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El arte de seducir desde el escaparate
VIVIR

El arte de seducir desde el escaparate

Conseguir vender el producto en un vistazo. Ese es el objetivo de los escaparatistas, una profesión poco conocida pero que logra atraer la atención de los clientes

TEXTO: NEUS NAVARRO

Domingo, 23 de septiembre 2007, 03:54

«SIEMPRE me ha gustado combinar, crear y tener la tienda bien arreglada». Integrado en el sector de la moda desde sus inicios como dependiente, Jaime García se pasó al mundo de los escaparates impulsado por un claro interés por la creatividad. Ahora es escaparatista de uno de las tiendas Cortefiel. Como Jaime, muchos profesionales se encargan cada día de exponer de la mejor manera posible las prendas de vestir que se muestran al público cada nueva temporada. Y es que toda la moda que llega a las tiendas se refleja en estos escenarios acristalados.

Una de los establecimientos que más cuida sus escaparates es Zara, donde Juan Luis Comariz trabaja como jefe de escaparatistas desde hace 15 años. Este profesional coordina 42 tiendas situadas en Valencia, Baleares, Murcia y Castilla-La Mancha. Y su experiencia le permite decir frases como: «Porquería que pones en el escaparate, porquería que vendes».

Comariz asegura que en Zara se cuidan mucho los conjuntos de ropa que se muestran, los efectos de teatro y los distintos planos que se ofrecen en el escenario. «Amancio Ortega -dueño de Inditex- fue escaparatista en sus inicios y por eso nos mima mucho. La filosofía de la empresa es crear un espectáculo en el escaparate. Esta es la verdadera publicidad que hacemos», expresa el especialista en referencia a la ausencia de anuncios de una empresa que dispone de más de 1.000 tiendas en todo el mundo.

Para quienes desean estudiar este campo, distintos centros de formación en España ofertan cursos de escaparatismo en el que se analizan las corrientes artísticas y estéticas de inspiración, la localización exterior: toldo, fachada, puerta, acera, marquesina o las percepciones visuales más importantes.

No es tan fácil

«Lo más duro para mí es la ropa de caballero, la sastrería, las americanas, los trajes de chaqueta... Y trabajar con el papel para formar y modelar los brazos de los bustos es muy complicado», asegura Cristina Rocha, profesional que ahora comienza en el mundo del escaparatismo.

Dotar al maniquí de movimiento es para algunos especialistas la tarea más complicada de poner en práctica. Pero también lo es cómo conseguir trasladar una idea concreta al escaparate de una tienda y que esta llegue al espectador. Así lo entiende Enrique Martínez, escaparatista con 25 años de experiencia a sus espaldas. «Para mí lo más importante es descubrir qué se quiere transmitir. A mí me gusta apoyar mi trabajo en el diseño de muebles y en la arquitectura. Es interesante si apuestas por una tendencia», asevera Martínez.

No en vano, los escaparates muestran situaciones dispares en las que cada firma comercial apuesta por una línea concreta: algunos acumulan mobiliario para transportar al cliente a una habitación, a una ciudad o a un espacio natural para así presentar sus prendas en un ambiente idílico. Y los hay que sacan a relucir toda su colección al escaparate para que el consumidor conozca lo que puede encontrar al cruzar el umbral.

Muestra tendencias

Para el profesional del sector textil Miguel Ángel Platero, la imagen del escaparate es lo más importante de una tienda y lo que va a demostrar al público la tendencia de la temporada. «Además, el atrezzo es fundamental para hacer sentir al cliente lo que hay dentro», comenta Platero.

En cuanto al tiempo de permanencia de la creación en el escaparate, éste varía entre 20 días o una estación completa, según el especialista. «El de tenis lo cambio poco a poco, y los más grandes -como el de fútbol o atletismo- depende de la temporada», puntualiza Paloma Jareño, escaparatista de la tienda deportiva Inter Sport.

«Las prendas de fuera siempre se acaban primero, aunque lo que hay en la tienda también se vende rápidamente», argumenta Miriam Ladrón de Guevara, dependienta de la marca New Yorker. Y es que lo que todos los escaparatistas parecen confirmar que los pantalones o chaquetas que se exhiben en estos artísticos aparadores son las primeras prendas en llegar... pero también en venderse.

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