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JUAN CANO
Jueves, 13 de septiembre 2007, 20:02
Caminó hasta la calle como pudo, maniatado con el cable de una plancha y sin ropa. Intentó pedir auxilio a los primeros conductores con los que se cruzó, pero pasaron de largo. Debieron de pensar que era un loco. Hasta que uno de ellos se detuvo para ver qué le ocurría. El hombre, un anciano de 78 años que responde a las iniciales F. L.V., le contó que unos ladrones le habían asaltado en su propia casa y, tras darle una paliza, lo dejaron atado y desnudo en una habitación.
Ocurrió ayer en la zona del carril de San Isidro. La víctima explicó a los policías locales que le atendieron que llegó de trabajar sobre las dos de la tarde. Abrió el portón exterior de su casa, cruzó el patio y llegó a la puerta principal. Cuando introdujo la llave, le abordaron por la espalda tres hombres que, al parecer, le estaban esperando, según informaron fuentes policiales.
Los ladrones -relató el anciano a los agentes- le obligaron a agachar la cabeza apoyándole un objeto en la sien que él intuyó como una pistola, aunque no llegó a verla. Según su versión de los hechos, lo metieron en la casa por la fuerza y empezaron a propinarle golpes por todo el cuerpo mientras le gritaban «el dinero, el dinero».
Tras reducir a la víctima por la fuerza, los asaltantes recorrieron la casa en busca de su botín. Sustrajeron unos 300 euros en efectivo que el hombre guardaba en su vivienda. Pero no les pareció suficiente. Le reclamaron las claves de varias tarjetas de crédito que el anciano tenía en su poder. Le sacaron, a golpes, los números secretos.
Inmovilizado
El hombre explicó que los ladrones lo dejaron inmovilizado en el suelo de una habitación. Para ello, lo maniataron por las muñecas utilizando el cable de una plancha y luego lo desnudaron para evitar que saliese a la calle.
Una hora más tarde, sobre las 15.00 horas, el hombre pudo salir a la calle, donde una persona se detuvo a atenderlo y telefoneó a la Policía Local. Una patrulla de barrio del distrito de Churriana lo auxilió y avisó a su vez al 061, que le curó las heridas que presentaba. Desde la sala del 092, los agentes municipales bloquearon las tarjetas de crédito de la víctima para que no pudieran robarle nada más.
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