
Secciones
Servicios
Destacamos
ISIDRO PRAT
Miércoles, 30 de septiembre 2009, 03:55
A la sangre siempre se le han atribuido propiedades extraordinarias. Consideraban que poseía poderes ocultos capaces de seducir al ser amado o conservar la juventud si se bebía recién salida del cuerpo del enemigo herido. Los lazos de sangre, creaban un vínculo sólido e imperceptible que iba más allá del árbol genealógico y los grupos sanguíneos. Con pactos de sangre se sellaban amistades juveniles y ese entrelazado, hecho con pequeñas heridas en la mano o en el antebrazo, creaba un sólido compromiso capaz de ligar sus destinos o cerrar un pacto de silencio de por vida. Con la sangre, las brujas hacían conjuros, leían el destino o interpretaban los designios del más allá. Decimos que tiene sangre de horchata si los problemas le resbalaban como la mantequilla, y no tiene sangre en las venas si permanece impávido ante cualquier atrocidad. A sangre caliente matan los irascibles y a sangre fría se vengan los calculadores. El derramamiento de sangre sirve de excusa tanto para iniciar una revolución o una guerra como para terminar con ella si se ha vertido en exceso. Echando unas gotas de sangre menstrual en una copa de vino tinto conseguían que la pareja enloquezca de amor «Para que me quiera, y no me pueda olvidar de noche ni de día donde quiera que estuviere, para que no tenga sosiego ni pueda comer ni dormir sino fuere conmigo» decía Catalina del Castillo, hechicera de La Gomera, ante el Tribunal de la Inquisición, acusada de utilizar sangre de su regla para cautivar a los hombres. Mucha, demasiada simbología atávica hemos creado alrededor de la sangre.
Buena sangre o mala sangre ¡Qué más da! La sangre simboliza tantas cosas que ya forma parte de nuestras vivencias más íntimas, de nuestras tradiciones, nuestros tabúes, nuestros temores y nuestros errores. Ese avasallador mundo mágico que se ha creado alrededor de la sangre, llega a calar tan hondo que algunos, al verla, sienten una mezcla de aprensión y melancolía que les supera, mientras a otros les provoca mareos, incluso desfallecimientos imprevistos y lipotimias aunque ellos se consideren los más fuertes y osados de la pandilla.
Como médicos y como científicos, tenemos el deber de poner las cosas en su sitio y erradicar definitivamente tantos mitos que, transmitidos boca a boca desde hace siglos, han dejado un poso de falsas creencias difíciles de eliminar. Sabemos que no se pueden cambiar de un plumazo con unas cuantas sesiones de verdad científica, pero tenemos la obligación de perseverar, con argumentos sólidos y convincentes, para que la verdad llegue también a calar en lo más hondo y quede marcada a fuego en nuestro subconsciente.
La donación de sangre, no es ajena a esos lazos ocultos e indescifrables que se le atribuyen a la sangre ¡A la porra las excusas! Reza el eslogan de la última campaña para concienciarnos sobre la importancia de la donación de sangre. No engorda ni adelgaza, no da hambre, no debilita ni crea adicción, la extracción es rápida y segura. Entonces ¿Cuál es tu excusa para no donarla? Preguntaban a los más reticentes. Los malagueños, somos solidarios y lo demostramos siempre que podemos. Nos preocupamos por nuestros enfermos y tenemos una excelente predisposición para ayudar a los demás. Cobijamos a nuestros familiares, amigos o vecinos con nuestras visitas al hospital. Queremos que no se sientan solos, que perciban que estamos con ellos, a su lado. Sabemos que, con nuestro cariño cercano, se sentirán más fuertes y afrontarán mejor esos momentos difíciles de enfermedad y zozobra.
Ningún día es igual a otro. Este fin de semana, hemos tenido un terrible accidente. La velocidad, el calor, la curva, la carga, la impericia, ¿quien sabe? Hay tantas causas por las que una furgoneta repleta de jóvenes puede volcar. Veintiséis heridos, diecisiete de ellos se ingresaron en el hospital más próximo, algunos aun están muy graves pero estables después de varias intervenciones que han necesitado reponer parte de la sangre perdida. Una joven de veinticuatro años, natural de La Rioja, falleció en el acto, pero se han evitado más desgracias porque la sangre sanadora estaba ahí, esperando ser utilizada cuando hiciera falta, y esta vez se necesitó a manos llenas.
Sentimos desengañar a muchos lectores que se han creído una buena sarta de mentiras sobre la sangre, pero hoy la conocemos muy bien y podemos asegurar que no tiene poderes ni sobrenaturales ni mágicos. Los pactos de sangre se rompen a las primeras de cambio, no sirve para seducir ni para mantener la lozanía de por vida. La letra con sangre no entra, ni la sangre real es de color azul turquesa sino como la de los demás mortales. Pero, también podemos afirmar, con rotundidad, que cuando una sangre ajena comienza a circular por las venas de un enfermo, esa transfusión no sólo lleva salud, sino que establece vínculos de esperanza entre personas que nunca llegarán a conocerse. La sangre no es mágica pero sí es sanadora. Nuestra solidaridad hace que nos sintamos orgullosos de nuestro acto, y contribuye a que los médicos puedan seguir salvando muchas vidas. Basta de excusas y coartadas. Unámonos una vez más a esa legión de malagueños que se muestran orgullosos de ser donantes de sangre. No hay sangre buena ni sangre mala, sólo hay sangre sanadora.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Cork busca turistas en el norte de España
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.