Las 'mamis' ejercen un férreo control sobre las chicas

Son figuras imprescindibles en clubes y casas de citas, hasta el punto de que un investigador de la Brigada de Extranjería que ha participado en distintas operaciones contra este tipo de locales -algunas muy recientes- afirma que ejercen una función central: «Son fundamentales en el control de las mujeres y de cada 'pase' o 'visa'», es decir, de cada servicio sexual, de su duración y del precio acordado con el cliente. «En un club, la 'mami' cobra hasta las sábanas», dice el agente; lo que significa que sabe exactamente cuándo y cuánto trabaja una chica, porque esa sábana desechable forma parte de una especie de 'kit' que adquiere el cliente antes de entrar en la habitación.

La figura de este tipo de mujeres controladoras, que en el 90% de los casos ha ejercido la prostitución, se ha extendido también a la calle y se empieza a implantar en el polígono. Suelen ser rumanas o nigerianas y tienen a su cargo a tres o cuatro chicas bastante jóvenes de su misma nacionalidad. Controlan todos sus movimientos y pueden emplear los gritos y la violencia física para doblegarlas. También se encargan de jalear al grupo en caso de que alguna mujer quiera ponerse en la zona en la que ella y sus chicas están, hasta conseguir echar a la 'intrusa'. En el caso de las 'mamis' de calle, trabajan a un porcentaje por este control y de hecho algunas prostitutas han referido que les pagan 150 y 200 euros por día. Para el agente de la Brigada de Extranjera, «estas mujeres se convierten en los ojos de los chulos y además saben rápidamente si las chicas están mintiendo o no, ya que ellas mismas han ejercido o ejercen la prostitución».