Una mujer, a punto de morir tras atragantarse con una espina

Lleva tres semanas en el hospital. Ha pasado por una operación delicada, decenas de pruebas e incluso un traslado en helicóptero. Y todo por una espina de pescado. Una mujer de 35 años ha estado al borde de la muerte tras atragantarse con una raspa mientras comía, según ha podido saber este periódico.

Su particular vía crucis comenzó el pasado 28 de septiembre. La paciente estaba almorzando en su casa cuando se tragó una espina de lubina que se había colado en una sopa de pescado. Parece ser que, al comprobar que se le había clavado en la garganta, se comió una miga de pan para ayudar a que la raspa descendiera hacia el estómago.

El remedio casero, desaconsejado por los médicos consultados por este periódico, no surtió efecto. La mujer acudió al Hospital Costa del Sol de Marbella, donde, tras someterla a varias pruebas diagnósticas, decidieron dejarla ingresada. Al parecer, los dos extremos de la espina se habían quedado incrustados en el tubo digestivo, por lo que quedó atravesada de forma transversal.

En dos mitades

Ante la dificultad de su extracción, los facultativos optaron por someter a la paciente a una intervención quirúrgica en la que se consiguió partir la raspa en dos mitades y, de este modo, sacarla con sumo cuidado de la garganta.

La operación se llevó a cabo con éxito, pero no por ello desaparecieron los problemas. En el tiempo que estuvo clavada en la mucosa, la espina le provocó, además de una infección, una pérdida de líquido que encharcó unos de sus pulmones. Su estado fue empeorando hasta el punto de que se llegó a temer por su vida, según las fuentes consultadas.

Gravedad

Dos días después, los facultativos optaron por derivarla al Hospital Carlos Haya. La gravedad de su estado aconsejaba realizar el traslado por aire. Un helicóptero del servicio de emergencias sanitarias 061 llevó a la paciente hasta la capital malagueña.

La paciente entró directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde superó los días más críticos de su estancia hospitalaria. En las fechas siguientes comenzó a evolucionar favorablemente hasta que, una semana más tarde, pudo pasar a planta. Continúa ingresada en el servicio de digestivo de este centro hospitalario, donde sigue recuperándose del calvario que le ocasionó una simple raspa de lubina.