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Diego Gómez, un joven de 23 años vecino de Almáchar, recoge las pocas uvas que han quedado en las tierras de su familia, en una zona en la que el hongo no ha dañado tanto. :: E. C.
Axarquia

Un hongo causa estragos en la vendimia de la moscatel

El mildiu provoca pérdidas de hasta el 80% en la cosecha de uvas típicas de la Axarquía, que bajará de los 200.000 kilos

EUGENIO CABEZAS

Domingo, 4 de septiembre 2011, 03:57

De un tamaño microscópico pero con una voracidad capaz de acabar con miles de toneladas de uvas moscatel. Así es el hongo mildiu (plasmopara vitícola), una enfermedad que este año se ha cebado especialmente con los viñedos de la Axarquía, y en mucha menor medida con la zona de Manilva. Los daños son muy cuantiosos y se estima que la cosecha se reducirá a más de la mitad con respecto al año pasado, aunque hay unas zonas que han resultado más afectadas que otras.

«En la parte de Cómpeta, Sayalonga y Torrox apenas si se ha recogido el 20% del año pasado, frente a las zonas más altas, de Almáchar, El Borge, Iznate o Moclinejo, donde hay fincas que sí han podido vendimiar la mitad», explica Salvador Muñoz, gerente de Ucopaxa, la principal cooperativa comercializadora de uvas y pasas de la provincia. Según sus cálculos, esta temporada se cerrará con menos de 200.000 kilos de uvas y pasas recolectadas en la Axarquía, unas cifras que contrastan con los más de 350.000 kilos de la pasada campaña.

La complicada situación se produce además justamente en un contexto de grandes dificultades económicas para las miles de familias que viven de este cultivo en la comarca más oriental de la provincia. Y es que la vid se ha convertido, en los últimos años, especialmente como consecuencia de la crisis y del desplome del sector del ladrillo, en un refugio laboral para muchos jóvenes de los pueblos del interior. Éste es el caso de Diego Gómez, de 23 años y vecino de Almáchar.

Junto a su padre y hermanos, se afanaba el pasado jueves en recoger las escasas uvas que sí han engordado en una de sus fincas. «El problema ha venido porque en los meses de abril y mayo llovió bastante, y además hizo mucho calor. Esto unido a la niebla, formó un cóctel perfecto para que se propagara este hongo por las miles de cepas», apunta, por su parte, Luis Benito, de 61 años, un veterano agricultor que lleva toda la vida cultivando las viñas de uvas moscatel. «En los años setenta hubo otra plaga de mildiu, que aquí llamamos la rabia de la vid», añade Gordillo, quien explica que en su caso han conseguido salvar el 60% de la cosecha, debido a que han aplicado hasta cinco tratamientos con productos fitosanitarios para combatir la plaga de hongos.

«Fíjate como se quedan las hojas, todas secas, y los racimos no llegan ni a engordar y los que lo hacen, apenas cuajan diez o doce uvas. Esto ha sido una ruina total, si otros años conseguíamos sacar doce o quince mil euros, este año difícilmente llegaremos a los seis mil euros para toda la familia, después de estar todo el año trabajando, y ahora en estos días de finales de agosto y principios de septiembre, más de diez horas al día, a pleno sol, y aquí metidos en estos barrancos. Esto no está pagado con dinero», se lamenta Gómez.

En efecto, el durísimo trabajo de recoger las uvas moscatel se sigue haciendo como antaño, con la ayuda de mulos y burros, pues las escarpadas laderas de los montes de estos pueblos de la Alta Axarquía no permiten otra opción. «Después está el problema de los carriles, que como están repartidos por los diferentes términos municipales, pues hay algunos ayuntamientos que sí pagan y otros que no, y con tantísimas lluvias como hemos tenido en estos últimos años, pues fíjate, algunos están impracticables para entrar con los coches», argumenta Luis Benito.

Las plagas y enfermedades de las vides de moscatel no son algo extraordinario en la Axarquía, aunque en las últimas décadas se han agudizado. «Me acuerdo de pequeño que mi padre no le echaba nada a las viñas y se criaban perfectamente. Con tres mil kilos de pasas vivíamos una familia entera. Es verdad que eran otros tiempos y que la gente se tenía que conformar con mucho menos. Hoy en día tenemos de todo», cuenta Luis Benito, quien recuerda que hace cuatro años las pérdidas en las cosechas de uvas moscatel en El Borge, Almáchar, Moclinejo, Cútar e Iznate se produjeron como consecuencia de una tormenta de granizo que descargó en la noche del Jueves Santo de 2007.

El avance de los subtropicales

«No salimos de una cuando se nos viene otra encima. Esto es una ruina, pero es lo único que tenemos, porque la construcción está fatal y en estas tierras tan empinadas y sin agua no se puede cultivar otra cosa que no sean viñas», asegura el joven almachareño Diego Gómez. Sus palabras son rubricadas por las de Luis Benito, quien cree que si en la zona hubiera agua en abundancia se podrían sembrar aguacates, un cultivo que en las tierras más bajas y fértiles de las vegas de los ríos Vélez y Benamargosa, y hasta Torrox y Nerja sí está generando grandes ingresos a los agricultores. «Aquí se ha pinchado en muchos sitios y ni siquiera ahora en estos últimos años con las abundantes lluvias han aparecido grandes bolsas de agua. La tierra es así de caprichosa, es como el cuerpo humano, que tiene zonas en las que apenas sale sangre», asevera. Los que tenían aseguradas cosechas contra la plaga del mildiu sí cobraran algunas indemnizaciones, pero la Junta no contempla ayudas para los productores por este tipo de plagas.

Ante este panorama, las miles de familias de estos pequeños pueblos de la denominada Ruta del Vino y de la Pasa Moscatel tendrán que seguir dedicándose muchos años a cultivar las vides, algunas de las cuales tienen hasta cien años de antigüedad. «Esto apenas da para vivir una familia, es más que nada una ayuda», cuenta Amalia Godoy mientras pica las pasas, una vez que estas han sido secadas en los paseros.

El retroceso de la superficie cultivada de viñas de uva moscatel en la Axarquía ha sido muy considerable en las últimas décadas, al pasar de las más de cuatro mil hectáreas de los años setenta a las apenas 1.500 hectáreas actuales. Los alcaldes de estos municipios se esfuerzan por poner en valor este cultivo ancestral, con la puesta en marcha de talleres de empleo como el celebrado el pasado año, y la promoción en fiestas y ferias turísticas por toda España.

Las pasas y el vino moscatel de la Axarquía que comercializa Ucopaxa -una cooperativa que agrupa a unos ochocientos agricultores de otras tantas cooperativas locales- se venden principalmente en el País Vasco, Cataluña, Cantabria y Madrid.

«Las lluvias de la primavera y el calor han provocado esta plaga de hongos»

«Trabajé unos años en la obra pero con la crisis no me queda otra opción»

«Es un trabajo muy duro, que apenas da para vivir a una familia, es una ayuda»

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