El arte de salir en feria todo el día

La feria de Málaga está repleta de actividades que hacen la jornada más entretenida para los malagueños y los visitantes que rebosan ganas de diversión. Por la mañana, miles de personas salen ataviadas o bien con el traje tradicional o bien con ropa cómoda para pasar un día y una noche de diversión en la feria de Málaga.

Desde bien temprano por la mañana, a las 10:00 horas, el Archivo Municipal, el Centro de arte contemporáneo y el Museo del Patrimonio municipal abren sus puertas para acoger a aquellos que quieran conocer un poco mejor el arte y la cultura malagueña, a través de sus exposiciones.

A partir de las 12 de la mañana, cientos de personas emprenden su camino por la feria, dando un paseo por calle Larios, donde se puede disfrutar del ambiente y de muchas actuaciones musicales en vivo, o bien de bandas, o bien de coros de verdiales, que ofrecen música y espectáculo para amenizar las jornadas de fiesta.

Un poco más tarde, sobre las 13:00 horas, en la Plaza de la Marina se puede disfrutar de otras culturas, en el XX Festival Internacional de Folclore, que acoge a grupos y bandas de otros países, que realizan actuaciones y bailes tradicionales. Todo esto a la sombra de la carpa, para esquivar el calor, y tomando una sangría muy fría sin alcohol en la caseta Amar, la caseta de alcohólicos rehabilitados situada en la propia Plaza de la Marina.

Cuando el hambre apriete, sobre las 14:00 horas, muchos malagueños tiran de la tradición y van a disfrutar de una comida en la Bodega el Pimpi, donde se pueden degustar platos tan típicos como la tortilla de patatas, el jamón serrano, el lomo ibérico o el queso curado, todo regado con una botella de vino dulce o por una cerveza fría.

Para los que quieran seguir disfrutando del ambiente de la calle incluso durante la comida, muchas zonas del centro habilitan sus terrazas al aire libre para que todo el que quiera pueda degustar sus platos al mismo tiempo que escucha la música y se integra en el ambiente de la fiesta. La calle Puerta del Mar, y la calle Echegaray son dos de las vías más concurridas con este propósito.

Para comenzar la fiesta con buen pie, qué mejor que tomarse la primera copa de Cartojal en la Plaza de la Constitución, donde las casetas se llenan a rebosar de gente y de música tradicional. Para los más jóvenes, o los que quieran ahorrar un poco, lo más tradicional es reunirse en calle Granada o en la Plaza de la Merced, donde los litros y los mojitos a precios económicos son las bebidas más solicitadas. También, por supuesto, la botella de Cartojal bien frío a compartir entre varias personas y un campero barato en la Plaza Uncibay en "Doña Mariquita" . Según Carmen Olmedo, asidua a la feria esta es la mejor opción para los jóvenes, ya que la mayoría no tiene dinero suficiente como para beber y comer en un bar, y así podemos disfrutar un poco más barato.

A las 18:00 horas, cuando la música acaba en las calles, la feria de Málaga ofrece varias opciones. Para los amantes del toreo, cada día a partir de las 19:30 horas podrán disfrutar del mejor cartel en la Plaza de Toros de la Malagueta. Para los más juerguistas, la música y la diversión continúan dentro de los locales del centro, que se abarrotan de jóvenes que quieren continuar la fiesta. Según Oscar Ruíz, malagueño que asiste todos los años a la feria: Que corten la música tan pronto, te revienta la fiesta. Lo mejor después es ir a cualquier discoteca y continuar allí hasta la noche. Para los más sosegados, la siesta y la tranquilidad son las opciones más usuales antes de salir a la feria del real.

Por la noche, música y luz se dan cita en el recinto ferial, que nos ofrece otra amplia gama de opciones para disfrutar de la fiesta. Los más pequeños pueden disfrutar de las atracciones y de los carricoches. Los amantes de la música cuentan con un amplio y variado cartel de actuaciones en los conciertos ofrecidos por las diferentes casetas. Los más juerguistas pueden disfrutar de la fiesta dentro de las casetas acondicionadas como discotecas, y los más atrevidos, terminar la jornada festiva a la mañana siguiente con los tradicionales churros con chocolate en cualquier bar cerca del recinto ferial.