Comienza el desguace del Willow en Benalmádena

Según se detalló en la fase de licitación del contrato elaborado por el Ayuntamiento de Benalmádena, la empresa tendrá que ejecutar los trabajos teniendo en cuenta todas las medidas de seguridad necesarias, así como «los medios a utilizar para la prevención de la contaminación marina, y de la gestión de residuos». De igual manera también se hará responsable de «los restos y residuos resultantes de la operación de desguace» y dispondrá de ellos «a su conveniencia».

Según los datos aportados por el alcalde, los trabajos de desguace tendrán finalmente un coste superior a 300.000 euros, pero una vez que el barco no esté, «se recuperarán 19 amarres que permitirán generar ingresos anuales de unos 100.000 euros con nuevas embarcaciones».

Lara defendió también que la desaparición de la mítica embarcación supondrá «eliminar un foco de contaminación», además de dar respuesta a «una demanda reiterada de los ciudadanos y usuarios del puerto».

Fue en marzo de 2019 cuando un temporal dejó semihundido al mítico barco de vapor Willow en el puerto deportivo de Benalmádena. El aire y un mal golpe que provocó filtraciones en una parte de la embarcación escribieron el penúltimo capítulo del Willow, construido a comienzos del siglo XX para surcar el río Mississippi, pero que ha tenido además una larga vida en aguas saladas, concretamente las del Mediterráneo que baña la Costa del Sol.

En Puerto Marina ha estado más de dos décadas, tiempo en el que ha sido una discoteca, restaurante e incluso un club de alterne clandestino. Antes de su hundimiento por el temporal, presentaba ya un evidente estado de deterioro por la falta de mantenimiento.

Durante estos últimos seis años, la imagen del Willow semihundido en la zona de amarres de Puerto Marina no ha sido la mejor para este entorno. Lo que podría haber sido un motivo de orgullo, ya que se trataba de uno de los pocos barcos de vapor históricos que podían contemplarse en un puerto europeo, pasó a ser un problema, agravado por una larga batalla judicial entre el Ayuntamiento de Benalmádena y la propiedad.