Los últimos vaqueros de Málaga

A Juan Narbona lleva tiempo rondándole una idea en la cabeza: «si la cosa sigue así, habrá que quitar las vacas». Él es uno de los últimos vaqueros que existen en Málaga, pero todos, sin excepción, están sufriendo las consecuencias de los bajos precios de la leche y los altos costes de producción.

A Juan apenas le quedan diez meses para jubilarse, pero le preocupa el futuro de sus tres hijos, de entre 20 y 30 años, que trabajan en su explotación, ubicada en Alameda. «La cosa está fatal. La leche está tirada y los granos, el gasoil y todo está muy caro. Estamos trabajando perdiendo dinero. No nos es rentable. Esto si sigue así habrá que quitarlo. Es inaguantable ya», confiesa este hombre de 64 años que calcula que pierde al mes entre 1.800 y 2.400 euros. La familia de Juan, con cinco miembros, vive de la explotación láctea y se ha visto obligada a «tirar de ahorrillos» para salir adelante. «Estoy a punto de jubilarme, pero tengo tres hijos que están con las vacas y si las quito irán al paro», apunta Juan, que siempre ha trabajado con el ganado vacuno. «Ahora tengo 200 vacas entre grandes y crías y unas 120 son las que dan leche. Los que tenemos muchas no podemos tirar, fíjate cómo estarán los que tienen menos», afirma. El problema de los bajos precios, asegura, es que «no hay competencia», ya que en la zona solo recoge la leche una empresa líder en el país.

Voz de alarma

Las asociaciones ganaderas ya han dado la voz de alarma de la situación que atraviesan vaqueros como Juan Narbona con la manifestación que Asaja, Coag, Upa y Faeca convocaron el pasado jueves en Córdoba para dar a conocer los problemas del sector lácteo, no solo en esa provincia, sino también en el resto de Andalucía y del país. En Málaga, la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) advierte de la desaparición progresiva de las explotaciones lácteas de vacuno que está padeciendo la provincia. «De las más de cien que existían en Málaga, hoy a duras penas resisten una docena», dice la organización.

«En el Guadalhorce hay un par de ellas, cuatro o cinco en Ronda y el resto en la comarca de Antequera. En Alameda concretamente hay tres medianas y en teoría deberían ser viables, pero lo están pasando mal», afirma el veterinario de Asaja Málaga Carlos Carreira, que explica que la desaparición de explotaciones comenzó hace diez años.

La razón es sencilla: «producir un litro de leche viene a costar entre 0,36 y 0,40 euros y ahora la leche está entre los 0,30 y 0,33 euros. Sobreviven tirando de los ahorros, otros se entrampan y muchos quitan las vacas y tratan de pagar lo que deben», apunta el veterinario. «En Antequera estaba la más grande de la provincia y hará un par de meses que ha cerrado», añade para matizar que las ganaderías que existen tienen entre 8 y 150 vacas aproximadamente. La vaquería que ha echado el cierre tenía cientos de cabezas de ganado y la impulsó en su día el empresario Martín Criado.

Esta situación arranca desde la incorporación de España a la Comunidad Europea, donde se le asignó una cuota de producción un 30% inferior a las necesidades internas, lo que ha hecho de España el destino de los excedentes de leche de los grandes productores europeos. Paralelamente a esto, se ha producido un cambio en la cadena de distribución, concentrándose la oferta de la leche para el consumidor en unas pocas manos.

Tal es así que la misma empresa que recoge la leche de Juan, se la recoge también a Antonio Melero y a su primo Juan Manuel Melero, que tienen explotaciones en Antequera. Antonio, que echa en la explotación jornadas diarias de seis y media de la mañana a doce de la noche, apunta que llevan ya varios años con el precio de la leche bajo y lo peor «es la subida de la luz, los piensos y, este año, los forrajes por la sequía». «Yo ganaré 15 o 20 euros al día si llego a ganar, pero con eso no podemos tirar. Estoy aguantando, pero no sé hasta cuándo», apunta Antonio, que tiene 18 vacas y un toro. «Tengo menos ganado que antes para que coman menos y me produzcan más. Es lo que estoy intentando hacer, con menos animales tratar de sacar más beneficio echándole buen alimento y granos naturales para sacar leche de buena calidad», matiza este hombre, que recibe 0,32 euros por litro de leche.

Altos precios

«Los cereales me están costando a 0,40 euros el kilo y mis vacas se comen 160 kilos al día, además de 250 kilos de heno y 2.000 litros de agua, y la producción la tengo en 320 litros diarios, tengo un beneficio muy chico, pero tampoco puedo producir mucho porque mi cuota láctea -la cantidad máxima que cada explotación puede vender- es muy chica». «Me deja poco dinero, pero con 51 años dónde voy», dice Antonio, que tiene una familia de seis miembros.

Y es que «el pienso está más caro que la leche», afirma su primo Juan Manuel Melero, que tiene también 18 vacas, aunque a él el negocio no le es rentable. «Tengo 60 años y estoy aguantando. Le estoy poniendo dinero porque con la leche no me alcanza para pagar el pienso», afirma. «La solución es subir la leche, fíjate lo que vale en el supermercado y lo barato que nos la pagan», añade.