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Sesenta perros y sus dueños se reunieron en la Plaza de la Constitución. / M. C. ESPAÑA
Una reivindicación perruna
MÁLAGA

Una reivindicación perruna

Desde cockers hasta galgos, pasando por mastines y yorkshires. Unos sesenta perros y sus dueños tomaron ayer la calle Larios para reclamar la creación de zonas acotadas en las que jugar en libertad

M. CARMEN ESPAÑA

Sábado, 20 de junio 2009, 04:58

Una vida de perros. Eso es lo que unos sesenta malagueños no quieren para sus canes. Por eso, cada viernes toman la calle Larios con sus mascotas. No gritan, ni claman eslóganes. Sólo pasean mostrando la buena conducta de sus animales, para los que solicitan espacios cercados donde puedan jugar sin la atadura de una correa o la presión de un bozal.

«Sólo hay un parque canino en Málaga y, además, está en muy malas condiciones y con el horario muy restringido», denuncia Teresa Regojo, quien va desde La Caleta hasta la plaza de José Bergamín -al final de la calle Cómpeta- para que su cruce de Fox Terrier y su galgo español puedan disfrutar de este espacio. «La ley dice que por tener un animal doméstico tengo derecho a que me hagan un espacio para que estén libres», agrega Regojo.

'Málaga perruna'

Una petición compartida por los que acuden al citado parque canino y que han plasmado en el blog 'Málaga Perruna'. Un punto de encuentro 'on line' para planear paseos reivindicativos como el que tuvo lugar ayer tarde en pleno centro. Desde cockers hasta galgos, pasando por mastines y yorshires. Todos pasearon hasta la plaza de la Constitución captando las miradas de los transeúntes. «La gente se integra con nosotros, a pesar de que nuestra presencia pueda ser algo molesta», comentaba Regojo.

De hecho, cerca de 800 personas han apoyado con su firma a este grupo de personas. Una calidez opuesta a la que, a veces, se observa por las calles. «Todo el que tiene perro tiene problemas porque hay personas que se asustan cuando el animal se les acerca», explica Florencio Tenllado, quien acudió ayer a este paseo tan especial con Tina, una mezcla de podenco y pastor alemán.

«Una vez un hombre me insultó porque una de mis perras estaba orinando en un árbol», recuerda Regojo, quien asegura cumplir todas las normas de higiene y seguridad de sus canes. Situaciones que podrían evitarse si las demandas de este colectivo llegasen a buen puerto. «Entonces se contentarían tanto los que tenemos mascotas como los que no, porque estarían más tranquilos», expresa Tenllado.

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