Devoción por El Niño Chiquito y la Embajá del Ángel

Para muchos en Campillos, el día más esperado es el Miércoles Santo. La figura del Niño Chiquito, como se conoce al Dulce Nombre de Jesús, es una de las imágenes más singulares de la semana santa malagueña y, por ello, son centenares de fieles los que acuden a verlo a las calles de Campillos desde distintos puntos de Andalucía.

Ayer salió a pesar de la amenaza de lluvia para satisfacer las peticiones de los fieles junto a María Santísima del Socorro, la otra imagen titular del Dulce Nombre.

Ese niño de pasión que tan bien ilustra la imagen del Dulce Nombre trató ayer de dar la bendición a todos los visitantes que se acercaron a Campillos como ilustra el gesto de su mano derecha, a la vez que sostenía una bola del mundo de plata en la otra mano. Su carácter pasionario, resaltado por la cruz, hizo de su contemplación un auténtico acto de fe.

Mientras, su madre, Nuestra Señora del Socorro reflejaba un expresivo dolor manifestado en las numerosas lágrimas presentes en su cara y ceja fruncida. Su rostro ovalado de rasgos finos y delicados y un muy cuidado tratamiento en las facciones, la dota de un gran dramatismo acentuado por su mirada baja y boca entreabierta, lo que también conmovió a los campilleros.

Por su parte, en Archidona tuvo lugar la ya emblemática Embajá del Ángel, una representación sacra del momento evangélico en que un ángel reconforta a Jesús en el Huerto de los Olivos. La Iglesia de la Victoria fue testigo de las palabras de un pequeño ángel que cada Miércoles Santo anuncia la salida del Huerto.

Ayer los tronos de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, Jesús Preso y María Santísima del Amparo lucieron esplendorosos, con los estrenos de la nueva candelaria para el trono de la Virgen, dos faroles guía y dos dalmáticas para la cabeza de la procesión. En torno a las 20.45 horas se vieron los tres tronos en la calle, acompañados por las bandas de Campillos, Puente Genil y San Sebastián de Padul (Granada).