El software ya tiene sus metáforas
Un grupo de la UMA crea una aplicación que representa la arquitectura de programas informáticosAnalizar los sistemas de información es mucho más sencillo y económico al representarse como si del plano de un edificio o de una ciudad se tratara
LUIS F. PRIETO
Lunes, 8 de agosto 2011, 03:37
El software es una de esas realidades que nos rodean y tienen más influencia de la que parece. Muchas de las aplicaciones que se ... usan a diario dependen de un programa informático. Pedir una cita para el médico, facturar en un aeropuerto, darse de alta en una compañía telefónica, echar gasolina o abrir una cuenta bancaria son algunas de las tareas cotidianas que pueden verse interrumpidas si estos sistemas fallan.
Muchas otras son las aplicaciones más específicas, destinadas a un grupo profesional concreto o para un uso comercial. De esta importancia de los sistemas de software nace la necesidad de controlar su funcionamiento y detectar anomalías. Si un servicio como los descritos o un negocio entre dos empresas depende del diseño de un programa, se antoja casi imprescindible, que éste sea visualizado, analizado y modelado para derivarlo a un correcto funcionamiento, sean cuales sean las circunstancias.
Y este es el objetivo principal del grupo de investigación de la Universidad de Málaga 'Modernización y Visualización de Sistemas de Información Complejos', dirigido por el catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos Antonio Vallecillo. «La idea es modernizar sistemas de información con tecnologías que se han quedado obsoletas. Para ello, debemos conocer qué hace, cómo funcionan, tratar de visualizarlo y analizarlo para reformarlo en un sistema mejor», comentó el investigador principal de este grupo, denominado Atenea, y que está integrado a su vez en el GISUM, un extenso grupo de investigación en Ingenería del Software de la Universidad de Málaga.
Para modernizar estos sistemas, lo primero es acceder a la arquitectura de los diferentes programas informáticos. Aquí surge el primer obstáculo ya que, por razones comerciales o de otro tipo, no siempre se puede acceder a la configuración completa de un software. A partir de ahí, generan, mediante otros programas informáticos, una herramienta para visualizar estas fuentes y plasmarlos gráficamente en figuras más fácilmente comprensibles.
Desde una galaxia, a un estructura radial, pasando por un edificio o una ciudad, los componentes del programa pasan a ser parte de algunos de estos conjuntos que se reflejan en diagramas más inteligibles. Las figuras, dibujos o esquemas en las que se plasman estas estructuras arquitectónicas se denominan entre los expertos metáforas del software. No es que la literatura y la informática hayan creado un nuevo campo de conocimiento, sino que se trata de un nuevo componente en lenguaje de computación. Entrar a los códigos y configuraciones de un programa es factible, pero mostrarlo al gran público, incluso a los programadores, para una fácil comprensión, no se puede hacer con esos soportes.
Una maqueta de ciudad
De ahí que surjan elementos como maquetas de ciudades, figuras radiales o galaxias que, con una leyenda de apoyo, se establecen como la representación gráfica del programa. Por ejemplo, con una ciudad se podrán ver qué calles están más transitadas o cuáles tienen unos edificios más altos, con una señalética de colores y significados que ayudarán a su análisis. Un programa, hoy en día, puede ser visualizado también como una galaxia, siendo los componentes del mismo, las estrellas, agujeros negros y meteoritos que la forman.
Para la parte de análisis, se podrán confeccionar gráficas con los comportamientos de usuarios, las cargas de trabajo u otras circunstancias que ayuden al posterior rediseño. Esta herramienta trata, no sólo de que se visualice el software en cuestión, sino de que puedan analizarlo para detectar anomalías, definir comportamientos y adelantarse a posibles problemas. Con esto, la reforma del programa se podrá hacer de manera más sencilla. «Esto es como un edificio, si empiezan a fallar los tabiques o las tuberías, hay que coger los planos, ver qué deficiencias hay, donde están y cómo se pueden arreglar», apostilló Vallecillo.
La visualización del software no es nueva, lo que ha sucedido en los últimos años es que se ha convertido en un proceso muy costoso y el grupo de modernización de la UMA lo ha recortado en el tiempo y en los costes. Con una programación de modelado, se pueden construir estas herramientas mucho más rápido y, a partir de ese plano, se puede interactuar con el programa y valorar cuestiones en función de su desarrollo. Con la estructura delante, se pueden observar qué componentes tienen mayor tránsito de usuarios, una carga de trabajo más fuerte o por donde pasan las exigencias de los usuarios en determinados momentos. De igual forma, hacer un seguimiento a si algunos componentes se estorban, no cumplen sus funciones o están demasiado aislados.
Estas actuaciones permitirán además que las empresas tengan una propia herramienta de visualización y los mecanismos para crearla. Porque una gran novedad de estas aplicaciones es que «la visualización pasa al análisis y este a la simulación, originando la posibilidad de que se pueda probar antes de abordar un rediseño del software», concluyó Vallecillo.
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