El Ayuntamiento podrá elegir al sucesor del interventor
La Junta accede a la petición municipal de cubrir la plaza de Castro, que se jubila tras 18 años en el cargo, por libre designación
M. PÉREZ
Sábado, 25 de febrero 2012, 02:31
El Ayuntamiento de Marbella tiene que buscar reemplazo a una de las piezas clave de su organigrama municipal: el interventor. Juan Antonio Castro, que ... ha estado al timón de una de las funciones más importantes en una administración local, se jubila después de 18 como fedatario público en el Consistorio. Ayer tomó la palabra por última vez en un pleno municipal. Ahora quien tomará la palabra será el equipo de gobierno, que no ha querido dejar nada al azar ante la próxima designación de su sustituto.
Para cubrirse las espaldas, el Ayuntamiento solicitó a la Consejería de Gobernación y Justicia de la Junta que se modificara el sistema por el que habitualmente se da cobertura a estas vacantes. Esto es, el Gobierno andaluz es el encargado de destinar a un habilitado nacional. Por contra, el Consistorio marbellí se inclinó por llevar la voz cantante para poder acogerse al sistema de libre designación. Según recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía del pasado 20 de febrero, el Ejecutivo andaluz ha aceptado su petición, lo que deja vía libre al gobierno local para elegir al sucesor de Castro.
Requisitos
Fuentes municipales señalaron a este respecto que no es una situación excepcional, ya que habitualmente en las grandes ciudades se deja este margen de maniobra a los ayuntamientos frente a los pueblos pequeños, donde es la Junta quien envía al habilitado con carácter estatal. Además, matizaron que el nuevo interventor tendrá que ser elegido siguiendo los trámites reglados: la publicación en el boletín oficial, las personas que hayan superado el baremo por su experiencia... Dentro de la terna, será donde puedan decidir finalmente quien se convierte en el nuevo interventor del Ayuntamiento de Marbella.
Quien dejó ayer vacío ese asiento fue Castro, que no pudo contener las lágrimas en su despedida, entre aplausos de los concejales. Incorporado a la función pública desde los 27 años, recordó que desde su llegada a Marbella en el año 94 ha pasado por dos etapas diferenciadas: una muy «dura y difícil» con los gobiernos del GIL y, tras su desaparición, otra de «honestidad y objetividad». De la primera relató momentos como su viaje a Madrid para denunciar en Anticorrupción algunas de las prácticas 'gilistas' -«documentación que acabó con la detención de muchos de ellos»- o las advertencias sobre el funcionamiento de las empresas públicas. «Quienes me conocen saben lo que he pasado y sufrido», dijo.
El que ha sido interventor municipal del Consistorio marbellí en los últimos años incluso fue apartado de su puesto por orden del desaparecido Jesús Gil bajo el argumento de «deslealtad y actuaciones maliciosas». El motivo de que le suspendieran de empleo y sueldo fue que al exalcalde no le gustó que colaborara con el Tribunal de Cuentas. La Justicia le dio la razón a Castro, que volvió a su puesto. Otra de las consecuencias de su paso por Marbella fue que llegó a estar imputado por un presunto delito urbanístico a raíz de un convenio de la 'era GIL' entre el Ayuntamiento y la empresa Yeregui.
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