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Un mar de chocolate teñido por el barro de los arroyos que mantienen aún vivos sus cauces y montículos de cañas, piedras y residuos arrastrados por el agua junto a las desembocaduras de los mismos marcan la estampa que presentan las playas del litoral de la capital malagueña tras la jornada de alerta roja por lluvias. Sin embargo, en las zonas costeras libres de estas salidas de agua reinaba la normalidad a excepción de balsas de agua, sobre todo, en Pedregalejo o en San Andrés, o de desniveles de mayor consideración en la playa del Limonar. Los tractores y los operarios de limpieza se afanan ya en la limpieza de las playas que, a tenor, de la primera valoración del presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de la Costa del Sol, Manuel Villafaina, «los daños son mínimos salvo en la zona de Cabopino donde una manga marina provocó mayores desperfectos».
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En un recorrido por los catorce kilómetros de playa de la ciudad, desde El Candado hasta Guadalmar, la primera impresión que se percibe es la de que no han sido las zonas más afectadas por la DANA. Tanto que al llegar a la playa de El Dedo da la sensación de que el litoral ya ha sido limpiado, algo que pronto aclara un empleado del mítico chiringuito El Tintero tras asegurar que «por aquí no ha pasado nadie. Está todo tal y como ha quedado tras las lluvias». Ya más cerca de la orilla se advierte de algunos desniveles, que se convierten en socavones en las inmediaciones de los cauces de arroyos que sí dejan su rastro en forma de mayores acumulaciones de cañas ya visibles en las playas del Palo, donde se aprecia el rastro de la fuerza con la que bajó el arroyo Jaboneros, cuyo puente era centro de concentración de viandantes que señalaban y compartían impresiones sobre la crecida del miércoles. Algunas ramas de árbol de mayores dimensiones a las clásicas cañas evidenciaban la dimensión de lo acontecido.
Sin embargo, en los chiringuitos de la zona ya preparaban las terrazas y las barcas de los espetos para atender a los clientes. En el área de juegos frente al restaurante Las Acacias unos pequeños jugaban en los columpios aprovechando que no había clases pese a que este área contaba con grandes charcos. En Pedregalejo la situación se repetía con acumulaciones de cañas y residuos junto a las salidas de los arroyos, que además han reducido las dimensiones de estas playas que conforman ahora unas calas aún más pequeñas.
Avanzando hacia El Limonar, grandes socavones en las inmediaciones del final del arroyo Toquero sorprendían a algunos mayores que daban su paseo habitual por la playa y señalaban como una de las zonas más afectadas las próximas al chiringuito Oasis, donde la arena presenta un gran desnivel. Y ya en la Malagueta, donde la zona de arena son mayores y no hay salidas de agua, la normalidad era absoluta salvo por el color del mar. En la orilla ya había un par de grupos de jóvenes que aprovechaban el sol que imponía la calma tras la tormenta.
Un tractor y los operarios de limpieza se dejaban ya ver en la playa de San Andrés, también afectadas por balsas de agua y por una alta concentración de cañas, mientras que la vecina Huelin presentaba la estampa habitual tras una jornada de intensas lluvias con vuelta a la normalidad en un día con el mar aún movido y con concentraciones de arena, como en El Palo, junto a los muros del paseo marítimo. Una pareja que aprovechaba para hacer ejercicio apunta que «es cuestión de un rato de limpieza y listo».
En la playa de la Misericordia también los operarios y un tractor dejaban como si no hubiera pasado la DANA un litoral libre de cañas y de la broza arrastrados hasta el mar volviendo a poner de manifiesto que en las zonas en las que no hay salidas de arroyos reina una mayor normalidad. Tal y como se repite en Sacaba, más limpia que la de Guadalmar, donde los montículos de palos y cañas se hacen montañas por el impacto de la desembocadura del Guadalhorce y dejan esta zona como una de las más afectadas. Y eso que aún queda por llegar. Mirando hacia el mar se observa también una gran mancha, a modo de plataforma, de cañas y residuos flotando que la marea comienza a sacar y que finalmente depositará en algún lugar del litoral.
Por parte del Ayuntamiento de Málaga destacan que las infraestructuras y el mobiliario de las playas no se han visto afectado por la DANA y advierten de que la maquinaría de limpieza de Limasam empezarán a trabajar los próximos días en la retirada de cañas depositadas en la arena. «Será cuando finalice la llegada de estos residuos procedentes de las corrientes del Guadalhorce y los diferentes arroyos», señalan.
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