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Tenían que estar disponibles las 24 horas y hacer servicios a domicilio si la organización las requería para ellos. Son las condiciones en las que, según la policía, ejercían como prostitutas las 37 mujeres liberadas en una operación contra una red de explotación sexual desmantelada en Málaga.
Tal y como ayer adelantó SUR, el saldo de la operación es de 14 detenidos que, presuntamente, integraban una organización con una estructura casi familiar que controlaba cinco casas de citas de la capital. Diez de los arrestados han ido a prisión.
Los investigadores de la Policía Nacional pudieron constatar cómo el grupo estaba liderado por un cabecilla con un amplio historial delictivo y, bajo su dirección, había una trama con diferentes niveles de responsabilidad. Varios miembros de su propia familia estarían implicados –esposa, madre, hermanos, prima y tíos–, dedicándose a la explotación de las casas de citas.
En un escalón inferior estaban las encargadas o 'mamis', dedicadas al control directo de las mujeres explotadas y del buen funcionamiento del negocio. Finalmente, en la base del grupo se situaban los conductores, encargados de trasladar a las prostitutas a servicios a domicilio y otras tareas.
Según la policías, explotaban sexualmente a chicas jóvenes de pequeñas localidades de Colombia provenientes de familias en una situación socioeconómica precaria. La mayoría de ellas habían sido captadas en sus países de procedencia e introducidas en España como supuestas turistas para luego, una vez en el país, ejercer en inmuebles ubicados en Málaga en unas condiciones de trabajo penosas y con jornadas maratonianas.
Para hacer frente a la deuda contraída por el viaje a España tenían que permanecer al menos tres meses en uno de los pisos. Los agentes descubrieron que el grupo se apropiaba del 50% de las ganancias generadas tanto con los servicios sexuales prestados por las víctimas como de las bebidas alcohólicas. Eran obligadas a consumir y ofrecer cocaína a los clientes.
En los cinco registros realizados en la operación, la Policía Nacional ha intervenido 250.000 euros en metálico. Los agentes creen que el confinamiento ordenado por el estado de alarma provocó que la organización no pudiera dar salida del mercado negro al dinero obtenido de la actividad ilícita y almacenaron esta suma, que constituye una de las mayores aprehensiones en efectivo en este tipo de investigaciones.
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