Magdalena Álvarez: «El BEI puede financiar el tren litoral porque es un proyecto rentable desde todos los puntos de vista»

-Fue consejera de Economía de la Junta, ministra de Fomento, europarlamentaria y desde el 16 de julio es vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI). ¿Qué le queda a su currículum?

-Ser abuela (risas). Me quedan muchas cosas, hay mucho camino todavía por recorrer. La verdad es que estoy satisfecha del recorrido anterior profesionalmente hablando.

-Su etapa como ministra de Fomento ha sido determinante para sacar del ostracismo muchos de los grandes proyectos de Málaga. ¿Qué siente cuando viaja en el AVE?

-Mucha satisfacción. Es un proyecto sobre el que he trabajado antes de que a nadie se le ocurriera, lo he seguido en distintas etapas, lo he apoyado, lo he mimado y he tenido la gran suerte de poderlo inaugurar. Lo siento como algo mío, pero es verdad que hay muchos pequeños proyectos en Málaga, por ejemplo el mercado de Atarazanas. Y grandes proyectos, como el aeropuerto, que ahora utilizo prácticamente todas las semanas...

-Era la siguiente pregunta.

-Cuando llego a la T-3 me entra una satisfacción muy grande de ver que además ha respondido a todo ese cuidado que pusimos en cada uno de los detalles. La T-3 tiene un gran nivel como puerta de entrada y salida a Málaga, deja con un buen sabor de boca a todo el que viene. Es un trabajo bien hecho del que me puedo sentir satisfecha. Y como malagueña siento agradecimiento al presidente del Gobierno que me dio esa oportunidad, de empezar y terminar los grandes proyectos para Málaga, con su total apoyo. Tengo una foto en mi casa en la que Manuel Chaves y yo nos estamos abrazando, como diciendo: 'Por fin lo has conseguido'. El presidente está sonriendo con cara de satisfacción y detrás pone 'AVE Málaga'. Es la única foto del trabajo que tengo en mi casa. Siento mucha alegría porque lo veo en la cara de los malagueños, en la sonrisa de los malagueños, da igual que sean de derechas o de izquierdas, la gente me mira con agradecimiento, parecen decir: 'Tú lo has podido hacer y lo has hecho'. Porque hay mucha gente a la que le hubiera gustado hacerlo pero no lo ha hecho, o que han podido y no han querido presionar lo suficiente para que Málaga tenga lo que ahora tiene. Le he echado valor, porque he tenido muchas antipatías fuera por lo que he hecho por Málaga, luego también es bueno que la gente me sonría. Y con una sonrisa tengo bastante (risas).

-¿Cómo valora su paso por el Parlamento Europeo?

-Ha sido muy interesante, he aprendido mucho y también he aportado un granito de arena en el ámbito europeo, con informes sobre el levantamiento del secreto bancario, la lucha contra los paraísos fiscales, las herramientas para salir de la crisis o sobre el futuro del transporte europeo, en el libro blanco, que ya ha salido del Parlamento Europeo. He podido aportar todo lo que traía incorporado de mis etapas anteriores, he podido ver cómo se trabaja allí y he conocido a gente muy interesante. Ha sido un año intenso y en el que he aprendido mucho y que tengo dentro. Sigo siendo una esponja, aprendo todos los días y de todo el mundo, me gusta aprender. Es como coger lo que el otro tiene en la cabeza e incorporarlo, y después eso cada uno lo maneja como puede.

-Y así llegamos al BEI ¿Cómo están siendo estos primeros días?

-Están siendo difíciles en el sentido de que todo es nuevo. Me pasó lo mismo en el parlamento europeo, en cada sitio que cambias hasta llegar a tu despacho es un problema porque no conoces el edificio, ni a la gente ni los procedimientos, y a esto le incorporamos que es una responsabilidad muy grande y encima en inglés. Ahora tengo puestos los cinco sentidos, y si tuviera seis, para intentar incorporarme y hacer como he hecho en todos los trabajos, tratar de hacerlo lo mejor posible.

-¿C ómo es su día a día tan lejos de Málaga?

-Estoy siempre lejos, ¡lo mío es como los cantes de ida y vuelta! Tengo una cosa buena, capacidad de adaptarme a donde sea y me gusta todo. Corriendo encuentro amigos, los sitios donde me siento a gusto. Ya tengo un apartamento, lo tengo que amueblar, a ver cómo me llevo el aceite, el vino y el jamón, para tener mis cositas allí; estoy descubriendo dónde se compra el pan, cosas que parecen una tontería, pero que es lo más importante, porque después ya te pones a trabajar. Estoy viendo quién depende de mí, que ni los conozco. Parecen cosas sin importancia pero en el fondo es la vida. Me he puesto como plazo hasta Navidades, después tengo que estar ya a pleno rendimiento.