La mujer logra ser protagonista en el mundo del deporte

Luchar, luchar y más luchar. Soñar. Constancia. Esfuerzo. Trabajo diario. Estos términos podrían ser algunos de los que han llevado a la mujer a conseguir el sitio que merece en la sociedad actual. En pocos días, el 8 de marzo trae una jornada de celebración. Y es que es para festejar que la figura femenina esté llegando a todo lo que se proponga. Se dice que si quieres, puedes. En un ámbito que desde sus comienzos ha sido muy masculino, las mujeres han llegado, han pisado fuerte y han dicho 'aquí estoy yo'. Nadie dijo que fuera fácil, pero la mujer ha logrado ser protagonista en el mundo del deporte.

Solo hay que ver los últimos logros femeninos que ya tienen nombre propio: la nadadora Mireia Belmonte, las 'Guerreras' del balonmano español, la jugadora de bádminton Carolina Marín, las chicas de la selección de baloncesto, Serena Williams en el tenis... Los nombres femeninos ocupan cada vez más espacio en el día a día.

Y las nuevas generaciones vienen pisando fuerte. Saben lo que quieren y van a por ello. Por eso es esencial que a la vez que se forman en sus estudios, sigan consolidándose en su carrera deportiva. Eso pasa en la Universidad de Málaga, caracterizada por llevar el deporte por bandera, y haciéndose con gran representación en campeonatos tanto nacionales como internacionales. El Complejo Deportivo de la Universidad de Málaga también tiene nombre de mujer. En diferentes modalidades está representada la figura femenina en el deporte universitario. Como trabajadoras en las instalaciones, como responsables de la imagen del club, como competidoras bajo la marca UMA o asistiendo a las clases dirigidas. De una forma o de otra, buenas noticias: la mujer universitaria y deportista tiene su hueco.

Las deportistas de la UMA han logrado alzarse con el oro en diversos campeonatos europeos universitarios. Como por ejemplo, Jessica Moreno, karateca desde que era pequeña y ahora con 23 años tiene una carrera consolidada. «Me ha sorprendido llegar hasta donde estoy ahora. El resultado de todo es dedicarle horas y entrenar», relata la joven.

Algunas cifras confirman las afirmaciones anteriores. Según datos del Complejo Deportivo de la UMA, en las competiciones universitarias (campeonatos andaluces, nacionales e internacionales), la representación femenina está en casi un 46%, mientras que en los hombres en un 54%. Cifras que muestran la igualdad y el posicionamiento de la mujer compitiendo. La jugadora de baloncesto Carmen Ortiz consiguió el pasado año el segundo puesto en el CAU (Campeonato Andaluz Universitario) y considera que estos torneos son una gran apuesta para aprender. «Los campeonatos de la UMA te aportan confianza, conoces a otras compañeras y otro entrenador que te da nuevos consejos», comenta la malagueña.

Y hablando de medallistas, existe una cifra que resalta el papel que hacen las féminas en los campeonatos. Un 59% de los ganadores de los torneos interuniversitarios son mujeres, frente a un 41% de hombres. Con esto se demuestra que, tal y como asegura la jugadora de voleibol Dayana Rosa Armenteros, «las mujeres hemos demostrado que somos capaces de llegar a la meta que queramos».

Este crecimiento tiene su base en la educación. Valores como el deporte desde que las niñas son pequeñas son esenciales. Y no solo por el físico o la salud, sino por los vínculos que se crean y, sobre todo, por la capacidad de superación y lucha por algo que te apasiona. «Conoces a muchas personas en este mundo, te enseñan, te apoyan... Eso es lo que tiene el deporte, que haces piña», explica Carmen Ortiz.

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La jugadora de baloncesto de la UMA Carmen Ortiz lo tiene claro: «Tengo amigos que han estado al mismo nivel que yo y no cobrábamos lo mismo. Es más difícil llegar lejos si eres mujer». La malagueña es una de las pocas jugadoras que ha salido de la ciudad para competir. Una de las anécdotas que cuenta la joven le ocurrió mientras jugaba en el equipo de la Universidad de Oviedo. «Estábamos el grupo femenino y el masculino. Cuando entramos en el pabellón nos dijeron que las novias no podíamos entrar. Éramos las jugadoras del equipo...», comenta Ortiz. En cuanto a la forma de afrontar los partidos de baloncesto, la jugadora opina que los «hombres son más fuertes, pero que las mujeres juegan más con la técnica y con la cabeza». Sobre la situación actual del deporte femenino, Carmen Ortiz tiene una visión esperanzadora. «Podemos conseguir todo lo que queramos. Tengo amigas que han terminado la carrera y solo se dedican al baloncesto. Eso es muy positivo», afirma. La jugadora no se conforma nunca y trabaja todos los días para conseguir sus retos.

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Cristina Alcántara es una apasionada del deporte desde niña. Ahora se dedica a enseñar a nadar en la UMA, desde los más pequeños hasta los mayores. «Cada vez somos más monitoras aquí. Hay tardes que incluso solo hay representación femenina entre el personal de la piscina», apunta la profesora. Viviendo en primera persona la llegada de deportistas día a día, la monitora tiene claro uno de los problemas que tiene la mujer en el deporte. «Si los niños juegan al fútbol y las niñas a la comba, cuando crezcas sigues con esa idea. Si desde pequeña incitan a hacer deporte, cuando eres mayor no te da miedo competir», asegura Alcántara. Con la experiencia de sus clases ha podido comprobar algunos de los 'miedos' de las chicas. «A veces, cuando están en un equipo con niños, se creen que no van a ser capaces de hacer el mismo ejercicio. Y eso no es así», cuenta la monitora. La natación es el deporte que esta joven practicaba desde pequeña. «En natación no veo mucha diferencia. Las chicas son más receptivas en este deporte, tienen la coordinación más natural», señala.

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Aterrizada este año en España, esta estudiante no tuvo duda en inscribirse en el equipo de voleibol de la UMA para no dejar de practicar deporte. «Ya hemos ganado el primer clasificatorio para el CAU. Estoy muy contenta aquí», relata la deportista. Armenteros ha encontrado muchas diferencias en el trato a la mujer al llegar a la Península Ibérica, tanto en el deporte como en el día a día en general. «Sin llegar al machismo, en Cuba todavía se resaltan aspectos de la mujer superficiales, como las características bonitas del físico. En ese sentido, en España hay una gran evolución», opina la cubana. Al terminar un partido cuando jugaba en la Universidad de La Habana, esta deportista se sintió infravalorada por el hecho de ser mujer. «Dijeron que éramos muy buen equipo, el problema es que nos individualizaron y comentaron nuestro físico. Poniendo etiquetas...», explica Armenteros. A pesar de ello, esta joven está convencida de que ha habido un gran avance en la sociedad: «Nos hemos emancipado. Hemos logrado que se reconozca nuestro papel. El de que las mujeres podemos lograr lo que queramos».

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Una parte primordial de su vida es el deporte, concretamente el golf. Esperanza Serrano cumple este año su segunda temporada en Málaga a causa de sus estudios en la UMA. El curso pasado, esta joven de 19 años participó por primera vez en los campeonatos universitarios a nivel nacional y europeo y se alzó con el oro en ambas ocasiones. «El golf es parte de mí, no me planteo dejarlo. Prefiero sacrificarme y esforzarme más a dejarlo», declara la deportista. Toda una veterana como golfista, desde su experiencia asegura que «es más complicado ganar una competición para los hombres» a causa del alto nivel que hay entre ellos. El golf es un deporte en el que la figura femenina está resurgiendo en los últimos años, aunque a pesar de ello, la joven asegura que «el golf masculino profesional se conoce mucho más que el femenino». Según Serrano, esto se debe a la falta de información. «Las mujeres creen que el deporte femenino es igual que el masculino, que requiere de muchas destrezas físicas y no es así. Somos dos géneros diferentes y no es igual», añade.

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Este es su primer año en clases dirigidas del Complejo Deportivo de la UMA, concretamente en GAP (Glúteos, abdominales y piernas). «Otros años he querido apuntarme, pero al final nunca podía. Estoy con un grupo de amigas y me está gustando mucho», cuenta Gemma Rojas. Pero hay una cosa que llama la atención en esta clase: «Alguna vez que otra viene un niño, pero somos alrededor de veinte niñas. Ellos entienden que son clases de mujeres...», comenta la joven. Desde que era pequeña, en su ciudad natal, Antequera, ha practicado siempre deportes como el fútbol o el voleibol. «Nunca he recibido malos comentarios, pero porque me apuntaba en grupo con mis amigas. Pero sí que sé de chicas que las han llamado marimachos por ser deportistas», cuenta Rojas. La estudiante piensa que en la base de la educación está el respeto a la mujer. «La sociedad ha hecho un cambio implantando una educación dando más importancia a la mujer. Ahora hay gente con la mente más abierta y el deporte ha llegado a ser igual para hombres y mujeres», añade.

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«Mi carrera ha sido dura, pero satisfactoria». Así define Jessica Moreno su andadura como karateca hasta ahora. Desde muy pequeña lleva practicando deporte y la joven no duda en que las mujeres «necesitan entrenar mucho más que los hombres para competir». A pesar de ello, Moreno confirma que nunca ha tenido dificultades en los campeonatos. Desde el primer año (2015) que comenzó su carrera universitaria, desde la UMA siempre han contado con ella para los torneos nacionales e internacionales. «Me he dado cuenta de que lo más díficil para la mujer en el deporte es estar al mismo nivel. Obviamente nosotras necesitamos entrenar más físico y fuerza para poder competir de la misma forma. Esto tampoco quiere decir que sea fácil para ellos», asegura. Entrena y enseña el kárate a niños desde 3 a 12 años y apunta a que «hay muchas niñas interesadas en este deporte». Otro dato más que confirma que las niñas desde pequeñas se están integrando cada vez más en el deporte «Es curioso... Cuando yo empecé eran más niños», añade Moreno.

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El deporte universitario tiene muchas formas de entenderse y, una de ellas, es la forma de llegar al público joven a través de la creatividad. Pepa Moreno es la encargada de innovar en la proyección de los valores del deporte en la UMA. «Se demuestra el trabajo que se hace aquí en el Complejo Deportivo y se hace a través de la imagen», explica Moreno. Ella es de las pocas mujeres que rondan por las oficinas deportivas de la UMA. «No es difícil llegar aquí por ser mujer. Todo es cuestión del esfuerzo y la dedicación. Si trabajas llegarás a donde te propongas», cuenta. Rodeada de deportistas en su día a día, la profesional asegura que la mujer está dando pasos poco a poco. «No es que tengamos miedo, pero quizás a las mujeres nos cuesta un poco más. De todas formas vamos subiendo escalones. El rugby femenino es un ejemplo de que se puede conseguir», declara. Pepa Moreno lleva alrededor de siete años vinculada con el equipo deportivo de la UMA y se siente muy feliz y valorada. «Mi trabajo se respeta mucho. Siempre tengo un equipo detrás que me asesora y tomamos decisiones», explica.