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María del Mar e Isidro, tras la salida de él de la prisión de Alhaurín de la Torre, en 2018. SUR
La lucha de Isidro por demostrar que la Justicia se equivocó: casi un año en prisión por una agresión que no cometió

La lucha de Isidro por demostrar que la Justicia se equivocó

El malagueño pasó casi un año en prisión por una agresión que no cometió. El Tribunal Supremo le dio la razón, pero ahora él y su familia quieren que el sistema repare los daños causados y el tiempo perdido

Domingo, 21 de marzo 2021, 01:35

Pasó 352 días tras los barrotes de la cárcel de Alhaurín de la Torre por un delito que no cometió. El Tribunal Supremo reconoció en una sentencia firmada en 2018 que en el momento en el que se produjo la lesión por la que fue condenado a cuatro años de prisión, Isidro estaba en el hospital, recibiendo tratamiento por los golpes que recibió horas antes del ataque. Ahora, ya despierto de la pesadilla, él y su pareja, María del Mar, luchan para que la Justicia reconozca que se equivocó y repare el daño y el tiempo perdido.

La historia de Isidro se truncó el 21 de junio de 2008, cuando tuvo un incidente con dos conocidos con los que discutió y llegaron a las manos. Él se fue al médico para tratarse de varias lesiones, mientras que sus dos hermanos (que reconocieron los hechos en un intento desesperado de exculparlo) fueron a la puerta del hospital donde estaban los dos hombres con los que se produjo el primer enfrentamiento y los agredieron.

Los hechos se juzgaron casi una década después en lo que la Justicia ya ha reconocido como un anormal funcionamiento del sistema por la dilación indebida del proceso, un principio legal que ya de por sí supone una gran victoria en la batalla de Isidro y su familia. Ahora, él y María del Mar quieren ir más lejos y conseguir que alguien reconozca el error, que reparen el daño y se diga públicamente que se equivocaron.

Mientras que el reloj jugaba en contra de Isidro con la prisión al final del cronómetro, él y su mujer agotaron casi todas las vías legales para demostrar que la Audiencia Provincial de Málaga se había equivocado, ya que estaba ingresado en la Clínica USP de Marbella cuando se produjo la segunda agresión. El tribunal malagueño, sin embargo, siguió con su hoja de ruta y ejecutó la sentencia, dando un plazo a los hermanos para ingresar en la cárcel. No sirvieron de nada los informes médicos que aportó –fue tratado por un tromboembolismo pulmonar y operado de una fibrilación auricular–, que desaconsejaban su entrada en prisión.

Presentaron un recurso de casación al Supremo que fue rechazado, y un primer recurso extraordinario de revisión adjuntando el certificado del hospital en el que fue atendido, y en el que constaba la hora exacta de ingreso y alta –incompatibles con los hechos probados de la sentencia original–, pero el Alto Tribunal lo rechazó por no incorporar el otro certificado que hacía falta: el del hospital en el que asistieron a los dos lesionados. Según la pareja de la víctima, el centro hospitalario se negaba a entregarlo.

Ya con Isidro en la cárcel, el abogado Jordi Ventura presentó unas diligencias preliminares civiles para que fuese el juzgado quien exigiese al hospital la entrega del documento. Con el certificado en su poder se presentó el segundo recurso extraordinario de revisión, un procedimiento catalogado por el Alto Tribunal como «excepcional» pero que surtió efecto.

Así, el Tribunal Supremo concluyó que a la luz de los certificados horarios de los hospitales, Isidro «no pudo estar en el aparcamiento donde se desarrollaron los hechos de la segunda agresión» y anuló la sentencia condenatoria respecto a él.

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