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Stella Rittwagen, en su tienda de Puerto Banús, parada obligada desde abril de 2013.
Stella Rittwagen: «En el trabajo hago una locura detrás de otra; voy por libre»

Stella Rittwagen: «En el trabajo hago una locura detrás de otra; voy por libre»

ANA PÉREZ-BRYAN

Lunes, 25 de agosto 2014, 01:34

Sólo hace falta teclear en Google la clave 'satchel flúor' para hacerse una idea de la espectacular progresión de la firma de Stella Rittwagen en poco más de cuatro años. Sus bolsos y complementos se veneran tanto en el exclusivo escaparate de las 'it-girls' como en el escenario de la moda cotidiana. No hay revista especializada ni blog que se precie que no se haya hecho eco de la aventura de esta malagueña a la que mueve un solo resorte: la pasión por su trabajo. Y con eso, lo demás viene rodado.

-Mucho ha llovido desde que vendía sus complementos en la playa de la Carihuela...

-Todavía no lo he asimilado. ¡Esto es una lucha constante!

-Seguro que ahí, a pie paseo, también tenía su encanto...

-Sí, todas las épocas lo tienen. Lo importante es disfrutar de las buenas y de las malas.

-A usted se la ve en las buenas...

-Sí, estoy contenta porque todo lo que hago está gustando. No te hablo de ventas ni de volumen de negocio, sino de la sensación que me transmite la gente de que lo mío les interesa. Siempre pienso: «Bueno, esta temporada vendrá más flojita». ¡Y qué va, cada vez más fuerte! Además, soy muy optimista...

-También cabezota y perfeccionista. Eso dicen de usted...

-¡Sí, me lo dicen por aquí! (risas). Parece que no discuto pero luego soy 'erre que 'erre'.

-...y también que en su empresa se trabaja como en familia...

-¡Eso sí! Es marca de la casa... No busco fueras de serie, sino gente con ganas, que vayamos a una.

-En sus inicios incluso fue capaz de conducir un camión a Madrid para llevar personalmente sus complementos. ¿Hubo muchas locuras?

-Es que yo soy capaz de muchas cosas (risas). En el trabajo hago una locura detrás de otra, pero si no hubiera sido así quizás no existiría la marca. Yo voy por libre y no paro. Ahora por ejemplo vengo de Marruecos de hacer las fotos para la nueva campaña y estoy muy contenta. También porque una de las modelos ha sido mi hija.

-¿Ella le da consejos?

-¡Sí, muchos! Y además me fío de su criterio mucho más de lo que la gente piensa. Es ella la que está en la calle día a día y la que ve por dónde van las tendencias.

-¿Seguirá sus pasos?

-Sí, ella quiere...

-¿ Y se ha sacado ya el abono del Málaga para la nueva temporada?

-Todavía no; lo tengo pendiente. A mí el Málaga me fascina. Y además opino mucho, ¡soy muy farota y a veces pierdo la compostura!

-Seguro que ya tendrá su opinión sobre cómo será temporada...

-La veo regular. Me gustaba mucho Pellegrini...

-¿Qué es lo primero que piensa cuando ve a alguna chica con uno de sus bolsos?

-Pues mira el otro día estuve en Tívoli y en el Pasaje del Terror la chica de delante llevaba un bolso mío. ¡Me quedé muerta! Y ayer fui a desayunar a Churriana y vi dos nada más llegar. Es muy fuerte.

-¿A quién le gustaría verle puesto uno de los suyos?

-No me lo planteo, pero si pudiera elegir me gustaría ponerle uno a Elle Macpherson, que me encanta.

-¿Qué lleva usted en el suyo?

-Pues mira (abre el bolso y lo enseña)... Un monederillo, unas gafas porque no veo y sobre todo este cordón del Cautivo que era de mi madre y que siempre va conmigo, igual que dos piedrecitas. Soy muy supersticiosa.

-Grita cuando ve a alguien vestido con...

-Hay mucho para gritar (risas). Mi hijo, por ejemplo, tiene prohibido salir con chanclas a la calle. Y en mi armario no hay nada que no sea sencillo ni fácil. Ni estridencias, ni clavos, ni pinchos.

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