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Agustín Peláez
Domingo, 14 de septiembre 2014, 02:20
Se vendió en su momento como el primer tranvía de Andalucía, un medio de transporte del siglo XXI -entró en funcionamiento en octubre de 2006-, moderno, ecológico, rápido y eficaz. Su ejecución supuso la friolera de más de 30 millones euros, entre la primera y segunda fase, aunque esta última nunca llegó a ponerse en marcha. A esta cantidad hay que sumar los ocho millones de euros de la compra de los tres trenes con los que llegó a contar y que desde septiembre de 2013 se encuentran en Sidney (Australia) en alquiler.
Después de cinco años y casi ocho meses de funcionamiento, el alcalde, FranciscoDelgado Bonilla (PP), decidió suspender el servicio ante la negativa de la Junta de Andalucía de participar en la gestión del servicio. El tranvía llegó a transportar al 64% de los usuarios del transporte municipal.
Dos años y dos meses después de su suspensión, aquel proyecto millonario y pionero en Andalucía está siendo pasto del abandono, debido al nulo mantenimiento de la infraestructura. Prueba de ello, son las numerosas arquetas saqueadas, los cables eléctricos robados para aprovechar el cobre, las señales y los cristales de las marquesinas rotos a pedradas e incluso los semáforos destrozados. La hierba crece en algunos puntos del trazado y hay elementos que comienzan a oxidarse ante la mirada atónita de los vecinos, mientras los vehículos utilizan las vías para aparcar.
El propio Ayuntamiento, según el alcalde, Francisco Delgado, está desmantelando algunos semáforos del sistema tranviario para reparar otras instalaciones semafóricas de la ciudad. «Antes que comprarlas, preferimos utilizar las del tranvía», señala. La razón de ese abandono es el nulo mantenimiento que por parte del Ayuntamiento se realiza de la infraestructura.
Ante esta situación, lo único que ha hecho el Ayuntamiento es aprobar una propuesta en pleno instando a la Junta a financiar el tranvía de Vélez igual que con el metro de Málaga, como única vía para volver a ponerlo en funcionamiento, aunque con otros trenes, ya que es intención del Consistorio vender las actuales unidades alquiladas a Sidney y por las que recibe 200.000 euros al año.
A pesar de estar parado, el Ayuntamiento tiene que pagar cada año 200.000 euros para sufragar los tres convoyes. Además adeuda a la empresa 750.000 euros de la tercera unidad, que todavía no ha reconocido.
¿Pero qué dicen los vecinos del deterioro de la infraestructura? Que es una lástima y que si existe la intención de retomar el servicio, hay que mantenerla, máxime si es un medio contemplado en el plan de movilidad del municipio. Aunque también coinciden en que la Junta debe participar en la gestión y su sostenimiento económica.
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