Málaga se adentra en su cuarto año de sequía al registrar los peores datos de lluvias desde 1999

Es un diciembre atípico. No cae ni una gota. También lo fueron los meses de noviembre y octubre. Los datos del Instituto Nacional de Meteorología (INM) en Málaga ponen en negro sobre blanco algo que todos los malagueños han podido constatar: la sequía azota la provincia con más fuerza incluso que en años anteriores.

Desde el año 1999 no llovía tan poco en la provincia entre los meses de enero y noviembre, según los datos aportados por esta institución. Han caído poco más de 282 litros por metro cuadrado, frente a los 438 litros de media. Esto es, un 40% menos de lo normal.

El mes de noviembre -el tradicionalmente más lluvioso del año- lo normal es alcanzar los 95 litros. Este año se ha quedado en 21,5 litros. «Desde 1942 ha sido el duodécimo noviembre menos lluvioso», explica el meteorólogo Jesús Riesco, miembro del equipo del INM en Málaga. El año pasado, Riesco recuerda que entre el 7 y el 8 de noviembre se recogió casi la mitad del agua de la temporada.

«Sólo a principios de octubre de este año se produjeron dos días de precipitaciones. El resto de octubre y todo noviembre no hubo lluvias. Es muy inusual», señala. El experto añade que desde el año 2004 hasta la fecha las precipitaciones recogidas han estado por debajo de la media histórica (el periodo de 30 años -entre 1971-2000- que los meteorólogos utilizan para establecer la comparativa). De ellos, 2005 fue el más seco, y se cerró con apenas 15 litros más que el presente ejercicio.

Tres meses

Los meses que suelen concentrar los aguaceros en la provincia son noviembre, diciembre y enero, por lo que apenas quedarían siete semanas para salvar la temporada. Los embalses no son ajenos a esta circunstancia. Las reservas se reducen a 135,7 hectómetros cúbicos (el 22% de su capacidad), con una disminución de 2,5 hectómetros respecto a la semana anterior.

El director general de Cuenca Mediterránea Andalucía (CMA), Antonio Rodríguez Leal, ya habla abiertamente de que la provincia se encuentra ante un cuarto año seco. «La sequía es un problema estructural, tenemos que gestionar la escasez», afirmó Rodríguez Leal, que señaló como principal logro la reducción del consumo de la población, en torno a un 15%, desde la entrada en vigor del decreto que regula esta situación.

Sobre el estado de las reservas en las presas, Rodríguez Leal indica que la capital depende al 50% del líquido embalsado, mientras que el otro 50% procede de las aguas subterráneas. «Han funcionado bien las obras de emergencia. Hay que lanzar un mensaje de tranquilidad. El cuarto año de sequía se podrá sobrellevar igual que el tercero».

Concentración

El responsable de Cuenca Mediterránea afirma que, en los últimos años, los aguaceros se concentran en pocos días, lo que disminuye las escorrentías, y supone un menor aprovechamiento de las presas. En el fenómeno también influyen factores como la deforestación y la proliferación de urbanizaciones: «Cae agua pero se aprovecha menos».

Para la CMA, el reto consiste ahora en llevar más agua desde la Costa occidental a la capital. Para ello, Rodríguez Leal asegura que está concluyendo la reforma de la desaladora de Marbella, una mejora en el sistema de filtros que permitirá pasar de los hectómetros cúbicos actuales a casi 15.

A su vez, está en fase de proyecto la reforma de dos estaciones de bombeo, en Santa Tecla y El Viso, y una mejora en la planta del Atabal que propiciará que los aportes desde Marbella a Málaga pasen de los actuales 30 litros por segundo a unos 300 litros, «el 15% de lo que Málaga necesita». Se licitará en marzo y entrará en funcionamiento un año después.

El gran proyecto para limitar la dependencia del agua embalsada en la provincia lo promueve el Ministerio de Medio Ambiente. A principios del próximo año saldrán a concurso las obras de la segunda desaladora de la provincia, ubicada entre Mijas y Fuengirola.