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Teatro Cervantes en 1940 Archivo Municipal
El Parnaso del cine en español

El Parnaso del cine en español

Tribuna de la Historia ·

Se cumple el 150 aniversario de la inauguración del Teatro Cervantes, desde 1998 sede principal del Festival de Málaga

Miércoles, 26 de agosto 2020, 00:30

En este 2020 el Festival de Málaga de cine en español ha visto trastocada su agenda por la pandemia de Covid-19 -bueno, el festival y toda la humanidad-, de ahí que las actividades fueron trasladadas al mes de agosto en el año donde su sede principal, el Teatro Cervantes, celebra su 150 aniversario.

El Cervantes ha conseguido repercusión internacional gracias al Festival de Málaga, se ha convertido en una especie de 'Parnaso del cine en español', donde los cineastas son premiados con biznagas de plata. Un edificio emblemático que a punto estuvo de ser demolido en la década de los ochenta del siglo pasado, impedido por la iniciativa municipal bajo la presidencia del alcalde Pedro Aparicio que adquirió casi el 100% del coliseo para el patrimonio local. El festival llegó en 1998 de la mano Antonio Garrido Moraga como concejal de Cultura y Celia Villalobos en la Alcaldía.

Teatro Cervantes en 1986. Archivo Municipal

¿Te imaginas Málaga sin el Cervantes? 150 años cumple también la obra pictórica de Bernardo Ferrándiz, 'Alegoría de Málaga con su puerto, estación de ferrocarril, la agricultura, industria y comercio', que al mismo tiempo retrata a la ciudadanía malagueña del siglo XIX.

¿Y antes del Cervantes donde se encontraba el principal teatro de la ciudad? Atentos: «Sin duda alguna que el teatro de Málaga no corresponde a ciudad tan populosa, su situación es escéntrica (sic) y mala; sin condiciones higiénicas de ninguna clase… se vicia la atmosfera y se siente por tanto el mal estar consiguiente a una mala respiración… Como segundo teatro estaría bien, pues renovado como se halla, no presenta mala vista… En varias ocasiones se ha dicho de existir la idea de construir un Teatro cual hoy necesita esta ciudad; pero siempre han surgido dificultades que han deshecho tan halagüeñas esperanzas». Así describía Benito Vilá al Teatro Principal, en su Guía del Viajero en Málaga de 1861, que estaba ubicado en la actual plaza del Teatro y tenía capacidad para 800 personas. Por la descripción se entiende que esta cifra la alcanzaba cuando se acomodaba el respetable como sardinas en lata.

La necesidad de un nuevo teatro es comparable en nuestros días a la del Auditorio del Puerto; su falta quedó demostrada el pasado mes de enero con la adaptación efímera para la gala de los Premios Goya del Palacio de Deportes José María Martín Carpena.

Volvemos a 1861, quedan 9 años para la inauguración del Cervantes y el 22 de agosto publicaba 'El Avisador Malagueño' la inauguración del Circo de la Merced en el mismo solar del Cervantes: «…aunque no está completo su decorado por falta de tiempo. Es indudable que este edificio destinado hoy únicamente a teatro de verano puede convertirse en permanente, para lo cual no habrá más que cubrirlo… El escenario es quizá más del doble del que tiene el Teatro Principal, y repetimos que con poco trabajo puede convertirse en un teatro preferible bajo todos conceptos a aquel, aunque está algo retirado, si bien no lo está tanto que sea un grave impedimento su lejanía, toda vez que en Málaga las distancias no pueden llamarse largas». Sí, han leído bien, lo consideraban «algo retirado», no estaba en el kilómetro cero, aunque a 5 minutos no llega el paseo. ¡Las cosas de Málaga!

Isabel II anunció su visita a Málaga para 1862 y aprovechando la coyuntura el teatro es cubierto y ampliado en aforo, incluso cambia el nombre en honor al hijo de la reina y pasa a denominarse Príncipe Alfonso, una denominación que duró hasta la revolución de 1868, 'La Gloriosa', donde la hija de Fernando VII tiene que abandonar España y pasa a llamarse Teatro de la Libertad. Con ese nombre duró lo justo, ya que un incendio lo devora el 20 de marzo de 1869. «A la una de la madrugada… las campanas y los pitos de los serenos y guardas hicieron la señal de fuego, el que se había declarado en el teatro de la Libertad… el siniestro se había extendido con la velocidad del relámpago… A las once de la mañana se desplomó el frontis y fachada principal… creemos de difícil reemplazo, así por sus dimensiones como por la riqueza de su mobiliario y decoraciones que le hacían un teatro de muy buenas circunstancias», contaba 'El Avisador Malagueño'. Un mismo espacio con tres nomenclaturas son los antecedentes del Teatro Cervantes. La manida frase de renacer de las cenizas aquí es verdad verdadera.

Entran en juego personalidades relacionadas con la cultura local y organizan una sociedad para sufragar los gastos de construcción. La aportación de 3.500 pesetas daba derecho a tener localidad y con 28.000 un palco de ocho localidades. El presidente de la Junta Directiva fue Adolfo Príes y Saniter, con avenida entre el Cementerio Inglés y las Casas de Cantó. Contratan como arquitecto a Jerónimo Cuervo y el 24 de mayo de 1870 firman acuerdo con Ferrándiz, que junto a su paisano valenciano Antonio Muñoz Degrain realiza el boceto del techo, expuesto en el Museo de Málaga; para la obra definitiva, Ferrándiz, que era profesor en la Escuela de Bellas Artes, «buscó la ayuda de sus alumnos más aventajados, entre los que destacaron: Marterino, Carreto, Matarredonda, Barco y Pérez, los mismos a los que encargó la escenografía del teatro», según investigación de María Teresa Sauret, Catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Málaga. El telón de boca es obra del mismo autor y recientemente fue restaurado por la empresa Quibla Restaura, financiado por Fundación Málaga y el Ayuntamiento que preside Paco de la Torre.

Pasan seis meses y llegan los días finales de 1870, el nuevo teatro es una realidad y 'El Avisador Malagueño', en su cuarta página -sección de anuncios-, recoge: «Teatro Cervantes. Inauguración. Hoy sábado 17 de diciembre a las siete. 1º. Sinfonía, a toda orquesta, de la célebre ópera Guillermo Tell. 2º Bajo la dirección del distinguido primer actor D, José Mata, se pondrá en escena por la Compañía dramática, el drama en 3 actos y un prólogo, titulado Jorge El Amador. 3º. La divertida pieza en un acto, dirigida por el primer actor cómico D. Felipe Carsi, nominada Carambola y Palos». Las entradas pudieron obtenerse los días previos en el mismo teatro por las tardes o en la plaza de la Constitución ¿dónde? «en la peluquería del Señor Sancho», que se ubicaba entre la calle Santa María y el pasaje de Chinitas. La butaca de patio tenía un valor de 12 reales y 5 en el paraíso.

La atmosfera de la noche inaugural quedó reflejada en la edición del 20 de diciembre de 'El Avisador Malagueño': «… la concurrencia era numerosísima y el magnífico edificio presentaba un buen golpe de vista por sus bellos adornos y bellas proporciones. El alumbrado, que es profuso, es sin embargo, insuficiente, porqué los fondos de los palcos y plateas son de color rojo oscuro… Desde los primeros momentos se llamó al palco escénico al señor arquitecto y al Sr. Ferrándiz, para tributarles las gracias por el acierto con que han llevado a cabo sus respectivas empresas. Estos modestos artistas no cedieron a las intimidaciones ardorosas del público sino en uno de los últimos entreactos y recibieron de una lindísima señorita de esta capital unas coronas ricamente adornadas, pequeña muestra del aprecio y la estimación con que el público ha recibido su obra. Les damos la más cumplida enhorabuena». La crónica no menciona a las obras representadas, aunque se detiene en el descontento del público de «las localidades más alejadas del proscenio», que al parecer no oían porque otros no callaban: «…tuvimos un verdadero disgusto en presenciar escenas que desdicen de la sensatez del pueblo malagueño». La frase es digna de placa.

¿Cómo era el ambiente de aquella Málaga de hace 150 años?

La ciudad en aquella época soñaba con la construcción de la Plaza de Toros de La Malagueta y, mientras tanto, los espectáculos se celebraban en el coso de usos múltiples Circo de la Victoria, ubicado en el barrio del mismo nombre y donde una calle recuerda todavía su ubicación. Allí, en la calle Circo se encuentra ahora la casa hermandad de la Cofradía del Rocío. Para aquel domingo de 1870, 18 de diciembre, estaba prevista la actuación del Circo Zoológico de Paris, dirigido por Mr. Leccusson y una compañía de «20 artistas de ambos sexos y 35 animales cuadrúpedos, cuadrumanos, herbisores, caballos clown, etc».

Gracias a la prensa podemos acercarnos al contexto de la época, convulso en lo político y muy distinto en lo cercano, donde se pedía la colocación de «marmolillos» para impedir que los carruajes pasaran por calles estrechas; hoy lo llamaríamos peatonalización.

Prestaba sus servicios La Madrileña, «empresa de diligencias. Sale todos los días para Archidona, Loja y Granada, por la línea de Antequera en el tren de las 7 y 30 m. de la mañana un elegante coche con ocho asientos en el interior y 4 de cupé. Se despachan los asientos a precios muy módicos. Puerta del Mar esquina a la Alameda». El trayecto a Loja en diligencia más que viaje se antoja aventura del cine wéstern con algo más de cinco horas de duración.

Muy cerquita de Puerta del Mar, en calle Martínez, se encontraba la Tienda de la Marina que anunciaba más de una veintena de productos en 'El Avisador Malagueño', donde destacaban la «manteca de espuma fresca y superior de Hamburgo, sardinas de Nantes, albaricoques de La Rioja, piñas y mameyas de La Habana, aguardiente legítimo de Ojén, chocolate de revalenta de Dubarry de Londres y extracto de carne de Liebig». La Manteca de Hamburgo debía ser la sensación del momento ya que también la anunciaba como producto estrella el almacén de efectos navales de Boquete del Muelle, 39.

Los productos autóctonos de la segunda mitad del siglo XIX pasaban por el «Gran depósito de pasas e higos superiores de cosechero para regalo, calle Postigo de los Abades 8. Puerta del Sol de la Catedral». Merece la pena transcribir la variedad de artículos: «Pasas- En Bandejas de lujo de Una, Media, Cuarto y Octavo de arroba en varias formas y dibujos. – En Cuarterones pintados, Cajas ordinarias de Una, Media, Cuarto y Octavo de arroba de 1º, 2º, 3º y 4º para regalos y consumos de familias. Higos – Verdejos y Blancos en Seretes, Tamboretes y Cajas de todas las clases y tamaños». Con el paso del tiempo el kilo se impuso como unidad de peso y gracias a internet la arroba resucitada.

Los coleccionables eran ya costumbre en los rotativos y de la imprenta del periódico acababan de salir «libritos de premio para niños, compuesta por libros de instrucción y recreo». Los títulos aclaran la temática: Historia del Antiguo Testamento, del Nuevo y de España; Vida de la Santísima Virgen María, La Bella y el Monstruo, Orlando y Angélica, La Viuda y sus dos hijas y El Rey cruel y el Príncipe Ingenuo. Muy lejos de los best seller de nuestros días. La forma de ofertarlos es llamativa: «Tomando una docena se dan dos gratis ó sean catorce. Las personas que los tomen por cientos gozarán de mayores bajas». Una campaña como esta no la conoció el extinto Círculo de Lectores. ¿Precio de la unidad? «Con forro de papel de color diez cuartos, y en tela a la inglesa con plancha dorada a la tapa 2 ½ rs (reales)» -ruego se evite la conversión en euros para no perder el hilo del artículo-. Sirva de referencia sobre el coste de la vida lo siguiente: Antonio José Muñoz anunciaba su fábrica de «legítimos mantecados de Antequera, titulada La Primitiva» a 8 reales la libra (2 pesetas los 460,08 gramos). Los libros estaban muy bien de precio, sobre todo teniendo en cuenta su durabilidad respecto al coste de la libra de los «legítimos» antequeranos.

La prensa escrita de la época fue sin duda la génesis de Wallapop y para ello tomo de muestra el siguiente reclamo: «Se vende una hermosa mesa redonda de velador con tablero de mármol y cerco y pie perfectamente tallados, la cual se da en un precio módico por ausentarse su dueño. En la redacción de este periódico darán razón». Era de gran servicio incluso para el sector inmobiliario: «En la redacción del Avisador, calle del Marqués ns. 10 y 12, se venden recibos para cobrar arrendamientos de casas». Los alquileres tenían su apartado específico con una expresión perdida: «Desde luego se alquila la casa n.43 de la calle Lagunillas. Su dueño, Beatas n,7». Otro ejemplo: «Desde luego se alquila la casa n.4 plazuela del Desengaño, en la calle de Salinas, con cuantas comodidades puedan desearse. Las llaves en la cochera de enfrente». Esta plazuela se encontraba en las proximidades de la actual calle Larios y en 1870 faltaban 21 años para su inauguración; la calle Desengaño era la actual Strachan.

Otras zonas han trasformado su denominación. El siguiente ejemplo lo anunciaríamos en el Soho para facilitar su ubicación: «Desde primero de enero se arriendan los almacenes altos y bajos en Pescadería, con puertas a las dos calles Vendeja y Carros». La primera sigue existiendo, pero la segunda era una calle desparecida, que de existir harían esquina los edificios de La Equitativa y el Hotel Valeria. Y para cerrar el apartado de transacciones de inmuebles, una «subasta voluntaria para el 13 de enero próximo en el estudio del notario D. Manuel Romero de la Bandera… hacienda denominada la Buena Vista conocida bajo el nombre de Huerta del Conde, situada en el partido de Jaboneros, distante una legua de la ciudad, con camino de rueda propio hasta la casa de la finca… apreciada en la cantidad de 95.669 pesetas». Un chollo, en la época dirían que no llegaba a los 20.000 duros; esta expresión la fulminó el euro.

Los fumadores tenían una cita en la calle Camas, 34, donde abría sus puertas «El Megaterio. Papeles especiales para fumar». Aparte del curioso nombre, dedicado al mamífero prehistórico más grande que habitó Sudamérica y familia de los perezosos, es destacable que la siguiente aclaración «comprendan los fumadores que el que lleva la cubierta colorada no está fabricado para esta plaza y su provincia. El verdadero se conocerá por su impresión en dos tintas»; deberían de ser miles los que se acercaban pidiendo papel «del colorao» y el hartazgo del propietario merecía promoción.

'El Avisador Malagueño' «periódico político y de intereses generales» tenía una suscripción de 9 reales al mes en Málaga, fuera 12 y para el extranjero y ultramar 25 reales; su lectura ayuda a comprender aquella Málaga de hace 150 años, donde no podían faltar los avisos religiosos: «En la iglesia del Cister se celebra devota novena a la Virgen de la Saleta», devoción francesa que tuvo fieles malagueños en la época. Y en la iglesia de la Merced «el lunes 19 la Asociación Josefina celebra sus ejercicios». Incluso se mencionan a los bautizados del día y su domicilio: María en calle de Vara (hoy Coto de Doñana) hija de Manuel Guillén y Teresa Vega; y en calle Cuartos de Granada (estaba en el antiguo Barrio de la Alcazaba) otra María, hija de Baldomero Garrido y Rafaela Pérez. Y por supuesto las defunciones figuraban: «3 hombres, 3 mujeres y 8 párvulos», escalofriante esta última cifra.

Una ciudad viva y bulliciosa, donde los vapores desde el puerto zarpaban para Gibraltar, Sevilla, Marsella, Génova, Brasil, La Plata, Buenos Aires, Montevideo y New York; y que debía esperar con expectación noticias como esta: «El Sr Gobernador Civil ha expedido las oportunas órdenes a los señores alcaldes, guardia civil y demás dependientes de la autoridad para que presten a las comisiones científicas cuantos auxilios puedan necesitar para el mejor resultado de las observaciones del eclipse total de sol del próximo 22 de diciembre».

'Alegoría de Málaga'.

La vida cotidiana seguro que era comentada por los espectadores de la inauguración del Teatro Cervantes, donde seguro también se comentaría la movida actualidad europea, con la guerra franco-prusiana como telón de fondo; o en Italia que en aquellos días perfilaba el proyecto de ley para trasladar la capital de Florencia a Roma (Florencia fue capital desde 1865). Las relaciones entre Italia y España estaban de actualidad; precisamente hasta Florencia se desplazó una comisión de las Cortes españolas, encabezada por Ruiz Zorrilla, para conocer personalmente y preparar la venida a España del 'Rey Electo', Duque de Aosta, hijo del rey Víctor Manuel II de Italia y María Adelaida de Austria (bisnieta de Carlos III de España).

Reinaría en España como Amadeo I y fue elegido por el Congreso de los Diputados el 16 de noviembre de 1870 por 191 votos a favor, 60 votos por la República federal, 27 por el duque de Montpensier, 8 por el general Espartero, 2 por la República unitaria, 2 por Alfonso de Borbón, 1 por una República indefinida y 1 por la duquesa de Montpensier, la infanta María Luisa Fernanda, hermana de Isabel II; hubo 19 papeletas en blanco. Su reinado fue corto, concluyó el 11 de febrero de 1873; sus contrarios fueron hostiles desde el principio al considerarlo un extranjero en un Congreso a la gresca, con escasa cortesía parlamentaria; ¿te suena extraño?

El articulo podría ser interminable, por la gran cantidad de detalles a los que poder prestar atención, aquí debe concluir. Sirva de homenaje a los cronistas y ciudadanía que vivió la inauguración del Teatro Cervantes, hace ahora 150 años. Sin público un teatro no sería nada, sin lectores los cronistas no lo hubieran contado y sin teatro no celebraríamos el siglo y medio de existencia. En Málaga cumplir 150 años ha sido una efeméride imposible de festejar para un gran número de edificios. Feliz cumpleaños al Cervantes y enhorabuena al Festival de Málaga por la celebración en este año de Covid.

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