
Vecinos de Lagunillas, tras las detenciones: «Llevamos viéndolos un tiempo por aquí»
Operación yihadista ·
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Operación yihadista ·
El barrio vive con sorpresa la detención de dos jóvenes en una operación a gran escala contra el terrorismo islamistaMauricio, del bar 'El tinglao de Lagunillas', estaba pasando un buen mediodía de trabajo. Había movimiento en el la avenida y una mesa de cuatro daba cuenta de un almuerzo al sol del viernes. Todo estaba en su sitio hasta que, de la nada, ese cuarteto de clientes sacó unos chalecos verdes y unos pasamontañas para cubrirse el rostro. «Al otro lado de la calle llegaban agentes uniformados con dos chicos esposados», relata el propietario del negocio, que se convirtió en el primer testigo de la operación contra el terrorismo islamista que ayer bloqueó durante horas la barriada.
Los comensales eran agentes de paisano que integraban el amplio despliegue de la Benemérita, en el que también participaron efectivos del Grupo de Acción Rápida (GAR), élite operativa del Cuerpo. «Impresionaba mucho ver tanto coche, tanta metralleta, aquí al lado del bar», sostiene el empresario.
'El tinglao de Lagunillas' lleva ya cuatro años abierto, y Mauricio conoce bien el vecindario, pero poco o nada sabía sobre los dos chicos detenidos: «Iban y venían en bici, patinetes, pero aquí hay mucho movimiento y no habían llamado la atención».
Otro de los vecinos que este viernes fue sorprendido por la operación explica a SUR -sin revelar su identidad- que semanas atrás vio movimiento en el edificio abandonado donde se produjo uno de los registros de la Guardia Civil. «Habían abierto la puerta, y hemos visto gente entrar y salir, pero no nos pareció raro», apunta. «Paso todos los días justo por ahí -señala a los guardias civiles que custodian el acceso- y no había habido ningún problema, no me esperaba esto».
La actuación policial suscitó decenas de rumores y conversaciones veladas ante la falta de información por parte de los agentes, que no respondían ni a vecinos ni a periodistas sobre el motivo de su presencia en la zona. Juani y María, vecinas y amigas de «toda la vida» bromeaban con el exceso de medios: «Si vienen por droga dudo que pillen mucha cosa, aquí no hay alijos», decía María. Juani añadía: «Mucho guardia veo yo aquí para lo que se van a llevar».
Uno de los aspectos de la operación que más llamó la atención de los numerosos vecinos que compartieron sus impresiones con SUR fue el silencio y el sigilo con el que los agentes conquistaron Lagunillas. «Fue un visto y no visto, llegaron sin las sirenas puestas, sin hacer ruido», explica una joven mientras pasea a su perro. Mauricio, de 'El tinglao de Lagunillas', recuerda que, cuando los agentes se pusieron los pasamontañas, dijeron a todo el mundo que se metiera en sus casas. «Todos hicimos caso».
Tan rápido y silenciosamente como llegaron, las decenas de agentes abandonaron Lagunillas sin mirar atrás –y sin encender las sirenas–. Los vecinos volvieron a sus quehaceres y Mauricio abrió de nuevo su bar. «Se fueron corriendo de la mesa hacia el detenido, pero, eso sí, la cuenta la dejaron pagada antes de marcharse».
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