La espléndida madurez de José Manuel Soto

A menudo resulta chocante o sorprendente ver actuar a determinados artistas en una plaza de toros, principalmente porque su estilo musical contrasta demasiado con el castizo arte que puede verse en un coso.

No es el caso de José Manuel Soto. Para el sevillano, amante confeso de la tauromaquia, parece no haber mejor escenario que aquel montado sobre el albero. El de la plaza de La Maestranza fue elegido el año pasado por Soto para celebrar el cuarto de siglo sobre las tablas en un espectáculo que le reunió con algunos de sus mejores amigos y compañeros de carrera. El recital de ayer en La Malagueta fue una fiesta más dentro de la gira organizada tras ese aniversario. El cantante tiene dieciocho discos a sus espaldas de los que ha extraído un repertorio de clásicos de lo que se ha venido a llamar 'canción ligera con sabor andaluz' que aún gozan de buena salud.

A pesar de registrar poco más de media entrada -unas 500 personas- el ambiente de feria andaluza se apoderó pronto de una Malagueta a la que asistieron sobre todo personas que rondan la cincuentena, aquellos que se quedaron prendados de sus románticas canciones a finales de los años ochenta y principios de los noventa. El sevillano tiene la suerte de contar con un público fiel y agradecerlo fue una de las primeras cosas que hizo sobre el escenario, tras mostrarse muy contento por actuar en "un sitio histórico".

Después de las primeras palabras comenzó un concierto en el que José Manuel Soto disfrutó enseñando sus mejores cartas. 'Al compás de tu latido' y 'El tiempo lo cambia todo' fueron los primeros temas que interpretó la banda que acompaña a Soto, formada por seis músicos, pero la primera canción celebrada y coreada por el público fue 'Tú serás mi amanecer'. No hicieron falta muchos minutos para que Soto demostrara estar atravesando una madurez espléndida en lo artístico, aunque sus palabras sobre las tablas estén llenas de nostalgia. Fue precisamente tras este último tema cuando el sevillano recordó su conexión con Málaga, que tiene que ver con aquellas primeras borracheras de juventud que compartía con sus primos malagueños y de las que el vino dulce tenía gran parte de la culpa.

Para la segunda mitad del espectáculo estaban reservados sus mayores éxitos, además de la actuación sorpresa junto a la malagueña Vanesa Martín, que interpretó con Soto 'Abrázame' de Julio Iglesias y 'Rienda suelta', de su primer trabajo. 'Déjate querer', 'La pared' y 'No te marches ahora' terminaron de conquistar a La Malagueta, entregada al encanto de la madurez de Soto y de un repertorio que seguirá acompañándoles durante años.