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Un grupo de inmigrantes exhaustos espera su desembarco en el puerto siciliano de Pozzallo. :: A. P. / reuters

La crisis migratoria se agrava con la llegada de 17.000 personas a Italia en seis días

El Gobierno avisa de que los centros de acogida se encuentran al borde de su capacidad y vuelve a apelar a sus socios de la UE para resolver la crisis

DARÍO MENOR

Viernes, 2 de septiembre 2016, 00:16

Con el fin del verano han llegado las prisas de los traficantes de seres humanos para conseguir que el mayor número posible de inmigrantes cruce el Mediterráneo antes de que comience el mal tiempo. En los últimos seis días han sido rescatados cerca de 17.000 desplazados en aguas del Canal de Sicilia, lo que ha hecho saltar las alarmas en Italia, que acoge a más de 150.000 personas llegadas en los últimos meses a través de esta ruta desde el norte de África.

El Gobierno de Matteo Renzi considera que nos encontramos ante el «gran asalto de septiembre» y advierte de que los centros de acogida se encuentran al borde de su capacidad. Para intentar rebajar la presión, el joven jefe del Ejecutivo ha vuelto a apelar a sus socios europeos, pidiéndoles que arrimen el hombro y se impliquen en esta crisis. «Europa debe proceder de forma conjunta a las repatriaciones de quienes no tienen derecho a quedarse. Es una tarea que debe realizar con más determinación que hasta ahora. Nosotros naturalmente seguiremos haciendo de todo para salvar vidas, pero sabemos que hay límites», comentó Renzi el pasado miércoles tras reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, en Maranello, donde se encuentra la sede de la célebre marca de automóviles de lujo Ferrari.

«El año pasado quedó claro que no es un problema que pueda afrontar un solo país. Lo estamos afrontando juntos. Nadie tiene una varita mágica, pero el sentido común y el trabajo a medio plazo con inversiones en África constituyen nuestra prioridad. Nosotros creemos que hay que ayudar a estas personas en sus propios países, lo que no se ha hecho siempre en el pasado», insistió el primer ministro, retomando los argumentos principales del plan que su Gobierno presentó en Bruselas para hacer frente a la ola migratoria.

Sus palabras no consiguen convencer a una parte de sus compatriotas, que se dejan seducir por las tesis xenófobas de la Liga Norte, a cuyo líder, Matteo Salvini, parece haberle dado alas la última ola de desembarcos: «Esto es una invasión. Una invasión y una limpieza étnica. Ya está claro que está financiada, querida y organizada. A alguien le hacen falta esclavos a tres euros la hora para que sustituyan a los italianos y a los sicilianos, que se ven obligados a escapar por todo el mundo en busca de trabajo».

Sólo mujeres y niños

En otra de sus andanadas dialécticas, Salvini pidió a las autoridades que acojan sólo a las mujeres y a los niños, y rechacen a los hombres, una postura que ha sido contestada por Renzi. «A quienes piden que no les aceptemos hay que decirles con claridad que un país rodeado de mar la única forma que tiene para ayudar a estas personas es salvarles. Nosotros nunca renunciaremos a salvar una vida humana. Cuando encuentras a una persona que se está ahogando en el Mediterráneo hay que salvarla. Luego se ve si tiene o no derecho a quedarse. Pero nuestros pueblos deben estar orgullosos de la dimensión humana y de dignidad de Europa, que ha permitido salvar a decenas de miles de personas». En este dispositivo participa España con varias naves, entre ellas la fragata 'Reina Sofía', que desembarcó ayer en el puerto de Salerno, al sur de Italia, a 1.048 desplazados rescatados dos días antes en el mar.

El agravamiento de la crisis migratoria será tratado por Renzi y Merkel junto al presidente francés, François Hollande, durante el fin de semana en una cita con el jefe de Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, en el encuentro convocado en China por el G-20.

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