Aura, el Siri de Telefónica, habla malagueño

Sergio Padilla nació en Jaén, estudió en Granada, pasó por Madrid y lleva unos años instalado en Málaga. «Con este lío de acentos le cuesta más entenderme...», lanza con una carcajada al otro lado de la mascarilla. Y de inmediato, como si la broma pudiera ser mal interpretada o resultara inconveniente, matiza al borde del rubor: «No, no, no... Me reconoce perfectamente». De hecho, Aura reconoce los giros y las expresiones de millones de usuarios en España, Alemania, Brasil y Reino Unido. Y justo el equipo que capitanea este joven ingeniero desde Málaga es el encargado de velar por ese reconocimiento de voz en el asistente virtual de Telefónica.

Porque Padilla y su equipo están especializados en mantener los puentes abierto en la comunicación entre los usuarios y Aura. «Cuando alguien le habla a cualquier plataforma que tenga Aura integrada, ese mensaje de voz se transforma en mensaje de texto y es ahí donde entramos nosotros para determinar qué es lo que quiere hacer el usuario, cuáles son las características más relevantes de lo que ha dicho... Todo eso nos permite luego resolver las consultas de los usuarios, como poner la tele o subir el volumen», explica el ingeniero.

En su labor, este equipo de Telefónica Digital en Málaga emplea tecnología relacionada con el procesamiento del lenguaje natural. Todo empieza con dos palabras: 'OK, Aura'. «Eso lo reconoce el dispositivo y lo 'traduce' a texto y ese mensaje es el que le llega a Aura. A partir de ahí se inicia todo el procesamiento de interacción. El dispositivo es un intermediario entre el usuario y Aura, que a su vez se puede integrar en varios dispositivos», añade Padilla.

Además, este ingeniero de 27 años no regatea la comparación con otros asistentes virtuales, como Siri para el entorno de Apple o Alexa en Amazon: «Para mucha gente pueden ser comparables, porque le hablas a un dispositivo que te intenta entender, pero el desafío al que se enfrentan es diferente. Otros asistentes son más generales, mientras que Aura y Telefónica ya están integrados en un ecosistema al que los otros no tienen acceso desde fuera».

«En esencia, nosotros elaboramos una plataforma de reconocimiento para que trabajen otras personas; entre ellas, un grupo de lingüistas de cada país, que analiza la manera de hablar, la sintaxis, las expresiones, los rasgos propios del lenguaje en cada caso. Ese equipo de expertos en cada idioma es fundamental para que la respuesta se adapte a los matices de cada lenguaje», explica Padilla, quien recuerda que «sólo en la parte técnica» del proyecto trabajan más de 40 personas desde distintas ciudades del país.

El equipo malagueño lo hace desde las oficinas compartidas con Telefónica Tech, la rama especializada en ciberseguridad que dirige el malagueño Sergio de los Santos. Y la presencia de ambas divisiones integradas en el 'núcleo duro' del gigante de las telecomunicaciones representa uno de los ejemplos más palpables de la capacidad de Málaga para atraer y retener talento tecnológico. El primer caso vendría de la mano de Padilla, formado en otras ciudades y asentado en Málaga desde su fichaje allá por el año 2018; mientras que De los Santos ilustra el compromiso de una nueva generación de directivos malagueños que han escalado a lo más alto del ecosistema tecnológico sin abandonar su lugar de origen.

«Este es un proyecto supernovedoso que usa a nivel técnico unos retos de auténtica primera categoría. Es muy difícil de ver en una empresa un producto orientado a esta tecnología», defiende Padilla. Y añade: «Se habla mucho de Inteligencia Artificial, pero a la hora de la verdad, apostar por un producto basado en esa tecnología no siempre es fácil, porque hay mucho de estudio, de pruebas… Es muy importante apostar e invertir y aquí se hizo. A nivel personal y técnico era un reto muy importante».

Tampoco esquiva Padilla uno de los asuntos más espinosos relacionados con este tipo de tecnología: el uso y almacenamiento de la información que se maneja. «Se cumple en todo momento con la legislación relativa a la protección de datos, todo está anonimizado. El usuario es siempre dueño de sus datos y por supuesto no usamos nada que sea propio de un usuario ni que tenga que ver con su intimidad», sostiene este licenciado en Ingeniería Informática y Matemáticas, reciente papá primerizo con el pequeño Mario.

«Este es un buen lugar para crecer, como profesional y como persona», cierra Padilla, con la mirada rasgada que deja una sonrisa amplia, también debajo de una mascarilla.

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