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MÁLAGA

Condenados por provocar un accidente y tratar de rematar a los heridos con una motosierra

La Audiencia impone quince años a tres acusados de intentar acabar con la vida de otros tres hombres por el robo de una cartera

MONTSE MARTÍN

Martes, 26 de enero 2010, 02:52

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Durante el juicio no se llegaron a conocer los verdaderos motivos por los que se inició la discusión, que finalmente acabó de forma violenta, aunque en principio los acusados alegaron que todo comenzó con el robo de una cartera que pretendían recuperar. Sin embargo, las formas y los medios utilizados para recobrar lo sustraído estuvieron a punto de costar la vida a sus oponentes. Primero, estrellaron su coche contra un muro y después intentaron rematar a los heridos con una motosierra. Por ello, la Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a cada uno de los tres hombres a quince años de prisión por tres delitos de homicidio intentado.

Los hechos sucedieron en Estepona, durante la madrugada del 13 de abril de 2001, concretamente en el puerto deportivo de la localidad. Allí comenzó una discusión en la que uno de los acusados colocó en el cuello de una de las víctimas una motosierra, que no llegó a arrancar. Entonces salió en su defensa un amigo que empujó al agresor y lo arrojó al suelo. Tras ello los dos hombres, junto con tercero, se subieron a un coche y se marcharon del lugar siendo perseguidos por los acusados en otro vehículo.

Arma homicida

Durante la persecución, los procesados golpearon varias veces al coche que les precedía, para echarle de la carretera «con intención de acabar con la vida de sus ocupantes», afirma la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia, que considera que en este caso el coche fue utilizado como arma homicida. La primera embestida se produjo en una rotonda. Los procesados hundieron prácticamente el portón trasero del coche obligando al ocupante que se hallaba en el asiento posterior a situarse en la parte delantera, temiendo que en la siguiente embestida acabara con su vida. Ya en la autovía, provocaron una nueva colisión, por lo que las víctimas tomaron un carril intentando dejar atrás a sus perseguidores. El camino, que conducía a casa de un familiar donde pensaban refugiarse, era estrecho, sinuoso y estaba oscuro, con una velocidad limitada a 40 kilómetros por hora. Pese a ello, la persecución discurría a gran velocidad, a unos 80 o 90 kilómetros. Aquí se produjo la tercera embestida en la que el conductor perdió el control de vehículo y fue a estrellarse contra un muro. Fue entonces cuando le dieron alcance y una vez más arremetieron otra vez contra el coche accidentado. Seguidamente los acusados se bajaron de su vehículo y tras comprobar que pese a la violenta colisión las víctimas seguían aún con vida intentaron de abrir las puertas esgrimiendo uno de los procesados la motosierra. No lo lograron: las luces de un tercer vehículo que se acercaba les obligó a emprender precipitadamente la huida creyendo que se trataba de la policía.

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