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Lorena Cádiz
Benalmádena
Sábado, 21 de octubre 2023, 00:17
Se les conoce como 'Villa Mosca' y 'Villa nicho' y son dos zonas no urbanizadas de Benalmádena. La primera está situada por debajo del puente ... de la autovía que da acceso a la localidad y la segunda está detrás del cementerio, de ahí su nombre. La primera, 'Villa mosca', recibió la consideración de zona ganadera a finales de los años 90, y desde entonces hasta ahora ha ido creciendo «sin control», según denuncian miembros de PACMA, que junto a representantes del Grupo Animalista de Benalmádena presentaron hace unos días una denuncia en el Ayuntamiento tras descubrir allí «zulos» para animales, que sobreviven en «condiciones lamentables».
La segunda, 'Villa nicho', según las mismas fuentes, no tiene consideración zoológica, sino que simplemente «año tras año se han ido ocupando los espacios y generando chabolismo animal». Desde PACMA hablan de «criaderos de gatos», de gallinas, cabras, perros y caballos en muy mal estado, de una falta absoluta de higiene y de «zulos en los que no entra la luz del día». «Se oyen los animales pero están encerrados y es imposible verlos».
Tras la denuncia, la Policía Local de Benalmádena estuvo esta semana investigando las instalaciones, junto con técnicos municipales «para determinar y verificar la existencia de maltrato animal y coordinar si fuese necesario las medidas para trasladarlos a los centros de protección animal con los que el ayuntamiento mantiene contratos o convenios de colaboración», según informaron fuentes municipales.
Pero tras la primera inspección ocular el informe elaborado por la Policía Local descarta situaciones de maltrato, al igual que la existencia de un criadero de gatos. Aún así, la próxima semana se realizará una nueva inspección, esta vez con técnicos de la Junta de Andalucía. Desde el Ayuntamiento aseguran que su intención es elaborar un censo para saber cuántos animales hay en ambas zonas y quienes son sus propietarios, y en la inspección de la próxima semana, conocer de primera mano las condiciones de los habitáculos, aunque reconocen que el objetivo último es ir desmantelando progresivamente estos espacios.
Por su parte, desde PACMA piden que las medidas que se tomen «no sean trasladar a los animales a otros zulos en otros sitios o sacrificarlos» sino que «el Ayuntamiento exiga el arreglo de las instalaciones y se verifique que los animales se mantienen en condiciones óptimas».
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