de la carrera, porque me facilitan seguir en la universidad, sé que allí hay buen nivel, etc., sí que me lo plantearía, pero también depende mucho de las condiciones», sostiene.

Esto lo piensa después de quedar quinta con la Universidad de Málaga en 2017 en el Campeonato de Europa Universitario y ganar tres campeonatos de España consecutivos desde 2015. Observa una diferencia abismal de calidad entre los campeonatos universitarios y los profesionales. «En el Campeonato de Andalucía sí se ve mucha diferencia», asegura. «En el de España hay otro nivel. Valencia tiene tres equipos que están en la élite. Barcelona también tiene al Granollers y existe más competencia», detalla.

Discriminación

Con su equipo, en el que lleva dos temporadas, el año pasado quedaron quintas en la Liga, y fueron eliminadas a las puertas de la semifinal de la Copa de la Reina y en Europa casi llegan a cuartos.

En el deporte femenino, en este caso concreto en el balonmano, se sienten discriminadas. «El sueldo que ganamos en el femenino no es el mismo que en el masculino. Es verdad que el nivel que se exige ahora mismo en España no es el que querríamos. Las jugadoras con muy buen nivel se van del país. El sueldo aquí no les permite vivir y su nivel es increíble. En ese sentido hay mucho que mejorar», argumenta. «Sumando mi sueldo y la ayuda que nos dieron por ganar medalla en el Campeonato Universitario voy tirando económicamente», aclara.

Ahora el balonmano femenino se puede seguir por diferentes soportes. «Este deporte se está movilizando mucho. Se está retransmitiendo en Teledeporte, por YouTube, etc. Estamos intentando maximizar todo lo posible las audiencias para que la gente lo vea y se enganche», sostiene.

«Espero que se le dé un poco más de importancia al deporte femenino. No hablo del balonmano, sino de cualquier otro deporte, porque la parte femenina está algo dejada. Ojalá mejore con la ayuda de todos», declara.

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