Por sorpresa
Un grupo de clientes homenajea a Francisco Ramírez, propietario de El Refectorium, que cumple 55 años en la hostelería
ANTONIO ROCHE alroche@diariosur.es
Viernes, 22 de enero 2010, 02:43
Lo llevaron engañado. Uno de sus hijos le dijo: «Papá, el lunes por la noche te voy a llevar a la inauguración de un restaurante». El hombre pensó: «Tiene mérito inaugurar un restaurante un lunes y en plena crisis». Lo llevaron a lo alto de Suárez y cuando llegó al lugar vio que todo estaba lleno de vehículos excepto una plaza que había en la misma puerta (¡qué casualidad!). Incluso el padre dudó de que allí se pudiera aparcar. Bajaron y entraron en el cortijo Los Chalanes. En un salón había cerca de doscientas personas, que se pusieron de pie cuando lo vieron aparecer. El hombre se puso blanco, como su pelo. Le preguntó a su esposa, Adelina: «¿Esto qué es?». Se echó a sudar al comprobar la encerrona.
El hombre en cuestión es uno de los restauradores más acreditados de Málaga: Francisco Ramírez Romero, el dueño de El Refectorium, que, a sus 70 años, sigue al pie del cañón. Un grupo de amigos y clientes, capitaneados por Rafael Rico, decidió sorprenderle con un homenaje por sus 55 años dedicados a la hostelería. Dicho y hecho. El pasado lunes se celebró. Todo se hizo a escondidas del homenajeado. Entre los dos centenares de asistentes se encontraban numerosos restauradores, entre ellos Adolfo Jaime y Armando Frutos. Alguien recordó que el padre de este último, Frutos Herraz, hubiera merecido también un homenaje similar antes de marcharse de viaje eterno. Estuvieron también cofrades de la Expiración -la cofradía de Paco Ramírez- y de la Paloma, con José Carretín al frente.
El homenajeado está cada día a las siete de la mañana en el mercado de Atarazanas para comprar los productos más frescos del día, sean pescados, mariscos o verduras. Además, es una gestión que a él le gusta hacer personalmente. No delega en nadie.
Con quince años se inició en la hostelería de la mano de su padre. Después de trabajar en Torremolinos abrió su propio restaurante, Don Paco, en la barriada Virgen de Belén, y de ahí emprendió la cadena El Refectorium, que tuvo locales en las calles Granados, Nueva, Cerrado de Calderón, El Palo y La Malagueta, concretamente en la calle Cervantes, que es el que permenece abierto. Por allí pasa la 'crème de la crème'. Son clientes habituales el doctor Horacio Oliva, el pintor Evaristo Guerra cuando está en Málaga, Miguel García, Manuel Leal, Francisco Sánchez y José Escobar, entre otros muchos.
A Francisco Ramírez le gusta compartir una copa de vino con los amigos que van a su casa, y una vez que tiene el día encarrilado, se le ve de mesa en mesa en animada charla. Seguramente más relajado que el pasado lunes, cuando lo llevaron engañado a su propio homenaje. Un día que la emoción no le dejó de disfrutar plenamente de la velada.
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