Ron Dennis no le habla a Alonso

EN el juicio del espionaje terminó hablando un psiquiatra. A tal grado de esquizofrenia ha llegado el estado de las cosas en la Fórmula 1. El doctor Braun cerró el interrogatorio del pasado 13 de septiembre en el tribunal de la FIA en París, que terminó condenando a McLaren con 72 millones y la pérdida de todos los puntos del Mundial de constructores (116). La paranoia precede a la propaganda de una verdad que tal vez nunca se conozca. De momento, Ron Dennis ha echado a la Prensa inglesa y alemana contra Fernando Alonso. Durante la vista aseguró que no se habla con el piloto asturiano, el que fichó como una estrella en el invierno de 2005.

La convivencia ha degenerado de tal manera que parece inviable la continuidad del asturiano en McLaren, a pesar de que nadie confirma que ambas partes buscan una salida a su vinculación contractual. En la transcripción del sumario -115 folio-, el patrón de la escudería inglesa asegura en el folio 70, a preguntas del abogado de Ferrari, Nigel Tozzi: «No nos hablamos, pero poco importa. No hemos vuelto a conversar desde entonces».

Sin preguntas

La fecha en cuestión es el pasado 5 de agosto, domingo por la mañana, circuito de Hungaroring (Hungría), cuando tuvo lugar la bronca entre el campeón del mundo y el jefe de su equipo después de la controvertida calificación del sábado. Dennis mantiene que Alonso le amenazó con enseñar correos electrónicos comprometedores -se supone que provenientes de Ferrari- si no se respetaba la jerarquía del campeón del mundo en McLaren. Y que por eso llamó a la FIA para advertir de lo que podría pasar. Luego la FIA envió una carta a Alonso para comprobar el contenido de los 'e-mails'.

«La relación entre Fernando y yo es extremadamente fría. Fernando tiene en su mente el firme convencimiento de que nuestra política, en la que cada piloto recibe el mismo tratamiento, no refleja su estatus de campeón del mundo. Considera que su experiencia y conocimiento y lo que a él le aportó su anterior escudería (en referencia a Renault) le hacen merecedor de recibir dicha ventaja», aseguró Dennis ante el tribunal.

Durante el juicio declararon Lewis Hamilton y Pedro Martínez de la Rosa. Para el inglés, que no envió ninguna información a la FIA, el interrogatorio fue dulce. Ian Mill, el abogado de McLaren, sólo le hizo una pregunta: «¿Tenía usted conocimiento de lo que estaba sucediendo?». «No», respondió el líder del Mundial. El abogado de Ferrari, Nigel Tozzi, no le interrogó. Y tampoco ninguno de los asistentes. Un minuto ante el estrado.

A Pedro Martínez de la Rosa, en cambio, le cayó una batería interminable de cuestiones sobre su conocimiento de los entresijos de McLaren. Nada menos que 45 minutos de interrogatorio.

De la Rosa, que opta a ser piloto del equipo B de McLaren el próximo año (se llamará Prodrive), fue sincero: «Es algo común. Si está mal, todos lo hacemos. Es una práctica común. Hablamos de la puesta a punto del coche. Es nuestra pasión, así de simple. No hay nada más».

«Piloto solitario»

Ron Dennis no desaprovechó la ocasión para referirse de forma expresa al divorcio que se ha producido: «El señor Alonso no está aquí porque no quiere estar aquí (en París). No habla mucho con nadie. Es un piloto muy solitario. No está aquí por elección propia. Dijo que tenía otras cosas que hacer y que eran ineludibles. No puedo obligarle a venir. Le pedimos que viniera».

Al contrario de lo que asegura el patrón inglés, Alonso y Dennis mantuvieron una conversación extensa en el hotel Conrad de Estambul el jueves 23 de agosto, cuando se reanudó el Mundial. Y el pasado fin de semana compartieron hotel con Hamilton en Spa en un alojamiento estilo rural, de pequeñas dimensiones. Y aunque el español y su mundo (su manager, su padre y el fisioterapeuta Fabrizio Borra) son un islote solitario en McLaren, se adivina una relación al menos profesional con Ron Dennis y Martin Whitmarsh.

«No queremos valorar este nuevo episodio porque queremos ganar el Mundial», comentó ayer a este periódico con su habitual tono discreto el representante de Fernando Alonso, Luis García Abad.