El Juli corta dos orejas y merece salir por la puerta grande
El madrileño realizó dos faenas sensacionales. Jesulín de Ubrique y Matías Tejela no están a la altura del ganado
ANTONIO ROCHE
Martes, 14 de agosto 2007, 10:43
La feria taurina de Málaga pasaba sin pena ni gloria y en su ecuador llegó El Juli y levantó el ciclo. El diestro madrileño se encontró con una presidenta, Ana Mari Romero, intransigente. Por la mañana hubo 'meneo' en los corrales. La presidenta intentó echar para atrás cuatro toros de Jandilla, y de prisa y corriendo tuvieron que traer del campo astados de Martelilla para completar la corrida. Luego, sin embargo, aceptó dos más del hierro de Francisco de Borja Domecq y finalmente decidió incorporar dos sobreros de Buenavista, que estaban en los corrales, para que el festejo pudiera darse. Los seis dieron buen juego en líneas generales, repitieron en la muleta y estuvieron muy por encima de los otros dos diestros actuantes, Jesulín de Ubrique y Matías Tejela. El sorteo de las reses se realizó a las dos y media de la tarde -lo habitual es a las doce-.
El Juli
Si a Ana Mari Romero no le tembló el pulso de echar para atrás algunos toros -con razón o sin ella-, tampoco se inmutó por la gran bronca que recibió del público por no conceder la segunda oreja a El Juli en el quinto de la tarde. Su toreo mereció un premio mayor. La estocada que rubricó tan magnífica faena, que rayó en la perfección, estuvo un poquitín caída, pero no invalidaba la concesión de las dos orejas. Otorgó sólo una. El Juli, muy contrariado con la decisión de la presidenta, demoró su salida a los medios para recoger el apéndice, lo que acrecentó las protestas contra el palco. Dio dos clamorosas vueltas al ruedo. Incluso pudo haber dado una tercera.
El Juli lidió en quinto lugar a un Buenavista que fue el más grande de la corrida (578 kilos). Ofreció una buena pelea en la cabalgadura montada por Salvador Núñez, que puso muy bien el palo. En el segundo encuentro señaló bien la vara y parte de la plaza se puso en pie para aplaudir al varilarguero.
El ambiente comenzaba a caldearse. Julián López inició la faena de muleta con tres pases sin moverse, saliéndose fuera con trincherillas muy toreras. El burel, que llegó a escarbar de salida, se comportó con bravura en la franela. Si llega a caer en otras manos, hubiera traído de cabeza al torero de turno, pero se topó con El Juli, que tiene oficio, cabeza, valor, técnica y, miren ustedes por donde, hasta arte. Ligó series con ambas manos gustándose él mismo. Los pases de pecho alcanzaron torería. Las faenas tuvieron emoción por las condiciones del animal, y transmitieron. Dejó una estocada un poquitín caída y lo demás ya lo saben ustedes.
En el segundo de la tarde, El Juli se destapó con un quite por chicuelinas sin moverse, prosiguió con altaneras y una media perfecta. En este toro hizo un precioso quite Matías Tejela.
El de Jandilla manseó, buscaba la querencia de toriles, y hacía presagiar que iba a imponerse al torero. Pero no. Julián le dio, para empezar, un sensacional trincherazo. Le dejó la muleta puesta y empezó a ligar un pase tras otro que calentó los tendidos. Toreando muy bien, bajando la mano, se fue trajinando a 'Cortijero' y cuando el toro quiso darse cuenta, estaba ya en el lado contrario de los chiqueros y entregado en los vuelos de la muleta de El Juli. El diestro dejó claro que allí mandaba él. Un pinchazo trasero y una magnífica estocada tuvo el premio de una oreja de peso. El público de Málaga, muy dado a pedir apéndices con suma facilidad, no pidió incomprensiblemente en esta ocasión la segunda oreja, aunque ésta sea potestad de la presidencia.
Jesulín de Ubrique
Abrió la corrida Jesulín de Ubrique, que se despedía de La Malagueta -ha anunciado que este año se retira definitivamente-. Ese apunte histórico mereció un compromiso mayor por parte del torero. Ofreció algunos derechazos con cierta profundidad y limpieza, pero sin conectar, ni decir nada. Es incomprensible que una figura como él eludiera torear con la mano izquierda. En el primer envite, el toro hizo un extraño y el de Ubrique desistió rápidamente. Un pinchazo y estocada.
El cuarto se dio un costalazo tras un par de banderillas y el toro apenas podía mantenerse en pie. Muletazos a media altura que prolongaban innecesariamente la tarde. Dos pinchazos y un descabello, y escuchó un aviso.
Matías Tejela
Toreó bien a la verónica Matías Tejela. El toro de Buenavista empujó en el caballo y embestía con cierta acritud, y el torero realizó una faena muleteril intermitente con poco ligazón. Lo pasaportó de pinchazo y estocada fulminante, que animó a generosos espectadores a exhibir almohadillas blancas para que le dieran un premio.
En el último, no se sabe por qué, dejó que el peón le parara el toro de salida y luego se desentendió con el capote. Hasta la presidenta esperó a sacar el pañuelo para que salieran los picadores a ver si el muchacho se decidía a dar un lance. Nada, no hubo manera. El toro pedía a voces que le dejara la muleta puesta, pero Matías Tejela no se enteró. Es más, se mostró inexplicablemente desconfiado y desaprovechó un bonachón de Jandilla, que se fue al desolladero con las orejas intactas. Esa es la diferencia entre una figura, como es El Juli, y un torero que lleva tiempo apuntando pero que no dispara.
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