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A Eva María y Juan Antonio se le acumulan las facturas. / SALVADOR SALAS
«La hipoteca no nos permite el más mínimo capricho»
MÁLAGA

«La hipoteca no nos permite el más mínimo capricho»

El subsidio por desempleo no les da para mucho. Eva María y Juan Antonio temen perder su vivienda si no pueden hacer frente al préstamo. Son una de las familias malagueñas que han pedido asesoramiento a la Diputación para buscar soluciones

M. ÁNGELES GONZÁLEZ

Viernes, 29 de mayo 2009, 04:07

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«Nunca pensamos que nos íbamos a ver en esta situación». Eva María Molines y Juan Antonio Sánchez apenas llevan un año viviendo juntos y ya se están planteando volver a casa de sus padres. El que debía ser el piso de sus sueños se ha convertido en motivo de sus mayores pesadillas. Cuando pensaron en independizarse y se lanzaron a la compra de un inmueble, en febrero de 2008, ambos jóvenes tenían trabajos más o menos estables y podían permitirse hacer frente a las cuotas mensuales de una hipoteca de 176.000 euros. No contaban con que la crisis les golpearía de lleno y les dejaría en una situación económica agónica que les coloca entre los más de 7.500 jóvenes malagueños que están en riesgo de perder su vivienda en los próximos meses, según un reciente estudio de la Diputación Provincial.

A pesar de que hace un par de meses tuvo lugar la revisión de su hipoteca y la cuota mensual ha pasado de 908 euros a 760, los escasos ingresos de Eva María y Juan Antonio, de 25 y 28 años, apenas son suficientes para llegar a fin de mes. «No podemos permitirnos ni el más mínimo capricho, ir al cine, o salir de tapas», explica esta malagueña.

Ayuda familiar

En tan sólo tres meses, los dos perdieron sus puestos de trabajo y ahora sólo cuentan con las prestaciones por desempleo. «Yo cobro 500 euros mensuales y mi novio 700, pero sólo hasta agosto, y apenas nos da para pagar el préstamo y la letra del coche», explica esta joven, que reconoce que pueden salir adelante gracias a la ayuda de sus familias: «Mi padre nos hace la compra de vez en cuando», señala.

Si la situación no mejora en unos meses, tendrán que poner el piso en alquiler y regresar al hogar paterno. «Sería dar un paso atrás, pero no nos va a quedar más remedio», se lamenta. Sería el último intento para no perder la vivienda, algo que no descartan: «Sabemos que en el momento en que dejemos de pagar, el banco podría embargar el piso».

Esta pareja de malagueños son una de las 78 familias que han llamado al teléfono de asesoramiento gratuito facilitado por la Diputación Provincial para intentar encontrar una solución que les permita mantener su vivienda. Sin embargo, su situación es tan compleja que ni siquiera los expertos pueden darle esperanzas. «Pedimos cita en Ausbanc (Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios) y, tras analizar el préstamo y nuestra situación laboral y financiera nos dijeron que no reunimos los requisitos para acceder a las ayudas que ofrece el Gobierno para estos casos», cuenta resignada Eva María, que critica que la ayuda que permite la moratoria del 50% de la hipoteca durante dos años ponga como límite máximo un préstamo de 170.000 euros. «Es increíble que por 6.000 euros no tengamos acceso», apunta esta joven, que advierte de que, aunque hasta ahora han pagado religiosamente, teme que pronto llegue el día en que no puedan hacerlo. «Nuestra esperanza es que en verano encontremos un trabajo que nos permita quedarnos aquí», dice.

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