
EFE
Viernes, 31 de diciembre 2010, 02:17
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El cantante y bailarín holandés Bobby Farrell, la voz provocadora de Boney M, símbolo de la música disco de los setenta, falleció ayer de forma inesperada en un habitación de hotel en San Petersburgo a los 61 años. Pese a lo abrupto del fallecimiento, en plena gira, el representante del artista, John Seine, apuntó que Farrell podría haber muerto plácidamente mientras dormía, si bien habrá que esperar a la autopsia para conocer las causas de forma oficial.
Nacido en Aruba (ex colonia holandesa) en 1949, empezó a trabajar como marinero y tras una estancia en Noruega, viajó a Alemania, donde trabajó como 'discjokey'. En Alemania, fue descubierto en 1976 por el productor Frank Farian, que un año antes había creado el que sería el mítico grupo setentero Boney M, compuesto además por otras tres cantantes. Boney M fue junto con Abba de los pocos grupos de música disco europeos de los setenta que también sembró éxitos en Estados Unidos y otras partes del mundo.
El grupo alemán, que el pasado mes de septiembre visitó la Costa del Sol para ofrecer un concierto en Fuengirola, representaba a la perfección con sus ropas extravagantes y atrevidas el talante rompedor de la década de los setenta. La peculiar y provocadora manera de bailar de Farrell complementó un año después de su creación el estilo innovador de Boney M, que llegó a vender más de 150 millones de discos en todo el mundo. Con éxitos como 'Sunny', 'Ma Baker', 'Rivers of Babylon' o 'It is holi-holiday', la exótica banda logró estar en las listas de venta en Gran Bretaña y Holanda.
Imagen peculiar
Enfundado en sus ajustados pantalones de campana, el artista ofrecía un espectáculo fascinante en el escenario, contorsionando todas las partes de su cuerpo. De su boca salía una voz grave que alcanzaba tonos bajos casi inhumanos y que realmente era la del productor Frank Farian y no la de Farrell, que se limitó a cantar en 'Boonoonoonoos', 'Happy Song' y en los conciertos en directo.
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En 2003, Farian reconoció públicamente que había seleccionado a Farrell no tanto por sus cualidades como cantante sino por su faceta de bailarín. Casado y con dos hijos, en 1994 fue condenado por un juzgado holandés por intentar quemar a su esposa, una ex modelo yugoslava, después de haberla rociado con gasolina. Desde 1992 Farrell actuaba con su propio grupo, que mantenía en parte el nombre de la banda.
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