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Supervivencia en un entorno hostil, ¿cómo se hace?

Supervivencia en un entorno hostil, ¿cómo se hace?

Hay pueblos que habitan zonas donde no sobreviviríamos ni un día. Pero podemos aprender a hacerlo en cursos cuya demanda crece sin parar

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Lunes, 9 de noviembre 2020

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Cuando algunos espectadores vieron a 'Rambo' ('Acorralado', 1982) abrir un compartimento del cuchillo y sacar aguja e hilo para coserse una herida, corrieron a las armerías a comprar el suyo. Contemplar a Tom Hanks sufrir cuatro años en una isla desierta ('Náufrago', 2000), aprendiendo a hacer fuego tras muchos ensayos y errores y sacándose una muela a golpe de cuchillo, da qué pensar sobre la necesidad de adquirir estos saberes. La lectura de 'Walden' (ensayo de Henry David Thoreau acerca de la vida en los bosques publicado en 1874) empujó a Chris McCandless, cuya historia real se refleja en la película 'Hacia rutas salvajes' (2007), hasta lo más profundo de Alaska para experimentar la naturaleza con una bolsa de arroz, un rifle y un manual de supervivencia, aventura que acabó mal pero que sigue inspirando a otros. También hay quien cree que el apocalipsis zombie de 'The Walking Dead', o, algo más plausible, una pandemia, transformarán el mundo que conocemos en otro gobernado por la ley del más fuerte.

Son ese tipo de historias que nos colocan en situaciones extremas para las que no nos vemos preparados. Y nos gustaría estarlo. Aunque lo que debe encontrarse detrás de todo esto es el amor por la naturaleza y el deseo de saber vivir según sus reglas, algo que las últimas generaciones hemos ido desdeñando, convirtiéndonos en la única especie que vive de espaldas al sitio al que pertenece, desconociendo sus leyes más fundamentales en favor de las virtuales, tecnológicas, digitales... Porque hemos olvidado lo mucho que nuestros abuelos sabían de su entorno y nos asusta lo poco que conocen nuestros hijos. Ahondando en la crisis climática que padecemos, ya lo decía Jacques Cousteau: «Solo se protege lo que se ama, y solo se ama lo que se conoce».

El aventurero

«La gente se está dando cuenta de que la supervivencia está más cerca de lo que pensaban»

Gerard van den Berg es guía de la European Wilderness Education School (www.europeanwildernesseducationschool.com), que ofrece cursos de supervivencia de distinta duración y contenido en Doñana, Guadarrama, Pirineos, Alpes... Van den Berg no se ha visto nunca en una situación de supervivencia sobrevenida, pero en su trabajo «siempre está presente como parte intrínseca de la aventura. Desde subir montañas desconocidas en Siberia a -55ºC y terminar prácticamente sin comida, a quedarnos atrapados por un temporal de nieve en Alaska sin poder salir, pasando por las amenazas de milicias en Pakistán o ser objetivo de acciones de personal corrupto en Kirguistán».

Su escuela ofrece cursillos básicos a partir de dos días, un curso académico para los que desean convertirse en guías y atiende a las empresas que ofrecen este aprendizaje a sus líderes y empleados como forma de desarrollar capacidades. En todos los casos, «desde una perspectiva de conexión con la naturaleza». Confirma el experto que estamos ante un auge del interés por estas enseñanzas: las clases de iniciación y los cursos para ser guía están en crecimiento continuo, pero especialmente asombrosa es la demanda de las empresas, que en el caso de su escuela «se ha multiplicado por diez en los últimos tres años».

Acepta que la televisión y las películas influyen en este interés, como también la experiencia que está siendo convivir con la Covid-19 y la incertidumbre que genera para el futuro: «La gente se está dando cuenta de que la supervivencia está más cerca de lo que pensaban, estamos en una situación de cambios e inseguridad, y la naturaleza también está mutando, así que se trata de un trabajo de conciencia, más allá de aprender a potabilizar el agua o a hacer fuego».

– El Ártico, el desierto, la montaña... ¿En qué entorno puede ser más difícil sobrevivir?

– Dependerá de muchos factores: época del año, meteorología, tu experiencia y conocimiento de la zona, recursos disponibles, alejamiento de ayuda... No es lo mismo tener que sobrevivir en verano o invierno en el Ártico. No es lo mismo tener que hacerlo en la selva si sabes cómo, o en medio de un desierto de arena sin experiencia y conocimiento. Todavía existen muchos pueblos que viven de la tierra en zonas aisladas en donde nosotros no aguantaríamos ni un solo día. Por tanto, el entorno más difícil para sobrevivir es el que no conoces, con menos recursos y donde más tiempo necesitas para adaptarte.

– Ha tenido contacto con varios pueblos indígenas. ¿Cuáles de sus conocimientos podríamos aplicar nosotros?

– Tengo gran interés en la experiencia y conocimiento de las personas que viven en armonía con la tierra. Como los Nenet de Yamalia, los Inuit de Groenlandia y los San del sur de África. Los San son cazadores y recolectores nómadas, y habitaron hasta finales del siglo XX la Reserva Natural del Kalahari Central. Han vivido casi exclusivamente de la caza y la recolección. Lo que nosotros podemos aprender de ellos va más allá de saber qué planta comer, cómo rastrear o de qué forma hacer un arco con una flecha con veneno para cazar un kudu. Son personas amables, humildes y con un sentido profundo de pertenencia a la naturaleza. Un pueblo pacífico que no entendía de propiedades ha terminado por adaptarse en uno de los ambientes más hostiles de la tierra, ya que su desplazamiento o la aniquilación por parte de otros grupos continúa desde hace siglos.

El tallador prehistórico

«Se puede hacer fuego utilizando cristal o las gafas. Incluso con una bolsa transparente llena de agua»

Mikel Aguirre es arqueólogo, profesor de Prehistoria de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Bergara y especialista en tecnología lítica, algo que le sirve para impartir un curso de talla de sílex en la Escuela de Supervivencia Deportiva de Madrid (http://esdm.es/). «Les muestro cómo obtener herramientas básicas con rocas, siguiendo las técnicas de la Prehistoria. No les enseño a construir un cuchillo de supervivencia, sino a golpear la piedra, el sílex especialmente, para sacar un filo, algo que ya hacían los primeros Homo habilis hace tres millones de años, y seguimos la lógica evolutiva de esa tecnología, pues cuando el cerebro aumenta de tamaño conlleva mayor complejidad; primero hacían cantos tallados, luego configuraban núcleos (masa de roca homogénea) para sacar lascas de estilo Neandertal hasta llegar al Homo sapiens, capaz de crear cuchillos perfectos, con un filo mejor que el del acero, y ello con sílex». De hecho, Aguirre provee al reconocido restaurante guipuzcoano Mugaritz de cuchillos que él mismo fabrica con este material, del que muchos no sabemos ni el aspecto que tiene en la naturaleza. «Es relativamente abundante según dónde, pero si no lo encontramos podemos usar otras rocas con buen resultado, útiles válidos para despellejar y despiezar un animal o cortar cañas o troncos y crear un refugio. Golpeas el sílex con un canto rodado y, si sabes dónde darle, en cinco segundos tienes un filo».

Otra cosa absolutamente necesaria en una situación de supervivencia es hacer fuego, algo que se puede conseguir de varias maneras y que se conoce desde hace más de 300.000 años. Una de ellas se ve a la perfección en la película 'Náufrago', se trata de frotar una tablilla «donde se hace un agujero para deslizar la madera, con un pequeño tajo en el medio para que circule el aire, y necesitamos un nido de paja para recibir la brasa cuando surge. Pero también se puede sacar chocando determinados minerales con el sílex o utilizando cristal o las gafas. Incluso con una bolsa transparente llena de agua».

El legendario Boreal

«Jamás hay que beber agua del mar y tampoco nuestros orines por el alto contenido en sales y productos de desecho»

El granadino Carlos Martínez, conocido como 'Legendario Boreal' es el responsable de la Escuela Boreal Supervivencia (borealsupervivencia.com), que imparte sus cursos básicos durante dos días en el entorno de Sierra Nevada. Después de la primera lección, consistente en transmitirles el amor por la naturaleza, llega la segunda: «hacerles ver la realidad de la supervivencia, eliminando mitos y fantasías que puedan ponerles en peligro». Por fin, el temario incluye psicología de supervivencia, prioridades en una situación de este tipo, primeros auxilios, señalización de rescate, protección y refugio improvisado, obtención y purificación de agua, orientación básica (brújula, mapa y otros recursos), obtención de alimento, producción de fuego por diferentes métodos y tecnologías primitivas. Terminada esta iniciación, el interesado podrá acceder a otros cursos, como el de supervivencia en el mar, en desierto, en nieve... También oferta monograficos: orientación y navegación terrestre, cabuyería (hacer nudos), obtención de fuego...

– Cuando se sale a la naturaleza es importante llevar un kit de supervivencia.

– Antes de eso hay que tener mucho sentido común y respeto a los entornos naturales. Primero, conocer la ruta de antemano o llevar guía, procurar ir acompañado, consultar siempre la meteorología, dejar aviso de la ruta y del tiempo de duración, adaptarte a tu nivel físico y técnico, llevar ropa, alimento y agua suficientes y móvil totalmente cargado. En cuanto al kit, podemos comprarlo ya hecho o fabricarnos uno con una cajita metálica donde meteremos una pequeña navaja, pastillas potabilizadoras de agua, un encendedor, cerillas o pedernal, una linterna, silbato, mini brújula y manta térmica. Y llevar un botiquín de viaje.

– ¿Qué saber es el básico? ¿El fuego, potabilizar agua, curar heridas, orientarse con el sol, hacer una cabaña...?

– Lo primero es no caer en pánico, ya que nos bloquea y podemos hacer cosas de las que nos arrepentiríamos. Es nuestro mayor enemigo. Debemos pararnos, coger aire profundamente. Una vez pasado el pánico sólo tendremos miedo y ese es nuestro aliado, pues nos hace estar más alerta de lo normal. Después es vital priorizar, evaluar la situación. Si hemos sufrido un accidente, lo prioritario es dar los primeros auxilios a los afectados. Después dependerá de la hora del día en la que nos encontremos (cuánto queda para oscurecer), del tipo de clima (no es lo mismo la alta montaña que el desierto), de las necesidades que debemos cubrir en primera instancia (refugio, fuego, agua, alimentación, orientación…). El orden 'normal' a seguir es: primeros auxilios, señalización de rescate, refugio, fuego, agua, alimentación, orientación y escape.

– ¿Y beber agua del mar?

– Jamás, y tampoco nuestros orines por el alto contenido en sales y productos de desecho. Las balsas de emergencia de los barcos llevan agua, alimentos y primeros auxilios. En caso de agotarse, guardaremos cualquier recipiente para recolectar lluvia o intentar hacer un dispositivo tipo 'alambique' para destilar la del mar y convertirla en potable.

«He podido ser valiente, y enfrentarme a mis miedos e incertidumbres»

Ivet Piqué es una joven de 26 años residente en el Pirineo Catalán, un ejemplo de cómo las mujeres empiezan a ganar terreno en una actividad hasta hace bien poco predominantemente masculina. A finales de septiembre empezó el curso 'Wilderness Guides' de primer nivel en la European Wilderness Education School: «Al principio no tenía ninguna expectativa clara, ya que en realidad no sabía muy bien dónde me había metido. '¿Un curso de qué?', me preguntaba todo el mundo. ¿De liderazgo, de primeros auxilios en montaña y de habilidades de supervivencia? Ni yo lo sabía explicar bien. Al final resultó ser mucho más que eso».

Asegura que desde el primer día sintió «una profunda felicidad de estar ahí, en ese lugar en las montañas, lejos del bullicio de la ciudad, sin cobertura y sin el fantasma de la pandemia». Explica que enseguida notó cómo se zambullía «en un estado de consciencia y ligereza, agradecimiento y emocionalidad, percibiendo cada estímulo de mi alrededor y aprendiendo de mis compañeros e instructores y del entorno natural. Desde saltar al agua helada a primera hora de la mañana, pasando por caminatas, meditaciones, juegos, clases teóricas, charlas profundas alrededor del fuego, construcción de refugios y simulaciones de rescate: todo ha tenido impacto en mi forma de ver el mundo».

Y en solo unas semanas, es ya totalmente consciente de que este curso ha marcado el inicio de un «enriquecedor proceso de transformación personal. Es una oportunidad para ser valiente y mirar adentro, enfrentarme a mis miedos e incertidumbres, y también sentir cómo se van abriendo puertas a nuevas e infinitas posibilidades».

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