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Romaric Belemene: «Salir del Unicaja fue como despertar de un sueño; ahora tengo que valerme por mí mismo»

Romaric Belemene: «Salir del Unicaja fue como despertar de un sueño; ahora tengo que valerme por mí mismo»

El canterano de Los Guindos, ahora jugador del Café Candelas Breogán, regresa este domingo al Carpena

Enrique Miranda

Málaga

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Viernes, 9 de noviembre 2018, 00:48

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Llegó a Málaga desde su República del Congo natal después de que los ojeadores del Unicaja se fijaran en él en un campus organizado por Ibaka. Durante años sus excelentes condiciones atléticas y su enorme margen de mejora servían para ponerle la etiqueta de 'joya' de la cantera de Los Guindos. A Romaric Belemene (21 años) se le veía como un claro proyecto de jugador para el primer equipo, sobre todo tras ser nombrado MVP del MVP del Campeonato de España Júnior y dejar buenas actuaciones en el Clínicas Rincón de LEB. Llegó a debutar en la ACB a las órdenes de Plaza cuando tenía 17 años, pero tras varios años de formación y dos cesiones (en el Manresa de ACB y en el Oviedo de LEB Oro), el verano pasado el club decidió que el alero no siguiera. Ahora Romaric vive su primera experiencia profesional 'en solitario' en el Café Candelas Breogán, equipo recién ascendido que apostó por hacerle un contrato. Por ahora sus números son discretos (9 minutos de media por partido, 1,6 de valoración), pero está viviendo con máxima ilusión esta temporada en la Liga Endesa. El domingo (12.30 horas) regresa al Carpena, la que considera su casa, para medirse al Unicaja.

-¿Cómo le va todo por Lugo? ¿Qué tal su adaptación?

-Muy bien, estoy ya muy metido en el equipo y cada vez estoy más adaptado a la ciudad, que es pequeñita pero está bien. Vivo en un piso solo y tengo muy buena relación con los compañeros.

-¿Se vive un ambiente especial en la ciudad por ser un equipo recién ascendido?

-La gente está con mucha ilusión, sabe bien de dónde venimos y nos apoya mucho.

-Se acabó este verano su relación de varios años con el Unicaja, el equipo que le trajo a España, ¿tiene la sensación de empezar como una carrera nueva, en solitario?

-La verdad es que no es nada fácil. Es como despertarte de un sueño después de tantos años bajo la protección del Unicaja. Ahora tengo que valerme por mí mismo y empezar mi camino.

-¿Cómo vivió este verano esa incertidumbre de no saber si iba a seguir o no en Málaga?

-Estaba muy impaciente, la verdad. Quería volver a Málaga para jugar con el primer equipo, era mi ilusión, pero no pudo ser. Yo lo entiendo, son cosas del deporte. Estoy muy agradecido a todo lo que el Unicaja me ha dado, todos estos años de formación. Siempre me he sentido muy bien tratado por el club y por todos los entrenadores con los que he podido trabajar. Incluso el año pasado estuvieron pendientes de mí, me dejaron un piso en verano cuando los jugadores no estaban y sólo puedo decir cosas positivas.

-Le reconozco que personalmente me sorprendió su salida o la de Mo Soluade, les veía muy cerca del primer equipo.

-Yo no sabía nada, me enteré en julio, casi en el último momento. Sí se había publicado que no iban a seguir Uta y Karahodzic, pero yo no supe nada hasta el verano. Hay que tener en cuenta que es muy difícil tener un hueco en un equipo como el Unicaja, es la realidad. Hay muchos jóvenes proyectos y muy pocos puestos. Mira el caso de Pepe Pozas, que está jugando muy bien y muchos años en el Obradoiro. Ahora está en el equipo Alberto Díaz, que se ha ganado el puesto o Viny, que está peleando por tener minutos, pero es complicadísimo. Reconozco que me hubiera encantado jugar en el Unicaja, pero no ha podido ser y ahora tengo que centrarme en ver hasta dónde puedo llegar lejos de Málaga.

-¿Qué recuerdos tiene de cuando llegó a Málaga de su país, siendo casi un niño?

-Todo era nuevo para mí. Había cosas casi de chiste. Cuando llegué no estaba acostumbrado a ver muchas caras de gente blanca, estaba en la residencia que tenía el club y todos los jugadores solíamos llevar la misma equipación. Recuerdo que dejé a mi compañero en la habitación, salí y ví a otro chaval en el pasillo que creía que era el mismo. ¡Me pareció volver a ver al mismo chico que estaba dentro de la habitación! Llamé a mi madre asustado, para decirle que los blancos hacían magia para estar en dos sitios a la vez (risas). Imagínate el resto. Aprendí mucho en poco tiempo, pero casi todos los recuerdos son buenos. Hice grandes amigos en aquellos años , por eso siempre digo que mi país es el Congo, pero que Málaga es como mi casa.

-Llegó a debutar en la Liga Endesa a las órdenes de Plaza. ¿Coincidió en el Unicaja con Sergi Vidal, su compañero ahora en el Breogán?

-Sí, le conocí en el Unicaja en el año de Repesa. Yo entonces no solía trabajar mucho con el primer equipo, pero sí recuerdo que Sergi estaba muy pendiente de la gente de la cantera. Encontrarme ahora en Lugo con él fue un plus para mí.

-Habéis ganado un par de partidos por ahora. Va a ser una temporada dura para el Breogán.

-Somos conscientes de ello. Lo sabemos desde el principio, por eso creo que estamos trabajando duro para ser mejores cada día y ganar más partidos de lo que se espera de nosotros.

-No está jugando por ahora muchos minutos pero ¿qué le pide más el entrenador Natxo Lezkano, jugar de alero o de ala-pívot?

-Ahora con las lesiones, quizás más de '4'. Ha estado fuera Alec Brown, que parece que vuelve ya y he jugado más por dentro. Pero ya estoy empezando a jugar en las dos posiciones.

-¿Cree que el Unicaja puede aguantar mucho tiempo este ritmo de principio de temporada?

-Es increíble cómo están jugando, dejando muy buena imagen. Ojalá puedan seguir así, pero es muy difícil. Tienen una plantilla de primer nivel, un buen entrenador y todo es posible. Ojalá no tengan muchos problemas de lesiones.

-Cuando estaba por Málaga era recurrente preguntarle por el Draft de la NBA, ya que ha inscrito su nombre en alguna ocasión. Este ya sí es su año natural para salir elegido. ¿Piensa en ello o ya lo ve como un imposible?

-Antes de pensar en la NBA tengo que ganarme el puesto en la ACB. Es verdad que desde muy joven se ha hablado de mi futuro en la NBA, pero ahora lo que tengo que hacer es centrarme en la temporada con el Breogán. Como es mi año de elección automática, ya se verá. Me gustaría tener alguna opción.

-¿Cómo le va a su hermano Cedric por Estados Unidos?

-Bien, acabó incorporándose a una universidad de la segunda división de la NCAA, Tampa, y acaba de empezar la temporada allí con buenas sensaciones.

-Supongo que seguirá también la aventura americana de sus excompañeros en Los Guindos, Francis Alonso, Rubén Guerrero y Domas Sabonis, este último ya en la NBA.

-Claro. Tratamos de mantener el contacto, aunque con el cambio horario es complicado. Es un orgullo ver que les va bien a jugadores que han sido compañeros tuyos. Ves a Domas, que está a otro nivel, haciendo esas cosas en la NBA... Me digo, 'mira yo compartí equipo con él'. También mantengo contacto con otros compañeros de aquella época en el Clínicas, Carlos Corts. Enrique Cortés, Víctor Ruiz, también Uta, Soluade, Karahodzic... Hablamos y tratamos de mantenernos unidos, creamos como una pequeña familia.

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