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NURIA TRIGUERO
Lunes, 3 de marzo 2014, 11:12
«Estamos felices». Así se confiesan los únicos habitantes de Félix Sáenz. No tienen vecinos que les molesten ni les abruma la soledad. Desde hace dos años, esta pareja de jubilados que prefiere no ver publicados sus nombres en el periódico disfruta en exclusiva del privilegio de vivir en uno de los edificios más emblemáticos de Málaga. De las 52 viviendas de lujo que se habilitaron en los antiguos almacenes tras una profunda y costosa reforma (más de 10 millones de euros), sólo se han vendido cinco: el citado matrimonio compró tres y las unió para formar su hogar, otro piso es ocupado sólo esporádicamente y en el quinto se ha instalado un despacho de abogados.
El alto coste de las viviendas, cuya comercialización se inició en 2008 con precios que iban de 360.000 a 900.000 euros, ha chocado con la realidad de una crisis que mantiene bajo mínimos la demanda inmobiliaria en la ciudad. El actual propietario del inmueble, que es el Banco Popular la promotora Restaura se lo dio en pago de una deuda viene ofreciendo descuentos para intentar atraer compradores. «Félix Sáenz se incorporó a la campaña Tu casa de rebajas el pasado mes de agosto con un descuento promedio del 17%, generándose desde ese momento 76 visitas de interesados y 16 ofertas. La promoción ha suscitado un gran interés debido a su magnífica ubicación y representatividad del edificio», aseguran fuentes de la entidad financiera.
Rebaja del 17%
En la página web de Aliseda, la inmobiliaria de Banco Popular, se ofertan los 31 pisos que están disponibles a día de hoy en Félix Sáenz: el más barato, de 49 metros cuadrados y una habitación, cuesta 269.080 euros, mientras que el más caro, de 126 metros cuadrados y tres habitaciones, situado en la última planta, alcanza los 696.981 euros.
La diferencia entre los 31 pisos que están ofertados actualmente para la venta y los 47 que quedan en realidad sin comercializar viene de la docena de viviendas toda la planta segunda de Félix Sáenz que el Banco Popular va a destinar a albergar su delegación territorial. De esta manera, la entidad ha decidido aprovechar el espacio que tiene disponible en una ubicación privilegiada del Centro de Málaga.
La rehabilitación del edificio que albergó los primeros grandes almacenes de Málaga ha estado marcada por los problemas. Son cuatro las manos por las que ha pasado desde que en 2001 sus propietarios los herederos del comerciante que dio nombre al edificio se lo vendieron a la promotora sevillana Somersen, cuyo plan era construir oficinas y locales comerciales. Esta compañía no fue capaz de llevarlo adelante. En 2004, Promociones Tres Aceras se hizo con Félix Sáenz por 21 millones y preparó un proyecto de rehabilitación que es el que finalmente se ha llevado a cabo, con viviendas en lugar de oficinas. Pero tampoco sería esta empresa la que lograría llevarlo a término, puesto que Restaura compró el inmueble en 2006 por 30 millones cuando apenas habían empezado las obras. La promotora catalana acabó cediendo a su vez el testigo a Banco Popular debido a sus dificultades financieras.
Aparte de estos cambios de propiedad, la gran complejidad técnica de la rehabilitación que exigía mantener la fachada original pese a la necesidad de demoler casi todo el interior demoró las obras durante cinco años. Una vez superada, la llegada de inquilinos está suponiendo un reto no menos complicado.
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