
Dionisio González: la belleza como refugio
Yusto/Giner exhibe la sugerente obra del creador asturiano en una exposición en la que la fotografía, el vídeo y la instalación conviven en torno a un proyecto que reflexiona sobre las formas de resistencia frente al caos
ANTONIO JAVIER LÓPEZ ajlopez@diariosur.es
Sábado, 25 de enero 2014, 11:07
Sucede que la tierra se burla del mar y saca la lengua, pequeña, entre Nueva Orleans y Florida, en una esquina dentada del Golfo de México. Sucede que el mar, la naturaleza, a menudo gasta poco sentido del humor y envía tifones y tornados. Sucede que la gente no aprende y después de ver sus casas volar por los aires, vuelve a construirlas, en el mismo lugar, con los mismos materiales, como un Sísifo resignado y valiente. Sucede que Dauphin Island apenas tiene 1.200 habitantes para 430 kilómetros cuadrados y se llamaba 'Isla Masacre' hasta que llegó Luis XIV y le impuso su noble apellido. Sucede que hay lugares cuya historia parece escrita por la mano de la fatalidad. Y quizá sólo quede el refugio de la belleza.
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Sucede que 'Dauphin Island' (2011-2012) es el título de una espectacular serie de fotografías que Dionisio González acaba de colgar en las paredes de la Galería Yusto/Giner de Marbella, donde ayer inauguraba 'Arquitectura para la resistencia'. Un título como una espina dorsal de la que parten vértebras que son tubos de escape, costillas flotantes como los edificios suspendidos en medio de la desolación de la naturaleza o el desierto. Una propuesta multidisciplinar y poética. Dos series de fotografías, un vídeo y una instalación que comparten la búsqueda de la armonía en mitad del caos. La belleza como un refugio contra la intemperie.
'Dauphin Island' (2011-2012) brinda paisajes yermos, donde González (Gijón, Asturias, 1965) instala edificios surgidos de su imaginación, construcciones futuristas y al mismo tiempo primitivas, como salidas de un escenario de 'El planeta de los simios'. «Esa lengua de tierra ha sido asolada por varios tornados que van despoblando y escombrando sus arquitecturas. Se trata de intervenir sobre esas parcelas arrancadas por el viento y donde los habitantes de la isla vuelven a construir una y otra vez. El lema de la isla es 'Levantarse ante la adversidad' y la gente lo aplica con esa manera de enfrentarse a los desastres de la naturaleza. De ahí el título de 'Arquitectura para la resistencia', porque intento plantear una arquitectura propositiva que sirva a la vez de 'bunkerización' frente a la adversidad», ofrece González.
La cartografía del erial futurista presentado en gran formato que surca 'Dauphin Island' se torna suavidad vegetal en 'Inter-Acciones' (2013), la otra serie de fotografías que presenta Dionisio González en Yusto/Giner. El color vira al blanco y negro para ofrecer al espectador escenas donde el extrañamiento, la dislocación entre los edificios y su entorno, sigue marcando la pauta. «Se trata de un divertimento en torno a la arquitectura dentro de espacios arbóreos. Hablo de la ruina a través de elementos arquitectónicos superpuestos», avanza el autor, para quien esta serie brinda imágenes «bastante insólitas» y una «visión más poética» de su trabajo.
Visiones de Hanoi
Una obra que González presenta en Yusto/Giner en formatos menos habituales en su producción como el vídeo y la instalación. En primero lleva por título 'Thinking Hanoi', que se une a la pieza 'Organogramas', mostrada por primera vez en España. Ambas abordan el caos calmo de la ciudad asiática, una de las que soporta un mayor índice de motocicletas por habitante. «Algunos vehículos llevan hasta cuatro o cinco personas, todo está rodeado de una niebla de contaminación que produce irritabilidad y cefaleas y todo eso que en Occidente generaría irritabilidad y agresividad allí se plantea con una gran serenidad», argumenta González.
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Y ese biorritmo íntimo y coordinado lo traslada el autor hasta su instalación 'Organogramas', donde un brazo robótico dirige una orquesta de tubos de escape. Todo surcado por una «elegancia» destacada por Juan Pablo Yusto -responsable de la galería marbellí junto a Graciela Giner- que añade: «La obra de Dionisio González trata de ordenar la belleza, de encontrar la armonía donde parece reinar el caos». Falta hace.
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