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EUGENIO CABEZAS
Lunes, 5 de marzo 2012, 12:19
El sacerdote Antonio Estrada, que fue durante 24 años el cura de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de La Cala del Moral, falleció el pasado sábado tras una larga enfermedad de Párkinson, que lo mantuvo alejado de la primera línea eclesiástica durante los últimos nueve años. El funeral tuvo lugar ayer en su localidad natal, Pizarra, donde ha pasado los últimos años de su vida en compañía de varios familiares.
La figura de «Don Antonio Estrada», como era conocido por todos, sigue siendo muy recordada por los vecinos del núcleo más occidental de Rincón de la Victoria, donde hace algo más de dos años y medio, el 12 de julio de 2009, recibió un caluroso homenaje público, que contó con la presencia del obispo de la Diócesis de Málaga, Jesús Esteban Catalá, que presidió la misa.
Homenaje público en 2009
A aquel último acto público en el que pudo verse a Antonio Estrada acudieron más de un millar de personas, que destacaron la figura «inolvidable» de este pizarreño, que ejerció el sacerdocio durante más de cincuenta años. «Antonio, hace ya siete años que dejaste de ser nuestro párroco, pero tú siempre serás recordado como el cura de La Cala del Moral», aseguraron entonces los allí presentes.
No en vano, el que fuera durante 24 años responsable de la parroquia de La Cala del Moral supo ganarse el cariño de los vecinos y visitantes por su cercanía y trato amable. Además, gracias a sus esfuerzos se construyó la iglesia, con las aportaciones de miles de vecinos. Una plaza tiene su nombre y el Ayuntamiento le otorgó el título de Hijo Adoptivo de La Cala del Moral. «Eres débil físicamente, pero con una gran fortaleza en tu corazón», aseguró el obispo en 2009.
«Antonio, pasaste aquí casi media vida y estos vecinos no te olvidarán jamás. Con mucho esfuerzo conseguiste construir este hermoso templo, lleno de luz y con un gran espíritu Mediterráneo», expresó Jesús Esteban Catalá.
«Era una persona muy humana, muy dulce, que se preocupaba por todos, te felicitaba los cumpleaños, casaba a todo el mundo, siempre estaba dispuesta a ayudar. Es muy querido en La Cala y se le echa mucho de menos», expresó en aquel acto Patricia Llamas, que acudió a la misa junto a su marido, Ignacio Recio «fui monaguillo con él», dijo y a sus dos hijos. Estrada contaba, además de con el mencionado título de Hijo Adoptivo de La Cala del Moral, con los de Legionario de honor, Medalla de plata de Pizarra y Padrino de honor.
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