Palomas bajo control

Las palomas que anidan y se posan en la Iglesia de San Pedro Alcántara tienen los días contados. No literalmente. El Ayuntamiento de Marbella no pretende aniquilar a estas aves, pero sí impedir sus prácticas para evitar el deterioro que los excrementos de las palomas ocasionan en el templo sampedreño. Con este objetivo, el equipo de gobierno aprobó ayer el expediente para la instalación de un dispositivo en el edificio religioso que ahuyente y obligue a cambiar los hábitos de estos pájaros en relación con la iglesia del siglo XVII.

La actuación contempla la colocación de un sistema de varillas verticales, redes de nylon y cables tensados que obstaculicen el alojamiento de las palomas en la fachada y en la torre del campanario. El dispositivo «no ataca a la integridad de las aves», según destacó el portavoz del Ejecutivo local, Félix Romero, que subrayó la necesidad de preservar la estructura de un templo de estilo colonial sobre el que destacó su valor arquitectónico y sentimental.

Unos 5.000 euros

La iniciativa tendrá un coste aproximado de 5.000 euros. El sistema que evitará el anidamiento y que se posen en la zona lo llevará a cabo la empresa Rentokil, responsable de la instalación de este dispositivo en otros edificios institucionales y religiosos como la catedral de Sevilla, el Ayuntamiento de Barcelona, el aeropuerto de Palma de Mallorca y el Museo de Bellas Artes de Cádiz. «Se trata de colocar una serie de obstáculos que hagan que las aves cambien sus hábitos y no aniden en la iglesia», señaló Romero, que resaltó que «el carácter excesivamente dañino que tienen los excrementos de las palomas pone en grave riesgo algunos edificios».