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SELENE VEGA
Lunes, 27 de septiembre 2010, 10:38
Menos mal que los perros no tendrán que aprender finés para comunicarse con sus nuevos dueños, porque es un idioma realmente difícil. Ayer lo que se usó en las instalaciones de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Málaga fue la comunicación no verbal; miradas, caricias y lametones ayudaron a los finlandeses a decidirse a acoger a su perro ideal y ayudar con ello a paliar el grave problema de saturación que tienen los refugios de acogida en España.
Todas las semanas se envían tres o cuatro perros a Finlandia a través de una colaboración de la Protectora de la provincia con asociaciones finlandesas. Desde el año 2005, unas 1.700 familias finlandesas han adoptado a perros españoles de este refugio. Ayer fueron unos treinta de estos nórdicos pertenecientes a la asociación 'Espanjan Koirat', y que están establecidos en la Costa del Sol, los que se acercaron al refugio con sus familiares para acoger a algunos de estos perros, donar utensilios para los animales o llevarse mascotas para sus amigos y familiares, que los acogerán con los brazos abiertos en su país natal.
Una familia de rubios con ojos azules se decidió por un simpático perro negro azabache con los ojos del mismo color. «Queremos adoptar a uno mediano porque viajamos bastante y así nos lo podemos llevar», afirmó Fanny, que estudia Psicología en Helsinki. Su padre, Matti, es ejecutivo de una empresa internacional y está muy concienciado: «Conocíamos el problema del abandono que hay aquí y hemos preferido acoger uno en vez de comprarlo en Finlandia para darle una nueva oportunidad», aseguró.
No es que en Finlandia no haya perros, es que no hay tantos a los que acoger. «La ley es mucho más estricta con lo que respecta a los criaderos y a la esterilización de los animales», explicó la presidenta de la Protectora de Animales y Plantas, Carmen Manzano. Otra trabajadora de la Protectora afirmó que muchos de los animales se envían al extranjero porque son pocos los españoles que acogen. Así, muchos gatos 'emigran' a Alemania en busca de una vida mejor, como hace 45 años lo hicieron muchos trabajadores españoles. Asimismo, los finlandeses afirmaron ser muy responsables con el cuidado de los animales.
Tuna Suni consideró que los animales son un miembro más de la familia y resultan muy útiles para educar a los niños en valores como la responsabilidad. Su hija Jenni Suni, de 15 años, afirmó que no querría tener más de un perro porque «hay que ser tener en cuenta lo que cuesta mantenerlo y valorar el tiempo que se tiene para dedicarle». Tina Lindenn, que ya había acogido a otros cuatro otros años, se llevó un pastor alemán. «Cada vez que visito Finlandia me llevo cuatro o cinco para casas de acogida e incluso para mis amigas», expresó.
Seguro que, a su manera, les dijeron 'kiitos' en esta complicada lengua fino-úgrica de camino a casa, o lo que es lo mismo: gracias.
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