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Tumba de Lord Audley en el Cementerio Inglés.
Los Churchill en la Costa del Sol
A la sombra de la historia

Los Churchill en la Costa del Sol

No hay constancia de que el estadista británico pisara tierras malagueñas, aunque sí de que estuvo fondeado frente a ellas. Pero hubo otros miembros de su familia que llegaron a residir temporalmente en nuestro litoral

Víctor Heredia

Jueves, 8 de agosto 2024, 00:09

Winston Churchill es uno de los personajes icónicos del siglo XX y uno de los británicos más universales de todos los tiempos. Supo liderar a Gran Bretaña hacia la victoria durante la Segunda Guerra Mundial y, después de ejercer dos veces como primer ministro, se retiró de la política activa en 1955 por motivos de salud. A su muerte, ocurrida en 1965, recibió los honores de un funeral de Estado.

No hay constancia de que el estadista británico pisara tierras malagueñas, aunque sí de que estuvo fondeado frente a ellas. Pero hubo otros miembros de su familia que llegaron a residir temporalmente en nuestro litoral.

En vísperas de la Guerra Civil encontramos empadronado en la localidad de Torremolinos a John George Spencer Churchill, de 27 años y de profesión artista, junto a su esposa Angela Mary Culme-Seymour, de 24 años, y su pequeña hija Cornelia, de apenas un año. Con ellos vivía una niñera llamada Elizabeth Forrest Alexander. La familia residía en el Molino del Rosario, al lado de la Torre de Pimentel, y formaba parte de la amplia colonia de extranjeros que a la altura de 1936 se había establecido en Torremolinos de forma temporal o permanente, aparte de los turistas que se alojaban en el Hotel Santa Clara y en el Parador de Montemar.

John Spencer Churchill (1909-1992) era pintor, escultor y escritor y, sobre todo, era sobrino de Sir Winston, hijo de su hermano Jack. Se había ganado cierta fama, además de por sus orígenes familiares, por la realización de decoraciones murales en residencias de aristócratas. En una necrológica publicada en 'The Times' se comentaba que se trasladó con su mujer y su hija a Torremolinos cuando ya «era un popular destino de artistas y escritores extranjeros». Al parecer entonces se ganaba la vida haciendo dibujos para el 'Illustrated London News'. Es muy posible que llegara a la Costa del Sol por influencia del pintor Bernard Meninsky, quien estuvo en Málaga y Torremolinos en los meses anteriores.

Cuando comenzó la guerra John y su familia fueron evacuados de Málaga en un buque de guerra británico. Aficionado a la bebida, fue detenido en 1955 junto a su tercera esposa (después de divorciarse de Angela se casó tres veces más) por escándalos públicos. Aparte de su producción artística, se dedicó a dar conferencias en las que el público esperaba que contara chismes de su familia.

Desde luego, para chismes dio mucho juego Sarah Churchill (1914-1982), una de las cuatro hijas de Sir Winston, que además tuvo un hijo varón. Actriz y bailarina, su papel más recordado fue el que interpretó en la película de 1951 'Boda real' junto a Fred Astaire. Arrastraba los mismos problemas con el alcohol que padecían otros miembros de su famosa familia. Fue arrestada en varias ocasiones por provocar escándalos. En una de sus borracheras se produjo el incidente que trajo a un Churchill -consorte, eso sí- a descansar eternamente en Málaga.

John Spencer Churchill.

Sarah se había casado por tercera vez en 1962 con Thomas Percy Henry Touchet-Jesson, Lord Audley. Había conocido a su marido en Marbella, donde ella tenía una residencia de descanso, pasaba temporadas y apuraba las noches en interminables juergas que en muchas ocasiones tenían como escenario la sala de fiestas La Jacaranda. Sarah invitó a Marbella a April Ashley, una de las primeras modelos transexuales reconocida internacionalmente.

El matrimonio fue breve y terminó de manera totalmente inesperada. Sarah y Henry se dirigían en coche desde Madrid a Marbella, pero una inoportuna avería les hizo parar en Granada, donde decidieron pasar la noche en el hotel Alhambra Palace. Gabriel Pozo narra que aprovecharon para recorrer varias salas de espectáculos de flamenco hasta que el marido regresó al hotel. Sarah continuó la juerga y poco antes del amanecer decidió bañarse desnuda en la céntrica Fuente de las Batallas de la capital granadina. La policía municipal la sacó de la fuente y la envolvió en una tela para devolverla al Alhambra Palace. Al llegar allí se encontraron con que el barón Audley había fallecido de un ataque al corazón.

Era el 3 de julio de 1963. Las autoridades decidieron enterrar pronto tan delicado asunto y el cadáver fue trasladado a Málaga, en cuyo Cementerio Inglés recibió sepultura dos días después, en una ceremonia íntima a la que solo asistieron doce personas. Sus restos descansan bajo una lápida que dice escuetamente: «Henry, 23rd Baron Audley. Beloved husband of Sarah». Apenas dos meses después la viuda sufrió un accidente cuando conducía borracha. El gobernador civil, Ramón Castilla, le impuso una multa de 5.000 pesetas y la expulsión del país. Sarah Churchill, ilustre vecina y enemiga de Marbella.

Sir Winston en el yate 'Christina'

El 26 de septiembre de 1958 fondeó en las aguas malagueñas el famoso yate 'Christina', del magnate griego Aristóteles Onassis. A bordo navegaban los matrimonios Churchill y Onassis acompañados de varios amigos. Estaban realizando un crucero por el Mediterráneo para celebrar las bodas de oro de Sir Winston y su esposa Clementine. En los días anteriores habían hecho breves escalas en Palamós, Palma de Mallorca y Cartagena, ciudad en la que desembarcaron para dar una breve vuelta de apenas dos horas. En Málaga no llegaron a hacerlo y el veterano político británico, que entonces contaba 83 años, permaneció en la cubierta disfrutando del panorama del litoral malagueño mientras su esposa paseaba por la ciudad. Después el barco pasó por Tánger y Sevilla, donde Onassis y Churchill dieron un paseo en coche de caballos. De allí navegaron hasta Gibraltar, donde el Viejo León tomó un avión para Londres. Churchill realizó ocho viajes en el yate de Onassis en sus últimos años de vida, cuando luchaba contra la decadencia física y la depresión.

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